Zenaida Amador (ALN).- El testaferro de Nicolás Maduro, la mayor figura de la boliburguesía internacional, ha vuelto a saltar a los titulares bajo la lupa de la justicia estadounidense. Su red de “empresas”, con las que encubrió sobreprecios, sobornos y lavado de dinero, no sólo se aprovechó del hambre de los venezolanos, sino que también sirvió para facilitar la extracción de oro a Turquía.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Alex Nain Saab Morán tejió una red de conexiones con altos funcionarios venezolanos gracias a los hijastros de Nicolás Maduro por la vía del pago de coimas y comisiones. Así ganó millonarios contratos ligados con los “programas sociales” de Maduro, pero también se adentró en el diseño de la arquitectura financiera que le permitió al régimen la extracción irregular de oro para su venta en el exterior.
El empresario colombiano, junto a su socio Álvaro Pulido Vargas, movió unos 350 millones de dólares fuera de Venezuela, por cuentas que poseían o controlaban en su red de lavado de dinero y de pago de sobornos altos funcionarios venezolanos, según una acusación contra ambos presentada en una corte del Distrito Sur de la Florida.
El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó al ciudadano colombiano Alex Nain Saab Moran, un especulador que tejió una vasta red de corrupción que ha permitido al expresidente Nicolás Maduro y a su régimen obtener lucros significativos mediante importaciones de alimentos y su distribución en Venezuela. Saab ha lucrado personalmente a través del incremento artificial del valor de contratos, lo que incluye el programa de subsidios para alimentos denominados Comités Locales de Abastecimiento y Producción, conocidos como CLAP. A través de una sofisticada red de sociedades pantalla, socios comerciales y familiares, Saab volcó a mecanismos de lavado de dinero cientos de millones de dólares procedentes de la corrupción en todo el mundo.
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, 25 de julio de 2019
Los sobornos, que tocaron a los hijos y al sobrino de Cilia Flores, la esposa de Maduro, fueron la vía con la cual Saab terminó llegando a los contratos con sobreprecio del sistema de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), con los cuales el régimen entregaba alimentos a los segmentos más pobres de la población.
Hacia 2018, según el Departamento del Tesoro, el gobierno de Maduro comenzó a usar oro para “pagar algunos contratos, incluidos los contratos de alimentos de los CLAP”. Fue así como Saab comenzó a trabajar con Simón Alejandro Zerpa Delgado, actual ministro de Economía y Finanzas de Maduro, para ayudar al gobierno a liquidar el oro extraído en Venezuela y convertirlo en divisas.
Trabajó también con Tareck Zaidan El Aissami, actual ministro de Industria, en la creación de una estructura para que el gobierno de Venezuela vendiera oro a Turquía.
Dentro de este esquema, según el Departamento del Tesoro, Saab firmó un contrato con el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes) para adquirir moneda venezolana con el fin de comprar oro a mineras locales. El gobierno de Venezuela “presionó a las mineras” para que le vendieran el oro a Saab a una tasa de mercado oficial inflada, en lugar de venderlo en el mercado negro.
Parte de este oro fue enviado desde el sur del país, donde ocurre su extracción, a Caracas para ser refinado y luego fue vendido al Banco Central de Venezuela (BCV) para su posterior exportación. “Luego, el oro se enviaba a destinos como los Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Las entidades turcas compraban oro al gobierno de Venezuela y depositaban el dinero en cuentas en Turquía, que, a su vez, transfería los fondos a una cuenta que mantenía el BCV en Turquía”.
Mulberry Proje Yatirim Anonim Sirketi es una empresa de Saab registrada en Turquía, con participación en transacciones “que involucran prácticas engañosas o corrupción y al gobierno de Venezuela o proyectos o programas administrados por el gobierno de Venezuela”. Específicamente Mulberry se utilizó para facilitar pagos efectuados como parte de la red de corrupción del CLAP de Saab para la venta de oro en Turquía.
De hecho, Mulberry compraba bienes en Turquía en representación de clientes venezolanos, y aumentaba los precios antes de volver a vender esos artículos a Venezuela.
Una red que se tejió desde Colombia
A Saab, considerado un prófugo de la justicia colombiana, la Fiscalía de ese país le imputó en mayo pasado varios delitos, como lavado de activos, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportaciones e importaciones ficticias y estafa agravada con su empresa Shatex. Con esta firma presuntamente movió unos 135 millones de dólares a través de supuestas operaciones ficticias de comercio exterior.
La investigación, que cubrió el lapso 2004-2011, mostró cruces de recursos desde Venezuela que luego eran movilizados a cuentas en Estados Unidos, Israel y Panamá, entre otros, lo que permite pensar que se trata del lavado de fondos de la corrupción.
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Debido a filtración de información Saab, y otros socios y miembros de su familia implicados, lograron salir de Colombia antes de ser aprehendidos. Saab se encuentra en paradero desconocido.
En todo momento ha dicho que los señalamientos en su contra son falsos y malintencionados. Eso lo ha llevado a emprender cruzadas legales contra medios de comunicación que han investigado el caso o que han escrito al respecto, como Univisión y el portal periodístico venezolano Armando.Info.
Saab, citado por el diario El Tiempo de Bogotá sobre las sanciones dictadas en su contra, dijo que “el único objetivo de Estados Unidos es asfixiar al gobierno venezolano y creen que atropellando empresarios lograrán su cometido. Confío en que la verdad de toda esta infamia termine triunfando un día”.