Daniel Gómez (ALN).- Todo es redundante en el Twitter del presidente de Estados Unidos. Donald Trump sigue apenas 45 cuentas. 15 de ellas llevan su apellido porque son familiares y negocios. Otras 10 forman parte de su núcleo político. El resto las reserva para la cadena Fox, sus periodistas, y el entretenimiento. Este es su selecto club.
El más fiel y febril seguidor del presidente de los Estados Unidos vive en la Casa Blanca. También es adicto a Twitter, a su Twitter. Acumula 50 millones de seguidores en la red social y apenas sigue a 45 usuarios, bueno, a 25 si se restan las cuentas vinculadas a él. Por si cabía duda, dicho personaje es Donald Trump.
Sorprende que un hombre que se pasa las 24 horas del día pegado a Twitter sólo ha concedido 24 ‘me gustas’, siete de ellos a él mismo.
Tal muestra de narcisismo tiene un trasfondo estratégico. Dar ‘me gusta’ a una publicación propia sirve para rescatar el tuit, para devolverlo a la parte alta del río. Las siete veces que lo ha hecho coinciden con tuits de propaganda suya.
Y si se da ‘me gusta’ a sí mismo, ¿qué pasa con el resto de seguidores, con el selecto club de los 45?
Líderes de opinión
Donald Trump quizá aprendió la técnica del ‘me gusta’ de una de las personas a las que sigue, Greta Van Susteren, autora de Todo lo que necesitas saber de las redes sociales. Será este uno de los pocos libros que lee Trump, tal como afirma el periodista Michael Wolff –a quien no sigue en Twitter- en su polémica obra Fuego y Furia.
Según narra Wolff, el presidente pasa horas viendo la televisión. Por lo general, con una Coca-Cola en la mano. Pero al mandatario no le gusta cualquier canal, le gusta la conservadora Fox. Por eso la sigue en la red social. A Fox, y a buena parte de sus comunicadores, como Tucker Carlson, Jesse Watters y Sean Hannity.
Otros periodistas del agrado de Trump –por eso los sigue en Twitter- son los míticos Matt Drudge y Bill O’Reilly. El primero se hizo famoso por destapar el caso Lewinsky, el escándalo sexual que afectó al expresidente Bill Clinton. El segundo, O’Reilly, es considerado uno de los comentaristas conservadores más influyentes y polémicos.
Empresas y negocios
En Twitter, como buen empresario, Trump también hace un seguimiento de los negocios. Pero no los de todo el mundo, sino de los suyos. Sigue a la Organización Trump, al club de golf Trump, a los hoteles Trump…
Política
No se cansen de leer Trump. Es así. Todo en el Twitter lo es. Redundante, repetitivo. Hasta 15 cuentas a las que sigue llevan el apellido Trump. Estas son las de sus empresas, su esposa, sus exmujeres, sus hijos, su club de fans…
Por no contar las de sus asesores. Brad Parscale, director de campaña de Trump, menciona al presidente en su descripción. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, también. Y como estos, otros fieles como Dan Scavino (sigue sus dos cuentas), Reince Priebus y Michael Cohen. Al menos el vicepresidente de EEUU, Mike Pence –al que también sigue Trump- no tiene la necesidad de nombrarlo en su descripción.
Al final, Twitter no deja de ser el más preciado tesoro de Trump, el arma que lo catapultó a la Presidencia y lo convirtió en uno de los personajes más trascendentes del momento. Esto, sumado a su tremendo amor propio, explica todo lo demás.
Por si sorprende, salvo excepciones como el comunicador británico Piers Morgan y el empresario Mark Burnett, todos son estadounidenses en el selecto club de los seguidos por Trump. Ni rastro de latinoamericanos, españoles, por ejemplo. Tampoco hay huella de ningún presidente. Ni de Estados Unidos, ni de ningún otro país. Lo de Kim Jong-un tendrá que esperar.
Familia
Deporte y espectáculo
No todo en Donald Trump es política y negocios. Le encanta el golf y es aficionado de Gary Player, uno de los mejores golfistas de la historia. También es una de las escasas personas a las que el presidente sigue en Twitter.
Otro hobby de Trump es el folklore. En EEUU se hizo famoso por aparecer continuamente en programas de telerrealidad que él mismo dirigía. También fue peleador de lucha libre. De hecho, luchó contra Vince McMahon, amigo suyo en Twitter. Por supuesto, Trump ganó, lo humilló y demostró que es el macho alfa. Hasta le rapó el pelo en directo.
El presidente también es aficionado a Diamond and Silk. Este dúo de negras, famoso por comentar la actualidad política en YouTube, fue un dinamizador en la campaña de Trump.
El arte de rentabilizar el Twitter
En la peculiar forma en que Trump gestiona Twitter se advierte que fue empresario. Sabe ser rentable. Sólo sigue a 45 personas, pero suma 50 millones de seguidores. Es una estadística abrumadora. Más de un millón de usuarios (en concreto, 1,1 millones) por cada cuenta seguida.
Nadie atesora una estadística igual, ni siquiera líderes de las redes como Barack Obama y Justin Bieber. El expresidente Obama, por ejemplo, suma 103 millones de seguidores, pero sigue a 600.000 usuarios. Es el mismo caso de Bieber. El cantante más mediático es seguido por 106 millones de personas, pero no puede con la estadística de Trump porque sigue a 315.000 usuarios.
En porcentaje, el mandatario es más rentable que Obama y Bieber a la hora de generar seguidores. Lo mismo ocurre con otros iconos como Cristiano Ronaldo, Shakira y LeBron James. En esto Trump es el número uno.
Las claves del éxito residen en su carácter. Es espontáneo y contundente, los dos rasgos más valorados para generar impacto en la red social. Que está a disgusto con la política fiscal de Amazon, carga contra ella. Que no está contento con uno de sus asesores, lo despide en directo como pasó con David Shulkin, exsecretario de Asuntos de Veteranos, quien se enteró del despido por un tuit del presidente y no por una comunicación oficial de la Casa Blanca.
Estas ocurrencias han convertido la cuenta del mandatario en el perfil de Twitter más viral de la historia. No hay día en que un tuit suyo se salve de ser reseñado por los medios de comunicación. El último no tiene desperdicio: «Rusia promete derribar todos y cada uno de los misiles contra Siria. Prepárate, Rusia, porque los que vendrán serán bonitos, nuevos e inteligentes. ¡No deberíais ser socios de un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta!”
Russia vows to shoot down any and all missiles fired at Syria. Get ready Russia, because they will be coming, nice and new and “smart!” You shouldn’t be partners with a Gas Killing Animal who kills his people and enjoys it!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 11 de abril de 2018