Elizabeth Fuentes (ALN).- Los buenos lectores tienen cuatro días para descubrir los millares de tesoros que alberga The New York Antiquariuan Book Fair, en Park Avenue Armory. La exhibición, que arriba este año a su edición 57, muestra la oferta de más de 200 especialistas provenientes de nueve países. Libros raros, autografiados, mapas antiguos, manuscritos, primeras ediciones llenan los gigantescos espacios del Park Avenue Armory para la Feria del Libro Antiguo de Nueva York (The New York Antiquariuan Book Fair). Este icónico edificio alberga a 200 expositores de nueve países en especialidades tan diversas como arte, medicina, literatura, ciencia y un largo etcétera. Una oferta imposible de conseguir en un mismo espacio en tan poco tiempo.
Respaldado por la Antiquarian Booksellers’ Association of America y la International League of Antiquarian Booksellers, todo lo exhibido ha sido cuidadosamente examinado para certificar su autenticidad, constatar el estado y la calidad de cada pieza, de manera que los visitantes y compradores pueden adquirir su tesoro particular con absoluta confianza.
El primer paso es entender qué es un libro raro
La feria abrió oficialmente ayer jueves y lo más conveniente es adquirir la entrada para todas las visitas por 50 dólares. Aunque también se puede ir un solo día, por 25 dólares, a excepción de los estudiantes que pagan solo diez dólares. Allí pueden encontrar desde cartas originales de Alexander Hamilton hasta una de las 80 ediciones de Lettres de Henri Matisse, que incluye 12 grabados originales. O una edición de Blancanieves y los siete enanitos, de los hermanos Grimm, firmada por Walt Disney y todos los que colaboraron en el clásico film animado. O la primera edición de Oliver Twist, de Charles Dickens, que data de 1838, y hasta un abanico firmado por Enrico Caruso.
Pero no solo los exhibidores tendrán alguna ganancia, porque el domingo 12 de marzo, entre la una y las tres de la tarde, los visitantes podrán llevar hasta cinco piezas, bien sea de libros raros, manuscritos, mapas, etc, porque los expositores expertos les ofrecerán asesoramiento y evaluaciones gratuitas, todo un regalo que han denominado Discovery Day.
Un libro raro no es igual a un libro vintage
Las primeras ediciones de Ernest Hemingway o una copia limitada de sus primeras novelas son muy valiosas / Flickr
Y si bien se trata de una especialidad apta para minorías, si alguien considera que tiene un libro de valor en su estantería y aspira a participar este año o el próximo (porque la feria es cada año), conviene conocer algunos datos que pueden entusiasmar o frustrar al propietario.
El primer paso es entender qué es un libro raro, y lo primero a considerar es que será valioso si existe demanda. Si nadie lo quiere, pierde su valor. Por ejemplo, las primeras ediciones de Ernest Hemingway o una copia limitada de sus primeras novelas son muy valiosas.
La segunda condición es la rareza: un libro puede ser considerado raro si tiene características especiales que lo diferencian de otras ediciones impresas. Por ejemplo, una primera edición o una edición impresa limitada. O que su carátula sea diferente del resto de las ediciones, como el famoso caso de Cien Años de Soledad. Lo último a calibrar es la buena condición del libro. Mientras en mejor condición esté, más valdrá.
Los libros vintage o antiguos, son otra cosa. Primero hay que revisar la cubierta. “Los libros antiguos pueden estar vestidos en cuero lujoso para los ricos lectores del siglo XIX. Sin embargo muchos libros han sido encuadernados en cuero para hacerlos más atractivos. Así que usted necesita comprobar si se trata de cuero original que ha envejecido para ver si se trata de un hallazgo real. Cualquier libro encuadernado pertenecerá a una época posterior al siglo XIX”, explican los expertos londinenses de Used Book Search. Y agregan que lo segundo es buscar el copyright, donde está el misterio de la edad del libro: los más antiguos pueden no tener esta información y aquí es donde su precio aumenta.
En la feria podrá recibir asesoría de expertos para saber si tiene un libro valioso
Claro, los expertos -como los que se reúnen en Nueva York- son capaces de determinar la edad de un libro a través de los métodos de impresión utilizados en cada siglo, así como el tipo de papel utilizado y hasta la apariencia del texto. Y conviene saber que “cualquier cosa impresa antes de 1501 debe enviar un escalofrío por la columna vertebral de su dueño, así como un libro americano impreso antes de 1801. También vale la pena mirar los libros prohibidos, de los cuales solo unas pocas copias habrían sobrevivido”, como aseveran los conocedores de la casa londinense.