María Rodríguez (ALN).- Un estudio de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en España pone de manifiesto los esfuerzos de los distintos países de América Latina para invertir en I+D desde el año 2000.
El aumento de los presupuestos nacionales destinados a ciencia, tecnología e innovación en América Latina en la última década, en un contexto de desaceleración económica, pone de manifiesto los esfuerzos de los distintos países de la región por el desarrollo y el conocimiento de sus ciudadanos. Así se recoge en un informe elaborado por el Instituto de Iberoamérica, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en España (Flacso España) y la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe (Fundación EU-LAC), presentado recientemente en Casa de América de Madrid.
En el estudio ponen de manifiesto que hacer esta apuesta de inversión y precisamente en ese contexto económico “no es una opción prioritaria a menudo”. Aun así, es la tendencia que observaron tras recopilar los porcentajes de inversión en I+D (investigación y desarrollo) de 16 países de la región -en relación con sus Productos Internos Brutos (PIB)- desde el año 2000 hasta 2013, último ejercicio disponible en los datos de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (RICYT).
América Latina creció en I+D desde el 2000 a pesar de que la economía no la acompañó
Los países analizados en relación con su I+D fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
En concreto, se constata que Brasil ha liderado esta inversión en la región todos los años (desde el 2000) y siempre con un porcentaje superior o igual al 1%, salvo en el año 2004 y en el 2006 que fue del 0,96% y del 0,98% respectivamente.
En el caso de Argentina, segundo país con mayor inversión en I+D de los estudiados, el porcentaje destinado a la investigación y al desarrollo fue del 0,43% del PIB en el año 2000. En 2007 el porcentaje disminuyó y supuso el 0,40%. No obstante, en el 2013, la partida aumentó hasta situarse en el 0,62%.
El tercer país con mayor porcentaje de inversión en el PIB es Costa Rica. Empezó el milenio en 0,38%, prácticamente igual que en 2007 (0,36%). En 2013 aumentó la partida de investigación hasta situarla en 0,56%.
Según el informe, el porcentaje de presupuesto nacional dedicado a I+D es “un indicador fundamental para conocer la importancia efectiva y real” que cada Estado le da a este concepto. Por ello, “la existencia o no de una partida de forma diferenciada dentro de las previsiones presupuestarias implica una apuesta de los gobiernos por impulsar, mantener y fortalecer los procesos científicos, la investigación y la innovación”, apuntan.
En los casos en los que no existe una partida presupuestaria destinada a la investigación, en el informe citan dos interpretaciones. La primera es que se trata de países cuyas necesidades básicas no están cubiertas y la investigación no es prioritaria. La segunda interpretación es que el Gobierno no la considera de utilidad para el propio Estado y su población, de modo que la ciencia y los profesionales que se dedican a ella son, de algún modo, infravalorados.
El informe, titulado ‘Bases Institucionales y Normativas para la construcción del Espacio Europeo, Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación’, está coordinado por Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, vinculada a la Universidad de Salamanca.
En el enfoque general del estudio se evidencian las enormes diferencias entre cada uno de los sistemas educativos superiores de 22 países de América Latina y el Caribe y también respecto a los sistemas que siguen las naciones pertenecientes al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Unas brechas que se traducen en problemas a la hora de la movilidad de los profesionales.