Pedro Benítez (ALN).- Este domingo quedó en evidencia que el régimen chavista ha perdido cinco millones de votos desde el 2012. No tiene votos, pero sí balas. Con 16 asesinados también fue el día más violento desde que comenzó la actual ola de protestas. Más importante que el anuncio del Consejo Nacional Electoral, lo fue el del Alto Mando Militar, ellos son los auténticos electores.
No importa lo que diga el Consejo Nacional Electoral (CNE), institución encargada de organizar y anunciar los resultados electorales en Venezuela. Primero se manifestaron los jefes militares avalando la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Son ellos los que sostienen el régimen que preside Nicolás Maduro, pues ayer quedó más que clara la razón por la cual éste se puso abiertamente a espaldas de su propia legalidad: no tiene votos para ganar ninguna elección medianamente libre.
Según datos filtrados por fuentes del CNE, y que los voceros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) divulgaron anoche, solo participaron 2.483.000 personas, el 12,4% del Registro Electoral Permanente (REP). Es decir, una abstención del 87%; número sin precedentes desde 1946, año desde el cual se realizan elecciones universales y directas en el país.
Este es un anuncio demoledor de cualquier resto de confianza en el sistema electoral venezolano. La percepción generalizada no se corresponde con la imagen que oficialmente se pretende imponer
La cifra oficial anunciada por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, asegura que los candidatos de la ANC lograron más votos que Maduro en abril de 2013, por encima de los ocho millones y 100.000 menos que la más alta votación de Hugo Chávez; es decir, cuatro años seguidos de caída económica no le han pasado factura política. Todo un récord solo comparable con las elecciones que hacía el dictador iraquí Saddam Hussein.
Este es un anuncio demoledor de cualquier resto de confianza en el sistema electoral venezolano. La percepción generalizada no se corresponde con la imagen que oficialmente se pretende imponer.
Sintomático y premonitorio fue que Nicolás Maduro haya ejercido su voto muy temprano en la mañana sin presencia de electores, a diferencia de todos los presidentes de Venezuela que lo han hecho a horas más avanzadas para incrementar la cobertura y el impacto comunicacional de su participación. El temor al rechazo, a las pitas y los tomatazos lo dominó.
Escalada de violencia
También fue el día más violento desde que comenzó la actual ola de protestas con 16 asesinados en los enfrentamientos con las fuerzas militares, en su mayoría en los estados suroccidentales de Táchira y Mérida, en los Andes venezolanos. En varias poblaciones de estas entidades federales desde hace días ha ocurrido una nueva escalada en la violencia, caracterizada por la respuesta agresiva y desafiante de la población civil en contra de los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Una señal preocupante de lo que viene ahora por la combinación de dos factores, a su vez consecuencia de la instalación de esta ANC: el empeoramiento de la situación económica y el convencimiento de la mayoría de los venezolanos de que los gobierna un régimen sin su consentimiento.
Así las cosas, a Maduro lo sostiene solo la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que como guardia pretoriana lo apoyará mientras le pueda pagar y sostener sus privilegios. Es un régimen fundado por un militar (Hugo Chávez) y sostenido por jefes militares que se lucran de los negocios derivados del control de cambio, de las importaciones de comida, de los monopolios mafiosos, de todo tipo de contrabando y de la explotación petrolera y minera.
Para Maduro y el Alto Mando Militar es fundamental resolver en los próximos días el financiamiento externo y, dada la pérdida de reconocimiento de la comunidad democrática de América y Europa, sienten que su sobrevivencia va a depender de dos potencias: China y Rusia.