Redacción (ALN).-Algunos adornos y luces, pero sin mayores pretensiones, dan cuenta del ánimo navideño en Caracas, afectado por la crisis que atraviesa el país y la pandemia, pero que se rehúsa a desaparecer del todo, según comentaron ciudadanos consultados por la VOA.
Este año estas festividades se dan sin mayores restricciones tras la decisión del gobierno venezolano de suspender desde noviembre y hasta finales de año el método ‘7+7′, un sistema con el que se alterna una semana de flexibilización económica con otra de cuarentena, como medida contra el COVID-19.
Sin embargo, ciudadanos como Gustavo Rojas, describe el ambiente como “difícil” y “apagado”.
“Entre la pandemia y el alto costo de la vida, y todas las situaciones, la gente está más apagada (…) El poquito que tienen me imagino que lo guarda para la comida, para estar gastando en luces, y unas luces led te cuestan 20 dólares, cualquier adornito no te baja de 10 dólares”, explica a la Voz de América.
Rojas comenta que no va a decorar su hogar “porque no hay ánimo”; sin embargo, invita a seguir celebrando la festividad, teniendo presente que la pandemia continúa.
Un factor que entra en juego, como mencionó Rojas, es cuánto puede costar armar la navidad en la casa.
“Cada quien se acomoda de acuerdo a su presupuesto y, pues, evidentemente no podemos dejar pasar la temporada por alto”, comenta a la Voz de América, Karelis Singler, cajera en una piñatería en el este de la capital venezolana que se transforma en tienda navideña para la temporada.
Singler expone que este año ha salido mercancía, pero explica que compañeras vendedoras, que a diferencia de ella tienen experiencia de temporadas anteriores, le aseguran que el año pasado estuvo un poco “más fluida la venta”.
“A veces vienen muchos clientes que dicen: no mira, nada más necesito dos luces porque fue lo que se me quemó, si acaso compro uno o dos adornos y ya, porque ya tengo de navidades anteriores cosas que me han quedado. Como tenemos otros clientes que están llevando mercancía totalmente nueva”, explica Singler.
En esta tienda, explica la trabajadora, los pinos artificiales más sencillos de 1,20 metros estaban a partir de los 25 dólares. Los pinos naturales marcaban desde 100 dólares, pero en el remate pueden conseguirse hasta en 60 dólares. Parte de decoración de la época es el nacimiento o pesebre, que estaba, dependiendo del material y el tamaño, entre 10 dólares y 30 dólares.
El ingreso mínimo mensual en el país es de 10 bolívares, o poco más de dos dólares, al tipo de cambio oficial. Sin embargo, según Índice de Remuneración de los Trabajadores (IRT) del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), para enero, la remuneración mensual promedio era 55 dólares, con una importante brecha entre el sector privado y el público.
“Mucha gente no está muy animada (…) tantas cosas, situación en el país y la pandemia”, comenta a la VOA Luisa Araca, una venezolana consultada, quien confiesa que empezó a decorar su casa con los adornos de años anteriores, pero no ha terminado.
Araca explica que sí considera se han visto afectada las tradiciones de la época. “La reunión familia, ¿cómo te reúnes tú con todos los familiares como antes? No se puede, o no se debe”, para evitar contagios, comenta.
Entre tanto, Sofía Hermoso, vendedora en una pequeña tienda de juguetes y otros detalles en el oeste de Caracas, concuerda al señalar que las circunstancias han afectado la manera en la que el venezolano celebraba esta festividad.