Elizabeth Fuentes (ALN).- El tiempo, la agenda y el horario no se llevan hoy en la muñeca. Descansan en móviles, tabletas e incluso en pulseras que miden hasta los pasos que damos. Lejos de ser una antigüedad, los relojes se reinventan a diario multiplicando sus ganancias a punta de mercadotecnia, diseño y lujo. Los coleccionistas deliran por un Overseas Worlwide de Vacheron Constantin, un reloj de lujo cuya esfera contiene las 37 zonas horarias y permite saber, con solo ver la pantalla, qué hora es en Tokio, Nueva York o Caracas. Para facilitarle más la vida al dueño, lleva un disco de zafiro que indica el día y la noche y, cumpliendo con su rol de joya, viene con tres pulseras intercambiables en piel de cocodrilo, de acero inoxidable y de caucho. Para su lanzamiento, la empresa suiza contrató al fotógrafo Steve MacCurry para que viajara a Nueva York, Hong Kong, México, China, India, Japón y Ginebra, y fotografiara al Overseas Worldwide con cada uno de estos lugares como telón de fondo. ¿El costo del reloj? 100.600 dólares.
Adquirir un reloj de lujo es una buena inversión. Si bien se suele devaluar un poco en relación a su precio original, al momento de alguna emergencia económica existe la posibilidad de venderlo a muy buen precio directamente o, si el tiempo no apremia, a través de reconocidas casas de subastas especializadas en el asunto.
No son relojes, son joyas que dan la hora
Una de ellas, Antiquorum, logró vender más de cuatro millones de dólares en joyas y relojes en diciembre del año pasado, entre ellos un Hublot Big Bang King -la marca preferida por las nuevas fortunas ligadas al gobierno de Venezuela-, por 5.250 dólares Su precio original supera los 7.000 dólares, lo que permite inferir que vendedor y comprador salieron sonrientes de la transacción.
Con más suerte corrió quien decidió vender su Patek Philippe Yellow Gold, año 2003, por el cual pedía 16.000 dólares pero terminó en 20.000 dólares. Así como el Patek Philippe Perpetual Calendar Platino, un ejemplar adquirido en 1997 y por el cual el propietario pedía 29.000 dólares. En la puja su precio se elevó hasta 36.250 dólares.
Otra casa, Auctionata, esta vez de subastas online, logró vender casi todos los 28 Rolex Oyster Perpetual, en su mayoría vintage, por un precio muy superior al valor inicial que les otorgaron. Esta casa, como muchas otras, asegura que “combina la elegancia y la emoción de una casa de subastas tradicional con la comodidad de las ofertas en línea, en tiempo real”. Las subastas tienen lugar en Nueva York y Berlín, y se transmiten en tiempo real a través de streaming. Esto permite a los interesados participar con los medios digitales -PC, smartphones, tabletas- desde cualquier lugar del mundo. Su record: un Patek Philippe de 1953, ofrecido en 200.000 dólares pero que culminó la justa nada menos que con 500.000 dólares en la cuenta bancaria del oferente.
Hermés, Dior, Dalí, Warhol: todos tienen su reloj
El homenaje de Andy Warhol a Nueva York, en una pieza de colección, muy rara y perseguida
Dalí los derritió. De hecho hay algunas reproducciones de relojes blandos o derretidos de Dalí, imitando los de su obra clásica La Persistencia de la Memoria. Andy Warhol también ideó un reloj para la empresa Movado, que llamó Five Time Watch, una pulsera construida con cinco fotos tomadas por Warhol en distintas zonas de Nueva York. Cada foto, enmarcada en un pequeño rectángulo y firmada en la parte posterior por Warhol, es un pequeño reloj. La edición, de solo 250 ejemplares, hoy se consigue en 10.000 o 15.000 dólares, dependiendo del estado de la pieza.
Nueva York es también la protagonista del último reloj presentado por Hublot, el Classic Fusion Aerofusion Chronograph Concrete Jungle, el único de hormigón de la marca, diseñado por el artista callejero Tristan Eaton, quien pintó la Estatua de la Libertad para el fondo de la esfera. “Con una cantidad limitada de 50 piezas, la marca está encantada de poder ofrecer esta referencia a un selecto grupo de compradores que aprecian la ciudad de Nueva York por su vivacidad, su tenacidad y su inspiración”, dijo en la presentación el director general de Hublot of America, Jean-Francois Sberro, aunque evadió señalar que cada uno vale 19.500 dólares.
Por supuesto, la alta costura también ha tratado a los relojes como joyas. La casa Louis Vuitton lanzó su Escale Worldtime Minute Repeater, que señala la hora en todo el mundo. Solo que este modelo tiene la caja en oro rosa y titanio y el disco, con sus 38 ciudades, está pintado a mano, labor que significó más de 40 horas de trabajo en cada uno. Su precio asciende hasta los 53.000 dólares.
Pero en el llamado Oscar de los Relojes, que tiene lugar cada año en Ginebra -dónde más-, el primer premio para el Artistic Crafts Watch Prize, es decir, relojes hechos a mano, se le otorgó al Protocole XXL “Secrets and Lights” Venice de Piaget. Este fue hecho artesanalmente con 5.000 azulejos de cristal minúsculos para reproducir la Basílica de Santa María Della Salute en Venecia. Un trabajo tan arduo y costoso que la casa produjo solo tres, a un precio de 250.000 dólares.
Poseer un Rolex asegura una buena inversión a futuro
Un poco menos hay que pagar para ponerse en el titulado Mejor Reloj del Mundo, el Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1 de Ferdinand Berthoud, una edición limitada en oro blanco y titanio.
Como se ve, el mundo de la relojería es infinito y particular. Allí habitan sus coleccionistas fanáticos, un premio anual internacional, diseñadores y artesanos muy bien pagados, y hasta una Semana de la Relojería que se realiza en Dubai.
Los expertos en negocios recomiendan que a la hora de las vacas gordas lo mejor es poseer un Rolex, que siempre ha funcionado como el mejor salvoconducto a la hora de venderlo. El dueño podrá llorar su partida, pero nunca se quedará con las manos vacías.