Redacción (ALN).- “Es imposible exagerar la urgencia de frenar la violencia contra excombatientes, comunidades afectadas por el conflicto, líderes sociales y defensores y defensoras de los derechos humanos”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su informe trimestral para el Consejo de Seguridad sobre la situación de Colombia.
La violencia en Colombia preocupa a Naciones Unidas.
Entre el 28 de diciembre de 2020 y el 26 de marzo de 2021, fueron asesinados 14 excombatientes de las FARC. Esto hace un total de 262 asesinados desde la consecución del acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla en 2016, según datos de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos. Esta también advirtió de 24 asesinatos de defensores de los derechos humanos y líderes sociales, además de 10 masacres y 12 en proceso de verificación.
Por datos como este, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se mostró especialmente preocupado por la situación de Colombia.
“Es imposible exagerar la urgencia de frenar la violencia contra excombatientes, comunidades afectadas por el conflicto, líderes sociales y defensores y defensoras de los derechos humanos. Estoy al corriente de las múltiples medidas tomadas por las autoridades, pero me sigue preocupando gravemente que se sigan cometiendo estos atroces crímenes contra colombianos y colombianas que están trabajando por construir un futuro mejor, incluidos los jóvenes y las comunidades indígenas y afrocolombianas. Insto una vez más a todas las entidades del Estado a que se movilicen decididamente para mejorar la prevención, la protección y la respuesta a estas amenazas”, dijo Guterres en el informe trimestral sobre Colombia para el Consejo de Seguridad de la ONU.
En el documento señala al futuro como “decisivo” para Colombia.
Por qué el futuro es decisivo para Colombia
Por un lado, Guterres afirma que es decisivo el funcionamiento del sistema de justicia transicional de Colombia, el cual busca ofrecer un relato lo más fiel posible a la realidad de la guerra entre gobierno y FARC, así como garantizar la justicia a las víctimas.
“Para que el sistema tenga éxito en la defensa de los derechos de las víctimas y en sentar las bases de la reconciliación, es necesario que excombatientes, miembros de la Fuerza Pública y terceros en el conflicto proporcionen un relato exhaustivo y veraz de los crímenes cometidos, reconozcan sus responsabilidades y contribuyan a la reparación. También es esencial que todos los actores respeten la autonomía e independencia de la Jurisdicción Especial para la Paz para que esta pueda desarrollar su labor, y que quienes puedan aportar información sobre el paradero de las personas desaparecidas colaboren con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas”, dijo Guterres.
También serán decisivas las elecciones presidenciales previstas para mayo de 2022, que pueden perturbar los avances en los acuerdos de paz.
“En los próximos meses Colombia estará inmersa en una campaña electoral que coincide con la compleja coyuntura causada por la pandemia. Estas circunstancias sin precedentes hacen necesario que todos los actores políticos y la sociedad colombiana en general recurran al diálogo y a medios democráticos para resolver sus diferencias si el país quiere mantener el hito logrado en 2018, cuando se llevaron a cabo las elecciones más pacíficas e incluyentes en décadas. En este contexto, la adopción de la política de reconciliación, convivencia y no estigmatización puede resultar esencial, y la convocatoria periódica y el trabajo eficaz de los consejos de paz y reconciliación a nivel nacional, regional y local también pueden ser decisivos para implementar pactos políticos y fomentar un clima de confianza y tolerancia en medio de la creciente polarización”, sentenció.