María Rodríguez (ALN).- El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, defiende un Mercosur integrado por países “fuertemente democráticos, que respeten y valoren la democracia”. Una crítica indirecta al futuro presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Vázquez sacó así a relucir la cláusula democrática de Mercosur. La misma que existía cuando una Venezuela dudosamente democrática accedió al bloque. La misma por la que la Venezuela de Nicolás Maduro terminó expulsada en 2017.
Jair Bolsonaro todavía no ha asumido la Presidencia de Brasil y ya le llegan advertencias. La última desde Mercosur, aunque de forma indirecta. “Nosotros queremos un Mercosur con contenido y con porvenir, con países que lo integren fuertemente democráticos, que respeten y valoren la democracia”, dijo el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, este martes en Montevideo, en la reunión de traspaso de la presidencia pro témpore del bloque, que ahora asume Argentina.
¿A quién iba dedicada esta frase de Vázquez? ¿Se refería al Brasil de Bolsonaro? Para Karina Cáceres, miembro de la Red de Politólogas de América Latina, no hay duda: “Las declaraciones de Uruguay tienen que leerse de esa manera, como una advertencia a las acciones y medidas que pueda llegar a tomar Bolsonaro”, explica al diario ALnavío.
La politóloga afirma que “claramente en la región la democracia está siendo amenazada por discursos que atentan contra los acuerdos más básicos de convivencia, como los derechos humanos”. Añade que en este rompecabezas “no podemos olvidar la situación alarmante de Venezuela y la crisis migratoria que cada vez más tensiona las relaciones entre países del Cono Sur”.
En este sentido, “la clave para consolidar los avances sociales, políticos y económicos que logró la región en los últimos años y evitar grandes retrocesos (especialmente en el plano de derechos civiles y libertades), consiste en impedir una escalada en los radicalismos”, insiste Cáceres.
Con qué armas cuenta Bolsonaro para conjurar la corrupción en Brasil
En la misma línea se manifiesta Jorge Santiago Barnés, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela. Para Barnés, con esta frase Uruguay quiso “poner las reglas democráticas encima de la mesa”. Una serie de “condiciones básicas, mínimas y exigibles que son base del mandato de Naciones Unidas”.
Y eso es lo que aparentemente Vázquez buscaba con su declaración. Un enfoque que rescata y reivindica la cláusula democrática que siempre defendió Mercosur. La misma que existía cuando Luiz Inácio Lula da Silva y los Kirchner llevaron a la Venezuela de Hugo Chávez a este bloque. En el Mercosur de esa época el viento soplaba hacia la izquierda.
La entrada de Venezuela en el bloque también la apoyaba Uruguay, aun cuando había dudas de que el chavismo estuviese respetando la democracia. ¿Cómo se explica esto? Porque “Mercosur también ha sido víctima de vaivenes políticos”, resume Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).
Según este experto, “Venezuela tenía difícil entronque con Mercosur por una estructura económica eminentemente exportadora de petróleo. El encaje era difícil si no se tenía en cuenta el encaje político. Fue clarísimamente una apuesta política”.
Por esta misma cláusula, la democrática, el bloque expulsó a Venezuela en 2017. Lo hizo por unanimidad y de forma indefinida.
Bolsonaro no quiere más integración
También se habla de democracia en el comunicado conjunto de los países de Mercosur (más Bolivia, como Estado asociado) que salió de la reunión del martes. En concreto en el punto dos de la declaración:
– “Reiteramos la importancia de la defensa y el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la plena vigencia del Estado de derecho, de los principios fundamentales del Derecho Internacional, de la protección y promoción de los derechos humanos y el respeto irrestricto de las libertades fundamentales como condiciones esenciales para la consolidación y profundización del proceso de integración regional”.
Y hablando de profundizar en la integración, no parece que ese sea el deseo de Bolsonaro. A pesar de que el actual canciller brasileño Aloysio Nunes, afirmase en Montevideo que Mercosur “es una prioridad para Brasil”, hay otras versiones.
Según el diario brasileño O Globo, el equipo económico del presidente electo estudia presentar un proyecto de revisión del Mercosur para flexibilizarlo. Una de las ideas es transformar al bloque, que hoy es una unión aduanera, en un área de libre comercio.
Es decir, dar un paso atrás en la integración (una unión aduanera es un área de libre comercio con aranceles exteriores comunes). Algo que choca con los avances tras la reciente firma del memorando de cooperación económica y comercial con la Unión Económica Euroasiática, y las continuas negociaciones para sacar adelante un acuerdo Unión Europea -Mercosur.
El pacto más largo del mundo no encuentra fecha en el calendario
Ahora bien, “el futuro de Mercosur va a depender de las decisiones y posturas que vaya tomando Brasil. Ahora todo pasa por cuál sea la actitud de Brasil con respecto a Mercosur”, afirma Núñez. “Yo no me atrevo a decir por dónde va a ir. También pensábamos que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador iba a ir por un lado o por otro y en algunas cosas está sorprendiendo por su ortodoxia y moderación. Habrá que esperar y ver”, apunta Núñez.
Por su parte, Cáceres afirma que Mercosur “no es sólo Brasil, pero no se entiende sin él”. En este sentido coincide con Núñez en que las decisiones que el presidente Bolsonaro tome “impactarán en la capacidad de Mercosur de lograr nuevos acuerdos comerciales y abrirse al mundo”. Todo en un momento “en donde el regionalismo y proteccionismo están al alza. Esta incertidumbre respecto a la posición que tomará en el futuro y qué rol y prioridad le dará a Mercosur es preocupante”, concluye la politóloga.
Otras advertencias (indirectas) al Brasil de Bolsonaro también se incluyen en el comunicado conjunto de Mercosur. En el punto 15 y 16 destacaron los avances en política migratoria. Cabe recordar que, aunque Brasil votó sí al Pacto Mundial sobre Migración y al Pacto Mundial sobre Refugiados de las Naciones Unidas, la visión de Bolsonaro es otra. El presidente electo anunció que sacará al país del Pacto Mundial sobre Migración y reveló que su Administración endurecerá la política de acogida de refugiados.