Daniel Gómez (ALN).- Rusia sólo conseguirá un influencia real en Latinoamérica “si es capaz de proyectar su poder más allá de sus aliadas de la Guerra Fría, como Cuba y Nicaragua, y los aliados del ALBA”, dice Mira Milosevic, investigadora principal del Real Instituto Elcano y autora del informeRusia en América Latina: repercusiones para España.
“La presencia rusa en algunos países de América Latina es tan insignificante que ni siquiera aparece en los informes”. Son palabras de Mira Milosevic, investigadora principal del Real Instituto Elcano y autora del informe Rusia en América Latina: repercusiones para España, presentado este jueves en la Casa de América de Madrid.
Milosevic afirma que “con los criterios clásicos de influencia comercial y actividad diplomática podemos decir que Rusia tiene una débil presencia en Latinoamérica”. En términos económicos efectivamente es así: la relación comercial con la región supone apenas 2,28% del total.
Hay un dato cierto: Rusia es un importante exportador de armas. Venezuela es su destino principal. Allí van a parar 73% de las ventas totales, mientras que el resto de porcentajes se reparten entre México, 9%, Perú, 8%, y Brasil y Colombia, 3% cada uno. El 3% restante se distribuye por toda la región.
Pese a la cantidad de armas que vende a Venezuela, sus principales socios comerciales son Brasil y México.Lo cual parece contradictorio, ya que las relaciones de Moscú se concentran en el eje Caracas–La Habana–Managua.
“Los mayores socios comerciales no son sus mayores aliados geopolíticos. Por un lado, tiene a Cuba, Nicaragua y Venezuela, y por otro a los países económicamente más desarrollados que son sus socios comerciales”, dijo Milosevic.
En este sentido, si el objetivo de Rusia “es ampliar la presencia en América Latina para ser una potencia, sólo lo conseguirá si es capaz de proyectar su poder más allá de sus aliadas de la Guerra Fría, como Cuba y Nicaragua, y los aliados del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) como Venezuela y Bolivia”.
En cierto modo lo están haciendo. Tras las sanciones impuestas a Moscú por la Unión Europa, el gobierno de Vladimir Putin ha estrechado posturas con Argentina, Uruguay y México, sobre todo para adquirir alimentos.
Es un paso, pero no suficiente. Milosevic insiste en que sería bueno para Rusia “potenciar la relación con Latinoamérica”, pero también señala que no se trata de un objetivo realista debido a la crisis económica que vive el país. “En los próximos años Rusia no será un gran inversor en los países latinoamericanos”.
¿Y la relación diplomática? ¿Hay espacio para estrechar relaciones? “Rusia no es que tenga una estrategia especial en América Latina. En los documentos oficiales no ocupa intereses privilegiados. Su visión mundial es la de recuperar el estatus de gran potencia. Crear un mundo multipolar. Un mundo post-occidental”.
Para ello, sus aliados siguen siendo los mismos. Los viejos aliados soviéticos, y los países del ALBA. Nicolás Maduro es un firme defensor “del mundo multipolar”, replicando así el lenguaje de Putin.
¿Esto para qué le sirve? Milosevic tiene una opinión al respecto. “Esto tiene un interés geopolítico y es desafiar a los Estados Unidos estando en ‘su patio trasero’, que es la interpretación que Rusia da de la región desde la época soviética”.