Elizabeth Fuentes (ALN).- Lo llaman el Uber aéreo. La empresa JetSmarter ofrece una aplicación que permite a los adinerados usuarios solicitar un vuelo privado de Madrid a Buenos Aires, por ejemplo, y pagarlo como si se tratara de un taxi. Pero si el cliente quiere economizar, también es posible alquilar sólo un asiento en un jet privado, servicio que por ahora está disponible únicamente entre los países europeos.
“Hubo un tiempo en que esperábamos en largas colas, nos quitábamos los zapatos y caminábamos por los atestados puestos de control de seguridad… Mientras tanto, miles de aviones privados estaban parados en los hangares depreciándose y 40% de los aviones privados en el cielo volaban vacíos. Nadie se detuvo a preguntar si no había una mejor manera. Entonces nosotros lo hicimos”: así definen su iniciativa los ejecutivos de JetSmarter, la empresa que algunos han bautizado como el Uber aéreo porque funciona igual, sólo que el precio es considerable y razonablemente más alto.
Basta con bajar la aplicación, solicitar el vuelo, recibir el monto del servicio y listo. Aunque se debe adquirir previamente la membresía a un costo de 17.000 dólares anuales. Los interesados pueden conocer desde su portal los precios de algunos viajes, cuyo costo varía si se selecciona un vuelo privado o compartido, aunque el precio final dependerá de la fecha, ruta exacta y hora de compra, advierten.
Para pertenecer al selecto grupo de clientes, hay que adquirir una membresía por 17.000 dólares
Por ejemplo, un viaje entre Madrid y Buenos Aires alcanza 104.000 dólares si la contratación es privada. Si se trata de compartirlo, baja hasta 57.000 dólares pero la empresa sólo se compromete a reembolsar el costo de los asientos vendidos en créditos para viajes futuros. Si se quiere ir de Santiago de Chile a Egipto, el asunto sube hasta 121.707 dólares, sólo la ida.
Lo cierto es que JetSmarter se ha convertido en la comunidad de aviación privada más grande del mundo, moviendo a más pasajeros anuales que cualquier otra marca en la industria, aseguran. Negocio redondo si se considera que la empresa no posee ni opera los aviones, sino que los deja en manos de compañías aéreas con licencia FAA y debidamente registrados. Hace poco lanzó otro servicio, JetShuttle, que permite a los clientes reservar un asiento en un avión privado en rutas seleccionadas dentro de Europa.
El dinero ya no se ahorra, se disfruta
JetSmarter tiene más de 670.000 usuarios registrados en la app, 10.000 miembros inscritos y aseguran haber transportado a más de 40.000 pasajeros en un año. En el futuro inmediato, apuestan por continuar lanzando nuevos productos y rutas a nivel mundial, así como aumentar el ritmo en las existentes.
De acuerdo con el portal trendwatching.com, dedicado al análisis del gasto en los sectores VIP, el mercado global de lujo alcanzará 295.000 millones de euros en ingresos para 2020. Y los expertos sugieren que ese mercado ha cambiado, en el sentido de que valorizan más la experiencia que la posesión de bienes materiales, lo que a su vez ha generado que este tipo de negocios, donde la oferta es bienestar y comodidad, haya tenido el éxito asegurado en su destino.
Un viaje entre Europa y América del Sur puede subir a más de 100.000 dólares
Basta con leer algunos de los nombres de los inversores que han respaldado a JetSmarter -como Clearlake Capital, un fondo de capital privado, o Leucadia National Corporation, una compañía pública con nueve billones de dólares de capital en su haber- para entender que el negocio de los vuelos privados es atractivo para líderes, hombres de negocios, deportistas, estrellas del espectáculo, gente adinerada que conforma buena parte de su clientela habitual.
Para el resto de los humanos, tomar un vuelo comercial seguirá siendo una pesadilla de horas que comienza en el aeropuerto y continúa hasta tener suerte con el pasajero de al lado.