(EFE).- Al menos doce manifestantes murieron y otros 28 resultaron heridos hoy en Bagdad durante las violentas manifestaciones que tienen lugar tras el anuncio de la renuncia «definitiva» de la política del influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, informó a Efe una fuente de seguridad.
La fuente, que pidió no ser identificada, dijo que las doce muertes y los 28 heridos se produjeron por «disparos y actos violentos» en la Zona Verde, el área fortificada de Bagdad que alberga los principales edificios gubernamentales como el Palacio Presidencial y el de Gobierno, que los sadristas han asaltado.
No especificó qué grupo disparó a los manifestantes, aunque medios afiliados a las milicias proiraníes de Irak que actúan bajo el paraguas de la agrupación gubernamental armada Multitud Popular, difundieron imágenes en Telegram de sus miembros disparando al aire durante la manifestación de los sadristas.
También denunciaron que combatientes de Saraya al Salam (Brigadas de la Paz), una milicia de Al Sadr, accedieron a la Zona Verde con «armas ligeras».
Decenas de miles de seguidores del clérigo han salido este lunes a las calles de Bagdad, donde han irrumpido en el Palacio Presidencial y en el del Gobierno, y de otras provincias del sur de Irak, en unas protestas en las que, según medios locales, se han registrado algunos choques.
Tras el asalto, las autoridades iraquíes anunciaron un toque de queda en Bagdad, que entró en vigor a las 15.30 hora local (12.30 GMT), y luego lo ampliaron a todo el país a partir de las 19.00 (16.00 GMT), aunque las manifestaciones han proseguido de manera ininterrumpida.
Miles de seguidores de Al Sadr, que llevan cuatro semanas acampados delante del Parlamento, edificio que tomaron a finales de junio durante seis días, se manifestaron hoy, tras el anuncio del clérigo, en la fortificada Zona Verde de Bagdad, que alberga las principales sedes gubernamentales, el Legislativo y embajadas extranjeras.
Ante el caos desatado, el presidente iraquí, Barham Saleh, se reunió con el primer ministro en funciones, Mustafa al Kazemi, y con los dirigentes del Parlamento y del Poder Judicial para abordar la situación.
Por su parte, la misión de Naciones Unidas en Irak calificó la actual escalada de «extremadamente peligrosa» e instó a los manifestantes a «cooperar con las fuerzas de seguridad y evitar acciones que puedan desencadenar una cadena de acontecimientos imparable», según un comunicado.