Juan Carlos Zapata (ALN).- Ya decía una amiga venezolana de la pareja que no sólo a Mario Vargas Llosa sino también a Isabel Preysler le preocupa Venezuela. Que está atenta a los acontecimientos. Que los sigue al detalle. De hecho, esta amiga de Caracas cenó con el matrimonio y cuenta que durante la velada quien más habló fue Isabel Preysler. Preguntaba sobre cómo haces tú, cómo hacen los venezolanos para adquirir los bienes básicos, para resistir el problema de la electricidad, para estudiar, para ducharse, para llevar la vida.
Este lunes, Mario Vargas Llosa presentó su nueva novela, Tiempos Recios, en Casa de América de Madrid. Y allí estaba Isabel Preysler. Como de costumbre, acompaña a su marido en estos eventos. En el pasado Foro Atlántico celebrado también en Casa de América y en el cual se dan cita figuras de América Latina para analizar la situación de la región, Isabel Preysler estuvo atenta a cada palabra, a cada intervención. Más cuando se habló de Venezuela. Casi no parpadeaba cuando se exponía sobre lo que se ha denominado la tragedia venezolana.
Y de verdad. Le interesa. Le preocupa. Así lo declaró al diario ALnavío mientras Mario Vargas Llosa firmaba ejemplares de Tiempos Recios.
-A quién no lo ve a preocupar lo que ocurre en Venezuela -dijo.
-Todos estamos muy tristes.
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Como su marido, no hubo necesidad de preguntarle más. Si a Mario Vargas Llosa se le inquiere sobre el tema siempre tiene una respuesta. Es una manera de mostrar solidaridad y también agradecimiento, señala, por un país que aportó tanto por la democracia y la literatura. Vargas Llosa fue el primero en ganar el Premio Rómulo Gallegos en 1967, que lo catapultó a la fama. El chavismo y Nicolás Maduro acabaron con el Premio.
Isabel Preysler apunta que analiza el tema con el marido, Premio Nobel de Literatura. Que lo discuten. Y que están muy pendientes por lo que ocurre en el país. A la amiga que cenó con ellos le preguntó:
-¿Cómo llevas la vida allá?
-Por ejemplo, tengo que ir al cine a las cuatro de la tarde. Si voy en la noche pierdo la hora del agua y no me puedo duchar.
¿Cuál puede ser la solución? Le preguntan a Isabel Preysler y se pregunta ella misma. Tiene una respuesta.
-Quién soy yo para ofrecer una solución. Los más importantes políticos del mundo están pensando en Venezuela. No se me va a ocurrir a mí la solución -señala.
-Pero todos pensamos en Venezuela -termina.