Redacción (ALN).- La dificultad para conciliar el sueño es un problema común que afecta a millones de personas en todo el mundo. El insomnio puede afectar no solo el bienestar físico y emocional, sino también la productividad y la salud a largo plazo. Aunque muchos factores pueden contribuir a este problema, la ciencia ha identificado algunas prácticas nocturnas que pueden ayudar a dormir profundamente y mejorar la calidad del descanso.
Establece una rutina nocturna relajante
La clave para combatir el insomnio es enseñar al cuerpo a reconocer la «hora de dormir» a través de una rutina constante y relajante. Esto ayuda a regular el ritmo circadiano, el reloj interno que controla los ciclos de sueño y vigilia.
Dedica entre 30 minutos y una hora a actividades relajantes antes de dormir, como leer, escuchar música suave o practicar la meditación. Evite el uso de dispositivos electrónicos, ya que la luz azul de las pantallas puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Elimina la cafeína
El consumo de cafeína y ciertos alimentos antes de dormir puede ser una barrera importante para conciliar el sueño. La cafeína, presente en el café, el té y algunos refrescos, es un estimulante que puede interferir con el sueño hasta seis horas después de su consumo.
Evita consumir cafeína al menos seis horas antes de acostarte, y opta por una cena ligera entre dos y tres horas antes de dormir. Evite comidas pesadas, picantes o con alto contenido graso, ya que pueden dificultar la digestión y provocar malestar al acostarse.
Implementa técnicas de respiración y relajación
Las técnicas de respiración profunda y relajación ayudan a disminuir la actividad del sistema nervioso, reduciendo el estrés y promoviendo un estado de calma ideal para dormir. Estos ejercicios no solo inducen la relajación sino que también regulan el ritmo cardíaco y la presión arterial, facilitando un sueño más profundo.
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Una técnica simple es la respiración 4-7-8, que consiste en inhalar por la nariz durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar por la boca durante 8 segundos. Repite este ciclo de 4 a 6 veces hasta que te sientas en un estado de relajación.
Evita la luz y crea ambiente
La luz es uno de los principales reguladores del reloj circadiano, y la exposición excesiva a la luz artificial en la noche puede confundir al cerebro, haciéndole creer que aún es de día. Por el contrario, un ambiente oscuro promueve la producción de melatonina, facilitando el sueño.
Mantén una exposición mínima a luces intensas al menos una hora antes de dormir. Durante la noche, procura que la habitación esté completamente oscura. Si es necesario, utiliza cortinas opacas o un antifaz para dormir. También puedes incorporar luces tenues y cálidas en tu dormitorio, lo cual puede ayudar a crear un ambiente relajante.
Cuida tu dormitorio
La temperatura corporal desciende ligeramente al dormir, y un ambiente demasiado cálido o frío puede interrumpir este proceso, afectando la calidad del sueño. Crear un ambiente fresco y cómodo en la habitación puede facilitar un sueño más profundo y reparador.
La temperatura recomendada para dormir es de aproximadamente 18-20 °C. Ajusta el termostato de tu habitación o utiliza ventiladores si es necesario. Además, utiliza ropa de cama adecuada para la temporada y considere opciones de tejidos transpirables.
Con información de Marca