María Rodríguez (ALN).- Dice Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas y exiliado político, que el éxodo venezolano no quiere ser un problema para España. Al contrario, que si de algo ha de servir el “martirologio” que vive la diáspora es “para que ningún pueblo se deje engañar por el populismo” chavista. Ledezma participó este lunes en el foro ‘Grandes Desafíos de Iberoamérica’, organizado en Madrid por la Fundación Internacional para la Libertad.
Antonio Ledezma, exalcalde metropolitano de Caracas y exiliado político, dice que la oposición al régimen de Nicolás Maduro en España “no pide misericordia”, tampoco “ser un problema para España”. ¿Entonces qué pide? “España debería estar junto a Francia y Alemania denunciando los crímenes de lesa humanidad de Venezuela”. Así se manifestó el político este lunes en el foro ‘Grandes Desafíos de Iberoamérica’, organizado en Madrid por la Fundación Internacional para la Libertad.
El político añadió que si de algo ha de servir el “martirologio” que vive el éxodo venezolano es “para que ningún pueblo se deje engañar por este populismo”. Recalcó que Maduro “no tiene legitimidad” y que ha que producirse “cuanto antes el quiebre de esta dictadura”. Añadió: “No vamos a dar un salto en el vacío, tenemos planes articulados”. Y resaltó que “la diáspora venezolana es más que una remesa y lamento, somos talento y queremos unir nuestro esfuerzo”.
Ledezma: “El colapso social nos lleva al colapso moral, a una sociedad fragmentada”
Ledezma resaltó que en Venezuela “hay un Estado forajido que ha hecho de la corrupción un evento normal y que persigue transformar a la sociedad en cómplice”. Y enumeró datos que constatan el “colapso social y moral” de los venezolanos:
– 90% de la población vive en condiciones de pobreza.
– 80.000 enfermos de sida, 70.000 sin acceso a retrovirales.
– Pérdida de 50% del Producto Interior Bruto.
– 150.000 millones de dólares de deuda pública.
– Hiperinflación de 2,5 millones de dólares al acabar el año…
“El colapso social nos lleva al colapso moral, a una sociedad fragmentada”, subrayó el político. De ahí que además de insistir en que debe seguir la presión internacional para “el quiebre de la tiranía”, la recuperación pasará por “reconstruir la familia y el tejido ético”, hoy destrozado.