Juan Carlos Zapata (ALN).- ¿A cuánto suman las pérdidas en Venezuela por los apagones? Es una cifra incalculable. Lo que se ha perdido va más allá de los números. Sin embargo, desde que el 7 de marzo se registró el primer mega apagón, los analistas, las firmas de consultoría, los empresarios, los parlamentarios que también son economistas y expertos, han ubicado las pérdidas en más de 2.000 millones de dólares.
Del primer mega apagón, la firma internacional Torino Economics registró pérdidas en poco más de 1.000 millones de dólares, lo cual equivale a un punto del PIB. La consultora Econoalítica lo había fijado en casi 900 millones de dólares, limitando el cálculo a los 6 días en los que con mayor intensidad se sufrió el corte de electricidad, pero, como se sabe, el servicio nunca se estabilizó para que luego, dos semanas después, ocurrieran el segundo y el tercero, y ya a estas alturas no se sabe cuántos apagones van, pues no hay estabilidad en el sistema, y Nicolás Maduro acaba de anunciar un plan de racionamiento por 30 días. Pero ese plan de racionamiento no es tal. Es, en verdad, el apagón continuado.
Ya a estas alturas no se sabe cuántos apagones van, pues no hay estabilidad en el sistema, y Nicolás Maduro acaba de anunciar un plan de racionamiento por 30 días. Pero ese plan de racionamiento no es tal. Es, en verdad, el apagón continuado.
Si del primer apagón, las pérdidas se ubican en 1.000 millones de dólares, de los sufridos en esta semana que acaba de terminar, hay un cálculo similar. Ya entre el lunes y el miércoles pasado, se habían estimado en 600 millones de dólares. Pero al prolongarse hasta la fecha, los expertos y los empresarios -los más golpeados- suben el registro a otros 1.000 millones de dólares. Si se sigue el patrón de Torino Economics, Venezuela ha perdido en menos de un mes, 2% del PIB, lo que agrava el escenario de contracción económica, calculado originalmente con una caída del 27% para 2019.
Pero la situación será más grave. Pues todo indica que el problema eléctrico no se va a resolver. Los efectos colaterales serán mayores. Los cálculos de pérdidas se limitan a sectores organizados como el propio Estado, la agroindustria, la banca, telecomunicaciones, construcción, ¿pero y los particulares? ¿A los que se les estropean los equipos del hogar? Los apagones se traducen en más inflación y más escasez de alimentos. Inclusive los apagones impactan sobre Petróleos de Venezuela, PDVSA. La empresa estatal de petróleos ya viene sufriendo un proceso imparable de caída de la producción, lo cual se agravará, pues la compañía no cuenta con capacidad de generación eléctrica propia dado el deterioro de los equipos. De hecho, una de las causas de los apagones, es que PDVSA está consumiendo energía del sistema central, contribuyendo al colapso del mismo. Esto indica que habrá menos producción de petróleo, con lo que se corre el riesgo de que PDVSA no pueda cumplir hasta con los envíos de crudo a China y Rusia, destinados al pago de deudas.
Catástrofe humanitaria
De modo que cualquier cifra que se arroje en estos momentos es imprecisa. Los 2.000 millones de dólares se transforman en un indicativo, nada más. Y es que más allá de los números redondos, hay otras consecuencias, las que tienen que ver con el golpe social. Ya en Venezuela comienza a hablarse de catástrofe humanitaria en vez de crisis humanitaria. Porque la crisis se profundizó con los apagones. A raíz del primer apagón, Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, hacía referencia a lo siguiente, cuando presentó su informe oral esa misma semana del primer siniestro: “Todavía no se conoce todo el alcance de los daños ni el número de víctimas directas, pero este prolongado apagón simboliza los problemas de infraestructura que afronta el país”. Las consecuencias están a la vista. Venezuela sufre otra interrupción: la del servicio de agua potable, con los riesgos sanitarios que ello implica.
Los 2.000 millones de dólares se transforman en un indicativo, nada más. Y es que más allá de los números redondos, hay otras consecuencias, las que tienen que ver con el golpe social. Ya en Venezuela comienza a hablarse de catástrofe humanitaria en vez de crisis humanitaria.
La expresidenta de Chile hablaba de “devastadora crisis económica y social”, aludiendo a la crisis anterior a los apagones. Esta ya es otra crisis. Es catástrofe. Y las pérdidas económicas y sociales se pierden de vista. De hecho, al régimen de Maduro no le ha quedado otra opción que aceptar a regañadientes la ayuda humanitaria propuesta por la Cruz Roja Internacional. Lo cual indica que la situación es realmente grave, catastrófica, para asumir el costo político de que el país sea asistido.