Zenaida Amador (ALN).- Es poco lo que se sabe con certeza sobre el alcance de los acuerdos de Maduro en China, salvo que no involucran un préstamo por 5.000 millones de dólares para Venezuela. Lo único que logró Maduro fue negociar que China inyecte recursos en empresas donde tiene participación.
La negativa del gobierno de Nicolás Maduro a recibir asistencia financiera para salir de la aguda crisis que atraviesa Venezuela es ampliamente conocida. Aun así, a lo largo de su gestión ha merodeado entre aliados como China y Rusia a la caza de fondos sin escatimar en concesiones para lograrlo, al punto de que la semana pasada alcanzó acuerdos con Beijing que podrían convertirse en la bocanada de oxígeno que le permita sostenerse en el poder, a pesar del rechazo popular y la inestabilidad del país en el marco de la opacidad que define a su gobierno.
A tono con esto es poco lo que se sabe con certeza sobre el alcance de tales acuerdos, salvo que no involucran un préstamo por 5.000 millones de dólares para el país como ofreció en días pasados el ministro de Economía de Venezuela, Simón Zerpa, quien meses atrás había prometido que ese financiamiento se concretaría como parte de los acuerdos entre ambas naciones.
Desde 2007 comenzó un endeudamiento sistemático con China, por el cual Venezuela ha recibido cerca de 60.000 millones de dólares en los últimos 11 años
No hay que olvidar que desde 2007, bajo la administración de Hugo Chávez, y aun cuando Venezuela experimentaba un boom de ingresos petroleros, comenzó un endeudamiento sistemático con China, por el cual la nación ha recibido cerca de 60.000 millones de dólares en los últimos 11 años, de los cuales se mantienen por pagar unos 25.000 millones, que comprometen buena parte de las exportaciones petroleras en la actualidad.
En 2007 ingresaron los primeros 4.000 millones de dólares vía crédito del Banco de Desarrollo de China, renovados en 2011 por un monto similar, cuyo pago se completó en 2014, cuando se acordó su renovación por otros 4.000 millones de dólares. A tales efectos Venezuela se comprometió a despacharle a China 100.000 barriles de crudo al día sujetos a variaciones según el precio del petróleo.
En paralelo, en 2009 ingresó otro préstamo por 4.000 millones de dólares del Banco de China, que fue renovado por un monto similar en 2012, a cuyos efectos el país se comprometió a despachar 130.000 barriles diarios. En 2013 el Banco de Desarrollo de China inyectó 5.000 millones que implicaron enviarle 100.000 barriles diarios de crudo. Luego, en 2015, se anunció la renovación de esta línea por 5.000 millones de dólares con un plazo de amortización a tres años.
Adicionalmente, en 2010 se pactó también una línea de financiamiento a 10 años por 20.000 millones de dólares, lo que requería el envío de 200.000 barriles de crudo por día como pago. A lo anterior se suman otras asistencias y créditos puntuales, algunos enfocados en los sectores minero y petrolero.
Ahora se aspiraba a que Venezuela lograra un nuevo tramo de 5.000 millones en una renovación crediticia, pero no fue así. También se esperaba cambiar los términos de pago de la deuda para liberar parte de los barriles comprometidos, pero nada de lo informado oficialmente indica que este objetivo se alcanzó.
Peor es nada
Al final, en concreto, el Gobierno negoció la venta de 9,9% de sus acciones en la empresa petrolera mixta Sinovensa a la estatal China National Petroleum Corporation (CNPC) por un monto hasta ahora desconocido, que en todo caso generará un pequeño ingreso en medio de la precariedad económica que asfixia al país. Según Nicolás Maduro, esta venta viene de la mano del acuerdo para elevar las exportaciones petroleras a China a un millón de barriles al día, donde entraría en juego una inversión de 5.000 millones de dólares, sobre la cual no dio detalles ni hizo precisiones.
Vale acotar que también se firmaron otros memorandos de entendimiento que amplían el peso de China en la Faja Petrolífera del Orinoco, como los que buscan evaluar la explotación del Bloque Ayacucho 6, la prestación de servicios integrales para la perforación de 300 nuevos pozos en la División Ayacucho, evaluar la factibilidad de la prueba térmica de la Empresa Mixta Petrourica y la hoja de términos para el financiamiento de Petrozumano, empresa mixta entre PDVSA y CNPC.
Se esperaba cambiar los términos de pago de la deuda para liberar parte de los barriles comprometidos, pero nada indica que este objetivo se alcanzó
De allí que algunos analistas y firmas como Ecoanalítica estimen que lo único que logró Nicolás Maduro fue negociar que China inyecte recursos en empresas donde tiene participación, lo que pudiera darle algún impulso a la alicaída industria petrolera -pilar de los ingresos del país-, cuya producción viene cayendo hasta los 1,3 millones de barriles por día. Con este nivel actual de bombeo no sólo resulta difícil cumplir los pagos de deuda con la propia China sino con el resto de los acreedores internacionales y, a la vez, atender las necesidades de la nación.
Maduro no logró la asistencia financiera que el país requiere, pero fue lo mejor que pudo alcanzar dada su condición, por la que le resulta más fácil negociar entre aliados que exponerse internacionalmente. El Gobierno, dado a la opacidad y que ha desmantelado la institucionalidad democrática, carga con el peso de unos 40 países que desconocen a la Asamblea Nacional Constituyente -que usurpa las funciones del Poder Legislativo– y de unos 20 que desconocen la reelección del propio Maduro como presidente, sin hablar de las sanciones internacionales aplicadas por varios gobiernos. Estos elementos, a la par del afán oficial por seguir adelante en la aplicación de un modelo económico que ha conducido a Venezuela a la peor crisis económica y social de la historia contemporánea, ponen la balanza del lado de los acuerdos que los funcionarios “puedan” pactar.
Pero esto no quiere decir que China inyecta los recursos a ciegas. “China nos va a ayudar con los mejores científicos al desarrollo del Programa de Recuperación Económica y vamos a tener una comisión de alto nivel, con una asesoría de más alto nivel del Banco de Desarrollo de China, para el fortalecimiento de la Agenda Económica Bolivariana, estamos buscando lo mejor del mundo”, aseguró Maduro al regreso del encuentro con su homólogo Xi Jinping.
Queda claro que la rendición de cuentas será privada y que a China sólo le interesa velar por la rentabilidad de su apuesta.