Leticia Núñez (ALN).- Expertos reunidos en el Foro Económico Mundial para Latinoamérica coinciden en que los organismos de la región se han quedado rezagados respecto a la sociedad. Daniel Zovatto, director del Instituto para la Democracia, ve otros dos riesgos: la inestabilidad social y el desempleo. Los dos próximos años prometen ser interesantes en el frente político de América Latina. La mitad de los países de la región celebrará elecciones presidenciales. Tras Ecuador, donde la semana pasada ganó el candidato oficialista por un 51,1% de los votos, en noviembre Chile y Honduras también tienen cita con las urnas. En 2018, llegará el turno de México, Colombia, Brasil y Venezuela. Ante este panorama, la pregunta del Foro Económico Mundial, que se celebra estos días en Buenos Aires, parece inevitable: ¿cómo gestionará Latinoamérica este ciclo electoral en un contexto de desaceleración económica e incertidumbre? ¿Qué transformaciones le desafían?
La respuesta de los expertos que inauguraron el evento resultó prácticamente idéntica: hace falta una renovación institucional. El primero en romper el hielo fue Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA). “Tenemos organismos del siglo XVIII o XIX para dar respuesta a demandas del siglo XXI”, espetó rotundo. Algo que, en su opinión, obliga a realizar “una reingeniería de las instituciones”. Según Zovatto, éste es el gran desafío para una región con “unos sistemas afectados por una profunda crisis de credibilidad”.
Hay una polarización en la región y así es muy difícil construir un proyecto común de sociedad”, según Grynspan
“Cuando la clase media está conforme es un elemento de estabilidad democrática, pero cuando no ve futuro y teme ir hacia atrás, obliga a la institucionalidad política a hacer cambios. Hoy no tenemos el grado de institución o de liderazgo político para responder”, lamentó Zovatto, para quien la “crisis profunda de la región es la de Venezuela”. Asimismo, añadió dos riesgos más: “La inestabilidad social profunda y el desempleo y la precariedad”.
En la misma línea se pronunció la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, quien aseguró que “las instituciones se han quedado rezagadas respecto a la sociedad, que va mucho más rápido”. Ahora, dijo, es necesario que “se pongan al día”. Además del reto democrático, para la costarricense América Latina tiene también los siguientes desafíos:
– Cómo hacer una transformación productiva “en un momento tan difícil como el actual y que no hicimos en época de bonanza”. Además, señaló, está el riesgo del proteccionismo y el acecho de la cuarta revolución industrial “que va a ser ahorradora de mano de obra”.
– “Proteger lo hecho hasta ahora”. Es decir, continuar la lucha para reducir la pobreza. Algo que también defendió el economista chileno Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile: “América Latina ha sido exitosa al sacar a muchas personas de la pobreza. Como consecuencia, ha crecido una enorme clase media y ahora los desafíos son distintos. No debemos dejar la lucha contra la pobreza”.
– La integración. Según Grynspan, hay que aprovechar esta oportunidad “para tener una región mucho más integrada”. En este capítulo, la secretaria general iberoamericana destacó la importancia de contar con una visión a largo plazo. “No estamos teniendo esa perspectiva. Hay una polarización en la región y así es muy difícil construir un proyecto común de sociedad”, manifestó.
Hoy no tenemos el grado de institución o de liderazgo político para responder a los cambios”, dijo Zovatto
Por si no hubiera quedado claro, Grynspan recurrió al dicho popular de Costa Rica de que “alguien se come la piña y es a otro a quien le duele la panza” para explicar la mentalidad cortoplacista de los distintos gobiernos, que optan por no tomar decisiones que no den resultados inmediatos.
Finalmente, tampoco pasó por alto la importancia de invertir en el diálogo generacional. La secretaria general iberoamericana se mostró preocupada por “la desafección de la juventud hacia el sistema político” e instó a reconstruir la confianza. “Para mi generación la democracia no es un dato sino una conquista. Ahora los jóvenes no sienten que el sistema los incluye. Hay un problema de inclusión en los partidos políticos. Nadie se quiere ir y los espacios para la juventud están bastante cerrados”, remató al respecto. Precisamente la tendencia al reeleccionismo que se da en la región fue calificada por Zovatto como una “maldición”.
Nueva narrativa
Daniel Zovatto aseguró que la “crisis profunda de la región es la de Venezuela” / Twitter: Foro Económico Mundial
Para el economista venezolano Ricardo Hausmann, América Latina necesita creer en el futuro, “creer que va a ser mejor que el presente”. “Tiene que estar abierta al emprendimiento, a la inmigración, a la inclusión y la solidaridad, crear un Estado que estimule todas estas transformaciones y no un Estado que suplante a la sociedad”, agregó. Algo que no se conseguirá, dijo, “hasta que nosotros cambiemos la narrativa y logremos crear una nueva que nos incluya a todos como nación”.
En este sentido, Hausmann, profesor de Economía en la Universidad de Harvard, apostó por trabajar para llegar a “una narrativa donde queremos construir un país mucho mejor que el que tenemos”. “¿Cómo llegamos ahí?”, se preguntó, para casi a renglón seguido proponer una solución: “Vamos a educarnos”. El venezolano criticó la “actitud de cierre” hacia la inmigración que hay en la región puesto que, en su opinión, para crecer es necesario “importar talento de todo el mundo”.
Una “actitud de cierre” que también sirvió a los ponentes para criticar las políticas proteccionistas de Donald Trump hacia Latinoamérica. “No debemos quedarnos a la espera de lo que se le ocurra al señor Trump”, concluyó el chileno Larraín, para quien la región, una vez concluido “el superciclo de las materias primas”, se enfrenta a la paradoja de que “China aboga por el libre comercio y EEUU por el proteccionismo”.