Daniel Gómez (ALN).- Lo que pasó con el aeropuerto recuerda a lo que está pasando con el Gran Premio de México. El presidente reitera que su gobierno no financiará la carrera, la cual corre el riesgo de desaparecer del calendario en 2020. Si finalmente ocurre, Andrés Manuel López Obrador echará por tierra uno de los grandes éxitos de Carlos Slim. El magnate es el principal responsable de que la F1 corra en México.
La Fórmula 1 está en vilo. El Gran Premio de México, el más exitoso del campeonato, no tiene espacio en el calendario de 2020. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador retiró su presupuesto, y ahora falta financiación. Pero no todo está perdido. “Estamos tratando de encontrar un camino que funcione para los dos”, dijo este lunes el presidente de la F1, Chase Carrey.
Tras 23 años de ausencia, en 2015 el GP de México volvió a la parrilla de la Fórmula 1. Para lograrlo, estuvieron cuatro años negociando. Conversando con los directivos del deporte, con los funcionarios del Gobierno, con los empresarios del país. Con Carlos Slim, el hombre más rico de México, quien se sabe que lideró estas conversaciones.
Después de cuatro años analizando propuestas, buscando patrocinadores y acondicionando el Autódromo Hermanos Rodríguez, la Fórmula 1 dijo sí y firmaron un contrato de cinco años que finaliza este 2019. No se renovará. No al menos con las condiciones actuales.
El GP de México funciona bajo una fórmula público-privada. Una parte del dinero la ponen los patrocinadores, otra la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), y lo restante es una aportación del Estado.
La revista Milenio precisa que el Gobierno destina 42 millones de dólares anuales para garantizar la carrera. Ahora esta partida, como dijo López Obrador, se invertirá en el Tren Maya, un megaproyecto de 6.300 millones de dólares que pretende conectar Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo a través de una línea de ferrocarril de 1.500 kilómetros.
El Tren Maya es una iniciativa personal del presidente. Dice que comunicará “una de las regiones de más importancia cultural en el mundo”. Que será “un detonante para el desarrollo del país”. Que la obra se concluirá en 2023. Y que ya tiene listas las siete licitaciones que sacará a concurso.
López Obrador también dijo que por este proyecto no habrá dinero para el GP de México. “En algunos casos estos eventos se financiaban con el fondo del fomento al turismo y ese fondo está comprometido para la construcción del Tren Maya”, apuntó en febrero.
La historia del aeropuerto se repite
El presidente les dice a los directivos de Liberty Media, empresa que organiza el campeonato, que saquen adelante la carrera con inversión privada. Que se quedaron sin dinero público. Fue lo mismo que le dijo a Slim cuando se opuso a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.
Fue la misma operación. Dijo no al proyecto. Un proyecto cuyo principal contratista era Slim. Lo canceló nada más llegar al gobierno. Y en su lugar, impulsó la iniciativa que el mandatario llevaba promocionando desde la campaña: que para aliviar el tráfico aéreo en Ciudad de México se modernizaba la terminal Benito Juárez y se reacondicionaba el aeródromo militar de Santa Lucía.
Hay que recordar que el Tren Maya, proyecto que se llevará el dinero de la F1, es también una propuesta de campaña. Además, hay que recordar que el GP de México no es sólo una ambición de Liberty Media, sino también de Slim.
Es conocida la pasión del magnate por la F1. Se deja ver por muchas de las carreras del calendario y al GP de México nunca falta. En 2011, Slim fue quien inició las conversaciones entre las autoridades mexicanas y el entonces jefe de la F1, Bernie Ecclestone.
También son sabidas las estrechas relaciones de Slim con la corporación que organiza el campeonato. En 2013, a través de su grupo de telecomunicaciones, América Móvil, compró la unidad de medios de la CIE por 34 millones de dólares.
La influencia de Slim como hombre más rico de México, como amante del deporte, y como socio de la CIE, han estado detrás del éxito de la carrera. En 2018, por cuarto año consecutivo, recibió el premio al mejor evento del año por parte de la F1.
“La carrera mexicana es uno de los momentos más destacados del campeonato. Estamos muy orgullosos de la alianza con México y nos entusiasma continuar trabajando juntos”, dijo el jefe de la F1 este diciembre en la gala de clausura, celebrada en San Petersburgo, Rusia.
El GP recauda 271 millones de dólares anuales
Hasta ahora, el GP de México siempre había caído a finales de octubre, principios de noviembre. Coincidiendo con el Día de Muertos, quizá la fiesta más conocida del país. Que se solaparan fechas servía a la F1 para explotar la alegría y el colorido que desbordan los mexicanos en esta festividad.
La influencia de Slim como hombre más rico de México, como amante del deporte, y como socio de la CIE, han estado detrás del éxito de la carrera. En 2018, por cuarto año consecutivo, recibió el premio al mejor evento del año por parte de la F1
Los mexicanos también son conocidos por su fanatismo por la F1. El ídolo sin duda es el compatriota Sergio Pérez, piloto de Racing Point Force India, pero la devoción se expande hacia toda la parrilla.
Tanta alegría, tanto fanatismo, tienen un impacto económico en Ciudad de México de más 271 millones de dólares anuales. Lo dice un estudio del diario El Universal basado en las cifras del estudio Impacto Económico de la Evaluación Deportiva. Si se mantiene la tendencia, en cinco años habrá recaudado 1.355 millones de dólares.
La cuenta podría seguir subiendo, pero López Obrador desvió el grifo del dinero público. Este irá a parar a su proyecto, el Tren Maya. Ahora la pregunta es: ¿Logrará Slim rescatar el GP de México?