(EFE).- El albergue mexicano Pan de Vida ofrece «casitas» a familias de migrantes en Ciudad Juárez, en la frontera norte de México, mientras esperan su cita para pedir asilo en Estados Unidos.
Ismael Martínez, director de Pan de Vida, con 30 años de historia, indicó este lunes a EFE que desde 2019 han recibido a más de 12.000 migrantes, y casi todos han cruzado a Estados Unidos con los requisitos legales que pide el país.
El activista explicó que el albergue comenzó como un comedor gratuito para niños de Ciudad Juárez, que poco a poco se convirtió en un centro de atención a migrantes que les proporciona ropa, casa, comida y acceso a internet, indispensable para que consigan su cita en Estados Unidos.
“Nosotros tenemos casitas donde se guardan las familias, se cubren, tienen lo básico, estufa, refrigerador, hacen su propia comida, duermen independientemente, distinto a lo que pasa en otros albergues, que son bodegas con literas», indicó Martínez.
Añadió que predominan personas de Honduras, Guatemala, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Venezuela, e, incluso, hay mexicanos.
“Ahorita están pasando muy rápido en Pan de Vida, llegan unos y se van, llegan otros y se van. Lo más que han durado es un mes, 15 días, una semana hay gente que llega y les cae luego luego (de inmediato) la aplicación, es muy satisfactorio saber que somos un gran apoyo para que ellos logren su sueño”, agregó.
Albergue mexicano: Una ayuda en medio del caos
La ayuda de este albergue se ofrece en medio del caos, agudizado la semana pasada por la orden ejecutiva del presidente estadounidense, Joe Biden, que restringe las peticiones de asilo y agiliza las deportaciones.
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Martínez expone que traficantes en las redes sociales mienten al decir que las puertas de Estados Unidos están abiertas, por lo que los migrantes ya no quieren llegar a los albergues y, en lugar de eso, van directo a las puertas del muro fronterizo.
“Me ha tocado ver gente que ha entrado, se han entregado y los han devuelto y les han puesto un castigo de cinco años. Ahorita yo les aconsejaría que usaran la aplicación (CBP One) y entraran con la frente en alto y no tener problemas allá en Estados Unidos”, indicó el director del albergue.
Las instalaciones del refugio, detalla, se sostienen con base en apoyos de la población civil, donaciones de efectivo, comida, ropa y zapatos, pues hay migrantes que llegan sin nada y se llevan maletas con todo lo necesario para sus primeros días en Estados Unidos.