Patricia J. Garcinuño (ALN).- A pesar de que la región ha alcanzado un Índice de Desarrollo Humano similar al de Europa y Asia Central, un informe elaborado por Naciones Unidas advierte que aún debe hacer frente a problemas como la desigualdad e inseguridad. Asimismo, destaca la vulnerabilidad de las mujeres. Latinoamérica ha experimentado una profunda transformación económica y social en los últimos 25 años. Hoy, la población es más longeva, hay más niños escolarizados y un mayor número de personas tiene acceso a servicios sociales básicos. Sin embargo, la región arrastra problemas de desigualdad e, incluso, se enfrenta a nuevos obstáculos como la migración desesperada, los conflictos y el extremismo violento. Así lo afirma el último Informe sobre Desarrollo Humano, elaborado por Naciones Unidas y presentado en la Casa de América de Madrid.
Según este documento, Latinoamérica y el Caribe han avanzado ligeramente en el último año, disfrutando de un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de un 0,756, una cifra cercana a la de Europa y Asia Central. Sin embargo, la lista, que encabezan Noruega, Australia, Suiza, Alemania y Dinamarca, refleja una notable diferencia entre los países de la región.
Chile y Argentina son los únicos países latinoamericanos con un desarrollo humano muy alto: ocupan los puestos 38 y 45, respectivamente. También aparecen en buena posición Uruguay, Panamá, Costa Rica, Cuba, Venezuela, México, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y la República Dominicana. En el escalón intermedio se encuentran Paraguay, El Salvador, Bolivia, Nicaragua, Guatemala y Honduras.
El único país de América Latina con un Índice de Desarrollo Humano bajo es Haití, en el puesto 163
El único país que el informe de Naciones Unidas considera que tiene un nivel bajo de desarrollo humano es Haití, que se sitúa en el puesto 163, superado por Senegal, Ruanda, Mauritania o Siria.
Sin embargo, hay un rasgo que comparten prácticamente todos los países de Latinoamérica: la desigualdad. El IDH del conjunto de la región se reduce un 23,4% al atender a su calificación en inequidad. En el desglose por naciones, retroceden Chile, Argentina, Uruguay, Panamá, Venezuela, México y Brasil.
“El desarrollo humano y la desigualdad son dos caras de la misma moneda”, argumentó Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana, en la presentación. “Es donde se hace especialmente relevante el tema de las políticas públicas, el tema de la discriminación positiva, donde el informe destaca el caso de Brasil en equidad de género y el que, en Colombia, las mujeres hayan tenido una participación tan alta en el proceso de paz”, agregó.
La búsqueda de la igualdad de género
Uno de los problemas más acuciantes en América y el Caribe es la inseguridad / Flickr: Policía Nacional de Colombia
El documento destaca la especial vulnerabilidad de colectivos como el de las mujeres, que, en general, son más pobres en América Latina y el Caribe. La organización apunta que ellas han sido tradicionalmente desfavorecidas al asumir la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado, lo que les deja poco tiempo para desarrollar una carrera profesional e incorporarse al mercado laboral.
Naciones Unidas hace especial hincapié en la participación femenina en la vida política. Un aspecto en el que América Latina lleva la delantera a nivel mundial, ya que es la región con más mujeres en sus Parlamentos, ocupando un 40% de los escaños. Sin embargo, queda un largo camino para llegar a la igualdad en este ámbito. “A pesar de este incremento de la participación política, vemos que donde no se ponen cotas la representación es bajísima. Por ejemplo, el porcentaje de alcaldesas en la región llega tan solo a un 15%”, señaló Grynspan. Este dato, según la secretaria general iberoamericana, demuestra que la sociedad no es capaz de generar esa equidad por sí misma.
Preocupación por la inseguridad
Uno de los problemas más acuciantes en América y el Caribe es la inseguridad. En la región en desarrollo más urbanizada del planeta, con casi un 80% de la población viviendo en zonas urbanas, la tasa de homicidios asciende a 21,6 por cada 100.000 personas. Se trata de una cifra 14 veces superior a la tasa más baja de Asia Oriental y el Pacífico.
También suponen una seria preocupación las numerosas amenazas físicas y psicológicas que siguen sufriendo las mujeres en Latinoamérica. Un ejemplo de ello son los cerca de 100 ataques con ácido que se producen al año en Colombia. Según muestra una encuesta de opinión citada por la ONU, tan solo el 40% de la población de los países de América Latina y el Caribe se siente segura.
Según la ONU, tan solo el 40% de la población de los países de América Latina y el Caribe se siente segura
La región también presenta un elevado índice de encarcelamiento: alrededor de 244 personas por cada 100.000, frente a las 48 de Asia Meridional y 88 en África Subsahariana. Naciones Unidas destaca otro dato: en 10 países caribeños, el porcentaje de niños varones en edad escolar que admitieron su pertenencia a bandas se situaba entre el 17% y el 24% en 2012.
No solo acceso, también calidad
Para superar estas barreras e incrementar el desarrollo humano, Grynspan destacó la importancia de seguir exigiendo no solo que todos los ciudadanos puedan acceder a las mismas oportunidades, sino también que éstas sean de calidad: “Si las personas que tienen menos recursos van a la escuela, pero la enseñanza es de peor calidad, el día de mañana no tendrán las mismas oportunidades en el mercado laboral que los que sí tienen recursos”.
Por último, la secretaria general iberoamericana quiso hacer un llamamiento a la coordinación internacional para lograr las metas marcadas por la ONU: “Podemos hacer mucho a nivel nacional, pero muchos de los objetivos que se plantean serán imposibles sin una organización global”.