Daniel Gómez (ALN).- A Telefónica le preocupa la competencia en México porque escasea, y en Chile y Perú porque es demasiado intensa. En el primer caso no consigue reforzarse, y en el segundo no logra consolidarse. La solución a todo esto la dio Ángel Vilá, consejero delegado, este jueves en Madrid: “Crecer de forma orgánica y generar valor”.
Telefónica es la empresa de telecomunicaciones número uno de América Latina. Aun así, tiene muchos retos por delante, como potenciar el negocio en México y adaptarse a la fuerte competencia en Chile y Perú.
México es el negocio que más inquieta a la multinacional española. La facturación cayó 5,4% interanual en el primer trimestre de 2018, totalizando 277 millones de euros. El monto luce bajo en un mercado de 130 millones de personas. Colombia, con 50 millones de habitantes, facturó más: 319 millones de euros.
Sobre el caso de México preguntó un analista en la presentación de resultados celebrada este jueves en Madrid. “La regulación tuvo un impacto negativo en los ingresos”, contestó Ángel Vilá, consejero delegado de Telefónica.
Sobre México: “Estamos centrados en el valor del negocio y en el crecimiento orgánico”
Es el problema de siempre. Las telecomunicaciones en México son territorio histórico del magnate Carlos Slim y su empresaAmérica Móvil. Desde 2014, el Estado trata de facilitar la entrada a nuevas operadoras para avivar la competencia. Uno de ellos es Movistar, de Telefónica.
Lo que ocurre es que, o las reformas avanzan lento, o estas entorpecen la competencia. El resultado de todo esto es que nada cambia: Slim sigue como agente dominante pues América Móvil todavía ostenta 60% de la cuota de mercado.
De momento Telefónica confía en México. Por eso sigue ejecutando su plan: “Estamos enfocados en el retorno de capital, centrados en el valor del negocio y en el crecimiento orgánico. Mantendremos la presencia en las áreas metropolitanas”, dijo el directivo a los analistas. No obstante, agregó que también barajan “alternativas” estratégicas.
¿Qué pasa en Chile y Perú?
A diferencia de lo que ocurre en México, en Chile y Perú hay un exceso de competencia. Tal es la intensidad que Telefónica no consigue afianzarse en ninguno de los mercados. “Es difícil pensar en consolidarse”, admitió Vilá.
Lo más ilustrativo para estos casos es el indicador de ingresos por servicios de móvil. En Chile cayó 8,3% interanual por “la migración de clientes hacia los nuevos planes de contrato”, detalló Telefónica. En Perú se contrajo 13,1% “por la reducción de las tarifas consecuencia del agresivo entorno competitivo y por las nuevas tarifas de la interconexión móvil”.
En ambos casos, la estrategia es “crecer en orgánico”, sin fusiones ni adquisiciones, sino con propuestas que “generen valor” a los clientes, precisó Vilá a los analistas.