Leticia Núñez (ALN).- El presidente de Transparencia Internacional España, Jesús Lizcano Álvarez, sostiene en declaraciones a ALnavío que la corrupción en muchos países de América Latina es “sistémica”, es decir, que abarca “todas las estructuras del Estado”. Por ello, plantea que para combatirla se necesita fortalecer las instituciones, reforzar los sistemas de prevención y sanción legal de la corrupción y, sobre todo, “una mejora en la educación de los ciudadanos”. Unas soluciones que los países de la región debatirán en la Cumbre de las Américas en abril.
Dice Jesús Lizcano Álvarez, presidente de Transparencia Internacional España, que la corrupción “es un cáncer que socava los cimientos del Estado, de la sociedad y de la democracia”. América Latina tiene mucho camino por recorrer para ganarle la batalla a esta ‘enfermedad’. Y es que el pronóstico de la región, a tenor de escándalos como Odebrecht y los Papeles de Panamá, es reservado.
Por ello, en una entrevista con el diario ALnavío, Lizcano plantea una serie de soluciones para combatir un grave problema que será el tema de debate en la Cumbre de las Américas, que se celebrará los próximos 13 y 14 de abril en Lima (Perú). Según el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, lo que se necesita es fortalecer las instituciones, así como “reforzar los sistemas de prevención y sanción de la corrupción”. No se olvida tampoco de la educación, que, según sostiene, debe empezar por los niños.
Como parte positiva, el presidente de la organización no gubernamental que promueve medidas contra la corrupción política en el ámbito internacional destaca el despertar de los ciudadanos de Latinoamérica. “Las generaciones jóvenes son menos tolerantes con este grave problema y eso puede ser un elemento de esperanza para que los futuros líderes políticos y económicos sean menos propicios a desarrollar prácticas corruptas”.
– El tema central de la Cumbre de las Américas son los efectos de la corrupción en la institucionalidad democrática y la gobernabilidad. ¿Hasta qué punto la corrupción lastra el desarrollo democrático de un país?
– La corrupción es un claro cáncer social, que socava los cimientos del Estado, de la sociedad y de la democracia. Es por ello que combatir la corrupción ha de ser un objetivo absolutamente prioritario para los políticos y parlamentarios de cualquier país, y es necesario que en los países se llegue a un Pacto de Estado entre las fuerzas parlamentarias para prevenir y combatir de una forma mínimamente eficaz la corrupción.
“Diversos estudios muestran que las generaciones jóvenes son en general menos tolerantes con la corrupción”
– ¿Cree que la corrupción carcome América Latina?
– Si nos basamos en los datos que elabora Transparencia Internacional a través de su Índice de Percepción de la Corrupción, aunque hay notables excepciones, lo cierto es que la mayor parte de los países de América Latina obtienen valoraciones muy desfavorables, que ponen de manifiesto la magnitud del problema en dichos países, siendo la corrupción en muchos casos sistémica, es decir, que abarca todas las estructuras del Estado, funcionarios administrativos, policiales, judiciales, etc, lo que evidencia, por otra parte, la enorme dificultad para resolver a corto y medio plazo este problema.
– ¿Cuáles son las tareas pendientes de América Latina en materia de corrupción? ¿Y alguna solución específica?
– Lo que se necesita en la mayor parte de los países de América Latina que tienen altos niveles de corrupción es un fortalecimiento institucional que permita combatir desde todas las instancias públicas el problema, un reforzamiento de los sistemas de prevención y sanción legal de la corrupción, y sobre todo una mejora en la educación de los ciudadanos; que se propicien desde la infancia, en las familias y en las escuelas, los valores éticos, sociales y de integridad de los ciudadanos.
– Escándalos como Odebrecht y los Papeles de Panamá demuestran que la corrupción traspasa fronteras, que afecta a todo el continente. ¿Es una nueva amenaza transnacional en Latinoamérica?
– La corrupción está cada vez más globalizada, ya que lo están los negocios y las estructuras económicas, sociales y políticas, y es por ello que es absolutamente necesaria una alta cooperación internacional, a nivel informativo, legal, judicial y económico, para combatir este grave problema social que afecta a toda la Aldea Global en la que habitamos.
– En la actualidad, ¿hay más corrupción o es que es más visible que hace unos años?
– En general, el nivel de corrupción se ha estabilizado o incluso está retrocediendo, pero muy despacio. En la mayor parte de los países, y en lugares como, por ejemplo, España el nivel de visibilidad y por tanto de alarma social por la corrupción ha aumentando en los últimos años, en buena medida debido a que permanentemente se hacen eco de ello los medios de comunicación, y esto, aunque aumenta la alarma social, es un elemento positivo y claramente disuasorio, junto con los avances en el marco legal, para que probablemente en estos momentos haya un menor nivel de corrupción nueva que la que había hace unos años.
– La gente en Latinoamérica también empieza a despertar, ¿son menos tolerantes con la corrupción?
– Diversos estudios muestran que las generaciones jóvenes son en general menos laxas y tolerantes con la corrupción de lo que eran las generaciones anteriores, y lo mismo ocurre en España. Eso puede ser un elemento de esperanza para que los futuros líderes políticos y económicos sean más combativos y menos propicios a desarrollar prácticas y actividades corruptas.
– ¿Ayudan a ello los medios de comunicación y las redes sociales?
– Los medios de comunicación vienen siendo en general, y también las redes sociales, cada vez más activos contra la corrupción, ya que en numerosos países el periodismo de investigación se ha ido desarrollando de forma importante, y muchos casos de corrupción afloran gracias a los medios de comunicación, y además se divulgan ampliamente por las redes sociales, lo que supone un elemento de ayuda para hacer frente a este problema.
“La corrupción está cada vez más globalizada, ya que lo están los negocios y las estructuras económicas, sociales y políticas”
– ¿Estamos mejor en España que en América Latina en lo que respecta a corrupción?
– No se puede generalizar, ya que España, aunque a nivel mundial ocupa un puesto en los índices de corrupción de Transparencia Internacional que se puede considerar como relativamente favorable, lo cierto es que su valoración ha ido descendiendo en los últimos años. Pese a que actualmente esta puntuación es mejor que la mayor parte de los países de América Latina, es peor que en algunos de ellos, tales como Uruguay o Chile.
– ¿Considera que la lucha contra la corrupción es una batalla a largo plazo?
– La corrupción es un problema desgraciadamente muy importante, transversal, y que afecta gravemente a la mayor parte de los países del mundo, por lo que resulta evidente el nivel de dificultad para combatirla, y su nivel de impregnación social hace que sea necesariamente una batalla a muy largo plazo, pero es muy importante que entre todos los estamentos sociales e institucionales actuemos para ir obteniendo resultados y avances en el corto y medio plazo.