Daniel Gómez (ALN).- La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, presentará su informe sobre Venezuela el 5 de julio en Ginebra. “Si el informe es excesivamente contemporizador con el régimen, obviando la realidad dramática que se está viviendo, va a debilitar mucho a ese frente internacional que se ha hecho contra Maduro”, dice en entrevista con ALnavío el ensayista Álvaro Vargas Llosa.
Álvaro Vargas Llosa, escritor, ensayista y pensador como su padre, Mario Vargas Llosa, cree que Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ha podido hacer más para defender la democracia en Venezuela.
Bachelet abandonó Caracas el viernes. Estuvo allí tres días. Se reunió con todos. Con Nicolás Maduro. Con miembros del régimen. Con el Presidente Encargado, Juan Guaidó. Con parlamentarios de la Asamblea Nacional. Con víctimas de violencia, de tortura, de escasez. Hizo un breve resumen en una conferencia de prensa de 10 minutos. Todo eso lo tratará en detalle el 5 de julio, cuando presente en Ginebra el informe de su visita.
Pese a esta visita de Bachelet, Álvaro Vargas Llosa considera que pudo haber hecho más. “Su acción ha sido muy tardía”, dice en entrevista con el diario ALnavío. Piensa que la alta comisionada pudo ser más contundente. Más clara con sus denuncias. De todas formas, esperará a la presentación de un informe que será clave para la unidad internacional que existe contra Maduro.
– ¿Qué impresiones le deja la visita de Bachelet a Venezuela?
– La verdad la sabremos cuando difunda el informe. Por el momento, es bueno que haya ido. No quería ir. Ella ha sido presionada por la comunidad internacional y por la oposición para ir. Finalmente fue. Es bueno que se haya reunido con la oposición. Con la gente que en Venezuela representa la democracia. También que se haya visto con las familias de presos políticos y exiliados. Todo esto es un paso positivo, pero los antecedentes no permiten suponer que el informe va a ser todo lo claro y contundente que debería ser. Su acción ha sido muy tardía. Su cargo es de una enorme importancia a nivel internacional. Su tardanza ha sido vista con mucha desesperación y mucha angustia desde el interior de Venezuela.
– Pero su tardanza ha sido en parte culpa de Maduro, quien ha demorado esa visita por no garantizar las condiciones.
– Bachelet tampoco ha hecho las señales que debería haber hecho para forzar la situación. Si uno compara su actitud con la del secretario general de la OEA [se refiere a Luis Almagro, quien lleva años definiendo a Maduro como “dictador”] evidentemente hay una diferencia muy grande. Es bueno que haya ido. Y la esperanza es que el informe refleje la verdadera situación en Venezuela. Si el informe es excesivamente contemporizador con el régimen, obviando la realidad dramática que se está viviendo, va a debilitar mucho a ese frente internacional que se ha hecho contra Maduro. Es muy importante que el informe sea claro. Hay una violación sistemática de los derechos humanos. Hay muertos, hay heridos, hay asilados, y, por supuesto, la situación de las cárceles, las torturas… Todo eso tiene que estar en ese informe. Y si lo está, magnífico, porque su cargo es muy importante.
– ¿Tiene el problema de Venezuela una solución?
– Es muy complicado. Lo ideal sería que una facción democratizadora del régimen vaya a una negociación real con la oposición, que pase por elecciones libres y por la salida de Maduro del poder.
– ¿No es eso lo que ocurre en Oslo?
– No. El régimen ha impuesto unas condiciones de negociación que sólo apuntan a prolongar la situación de Venezuela. Esta es una decisión que no va a ninguna parte. Si te opones a negociar, quedas como un intransigente. Yo creo que hay que mantener todo. Presión en las calles. Amnistía a militares. La negociación. Más la presión internacional con el Grupo de Lima, la Unión Europea, por supuesto Estados Unidos. Todo esto junto puede propiciar la caída del régimen, del que es muy difícil quebrar la estructura de poder.