Leticia Núñez (ALN).- Fueron apenas 24 horas. Pero Mauricio Macri las exprimió al máximo. Era la primera vez que un mandatario argentino acudía a la cumbre de los países más industrializados del mundo y la aprovechó. Se reunió con la directora del FMI, Christine Lagarde. Con la canciller de Alemania, Angela Merkel. También con la primera ministra de Reino Unido, Theresa May. Y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, entre otros. Todos respaldaron las reformas estructurales que está aplicando el gobierno de Macri. Aunque no hubo tiempo para posar con Trump, Estados Unidos también apoya al argentino.
En primera fila. A la izquierda del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y a la derecha del presidente francés, Emmanuel Macron. Ahí estaba Mauricio Macri. Posando en la foto de familia de la cumbre del G-7, el selecto club de los países más industrializados del mundo. Muy cerca, la canciller alemana Angela Merkel. De todos recibió un fuerte respaldo tras el acuerdo que Argentina cerró la semana pasada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le prestará 50.000 millones de dólares.
A la vista de la tensión que se vivió en la cumbre –Donald Trump se desmarcó del comunicado en el último momento enfadado por las críticas de Trudeau-, Macri fue uno de los que salieron mejor parados. Si la brecha entre los miembros del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Japón) se agravó por el giro aislacionista de Washington, con Macri no hubo quiebres en el frente internacional.
Todos revalidaron que se pusieran a disposición de Argentina los 50.000 millones de dólares acordados para garantizar la solvencia financiera del país latinoamericano.
“La cumbre dio un fuerte respaldo a la Argentina de Macri”, sostiene Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en declaraciones al diario ALnavío. “Toda la comunidad internacional occidental apoya el plan de reformas de Macri”, agrega, señalando que Argentina se acerca a un “ajuste más duro de lo previsto porque los resultados de las políticas gradualistas de Macri no han acompañado, sobre todo, en inflación”.
En Quebec, sede de la reunión, el presidente argentino se reunió la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; también con la canciller de Alemania, Angela Merkel; el primer ministro de Japón, Shinzo Abe; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; y la primera ministra británica, Theresa May. Así se encargó de retransmitirlo el propio Macri en Twitter.
En la cumbre del G7 dialogué con la primer ministro del Reino Unido, Theresa May, con el primer ministro japonés, Shinzō Abe, con el primer ministro de Vietnam, Nguyễn Xuân Phúc, y con José Angel Gurría, secretario general de la OCDE. pic.twitter.com/Kl5cnBwJuF
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) 9 de junio de 2018
Primero fue la foto con todos los miembros del G-7 y los jefes de Estado invitados. Después llegaron las imágenes con cada uno de los mandatarios con los que Macri tuvo ocasión de mantener reuniones bilaterales. Además, se citó con José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y con Kristalina Georgieva, directora del Banco Mundial.
Lagarde calificó de “muy constructiva” la reunión con Macri. “Consideramos que el plan económico de las autoridades fortalecerá la economía argentina a corto plazo y estimulará el crecimiento y la creación de empleo de cara al futuro”, dijo en un comunicado. Con Merkel, Macri conversó sobre la marcha de las negociaciones para cerrar el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, y con May acerca de “avanzar en una agenda de temas de comercio”, tal como informó la Presidencia de Argentina.
“Tanto el FMI como Estados Unidos han salido en defensa de Macri”, recuerda Núñez
Macri también tuvo tiempo para dialogar con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, y con el primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc. 24 horas exprimidas al máximo. Sólo le faltó la foto y el tuit con Donald Trump. Pero el estadounidense abandonó Quebec antes incluso de que terminara la cumbre rumbo a Singapur, donde este martes mantendrá un encuentro histórico con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
No obstante, Núñez destaca el papel que ha jugado Estados Unidos. “Tanto el FMI como EEUU han salido en defensa de Macri. Hay que reconocer que en este asunto han tenido un papel proactivo y el apoyo de Washington a Buenos Aires ha sido fundamental”, dice el experto. No hay que olvidar que el argentino es uno de los mandatarios de América Latina que mejor sintonía guardan con el estadounidense.
El pasado 18 de mayo, Trump envió un mensaje de apoyo a Macri, al que calificó de “amigo” en Twitter. “Gran charla con mi amigo el presidente Mauricio Macri de Argentina. Está haciendo un buen trabajo por Argentina. ¡Apoyo su visión para transformar la economía de su país y desencadenar su potencial!”, expresó (Ver más: Qué hay detrás del intercambio de tuits entre Trump y Macri).
Aunque no posaron juntos en el G-7, cabe destacar que Macri fue uno de los cuatro presidentes con los que se reunió el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, en la gira latinoamericana que realizó el verano pasado. Los otros fueron el colombiano Juan Manuel Santos, la chilena Michelle Bachelet y el panameño Juan Carlos Varela.
“Argentina va a tener mucho protagonismo”
Detrás de las felicitaciones del G-7 a Macri también hay cierto interés en que Argentina los reciba como anfitriona de la cumbre del G-20 a finales de noviembre en un contexto de estabilidad política. “Sin duda”, sostiene Núñez.
“La expansión futura depende de la estabilidad presente. Hay que evitar que países como Argentina, Italia y Turquía puedan correr peligro. Sería un cataclismo a escala mundial”, dice el experto, destacando que Argentina “será muy importante como escaparate internacional. Tendrá mucho protagonismo en los próximos meses”.
Ya lo advirtió el embajador argentino en España, Ramón Puerta, en una entrevista con ALnavío. “Presidir el G-20 es un desafío, un gran desafío. Es una distinción para nuestro país, pero también un reto porque siempre el G-20 viene acompañado de problemas, que al fin y al cabo responden a la importancia de los temas que se debaten, más allá de que se llegue o no a acuerdos. Hay que ser exitoso no sólo en su organización, sino luego en el resultado que se coseche” (Ver más: El embajador de Argentina en España: “Presidir el G-20 es un gran desafío”).