Juan Carlos Zapata (ALN).- Rusia importa para Maduro. Rusia es fundamental. Rusia es dinero, es política, es diplomacia, y es también soporte sicológico, soporte moral. Rusia es apoyo militar. Rusia es contrainteligencia. Sin Rusia, ¿qué sería del régimen de Maduro?
El Enviado Especial de Donald Trump para Venezuela, Elliott Abrams, anota cuatro factores por los que Rusia es “importante en la pervivencia del régimen”. La enumeración la hace en la entrevista que publicara este domingo en el diario ABC –firma David Andalete– de España. Abrams fue al grano y señaló:
1-El valor sicológico.
2-El valor político.
3-El apoyo diplomático.
4-El apoyo de Rosneft.
No se equivoca Abrams en estos 4 puntos. Pero el respaldo de Rusia va más allá. Y por ello es que no es sólo importante sino clave y fundamental para que Nicolás Maduro se sostenga en el poder. Hay que agregar:
5-Respaldo militar.
6-Respaldo financiero.
7-Respaldo en contrainteligencia.
8-Respaldo hasta en el relato que se cuenta para justificar la permanencia del régimen.
Elliott Abrams introduce el factor sicológico que es la vez político y moral. Y lo coloca como un primer elemento: “El valor psicológico y político para el régimen de tener detrás un país grande como Rusia. Sin duda eso le da a Maduro confianza de que puede mantenerse en el poder”. Esto se traduce en el discurso de la vocería rusa. La vocería la encabeza el mismo presidente Vladímir Putin, seguido del canciller, Serguéi Lavrov, el vicecanciller, Serguéi Ryabkov, el ministro de la Defensa, Serguei Shoigu, amén de otros funcionarios de mayor y menor rango. Hasta Moscú designó un enviado especial para Venezuela, Alexander Shchetinin; lo que significa que es la contraparte de Abrams. Los medios rusos también mantienen un plan de respaldo a las informaciones y opiniones que favorezcan a Maduro. Esto conforma de entrada un cuadro de involucramiento de Rusia en la crisis política de Venezuela. En Caracas, figuras de la oposición han dicho, se lo han dicho al diario ALnavío, que jamás imaginaron que Rusia se iba a involucrar hasta tal grado con la causa de Maduro. Tal vez ni siquiera los Estados Unidos imaginaron lo mismo. Y este soporte, este involucramiento, es el de un país que busca un reacomodo de potencia en la geopolítica mundial.
Abrams argumenta cómo los rusos “bloquean las condenas al régimen en el Consejo de Seguridad de la ONU” y que China también lo hace, pero cree que “China lo hace por ir a la par con Rusia”. O lo que es lo mismo, sin Rusia, China se comportaría de otra manera. Pero chinos y rusos han ido estableciendo una alianza estratégica en lo político y en lo económico, y el tema Venezuela no está fuera de agenda. No lo estuvo en la última visita que hiciera el presidente Xi Jinping a Rusia. Rusia tanto en la ONU como en Moscú y en cualquier otro espacio en el que tenga oportunidad, se ha mostrado en contra de la solución militar. Y ha sido una posición constante. Con decir que los expertos señalan que ha sido Rusia, o al menos así ya lo intentan vender, la que ha evitado la intervención militar de los Estados Unidos en Venezuela, a pesar de que Abrams siga señalando que la opción militar no está descartada. Pero aclara en ABC que “no es nuestra primera opción”. Ahora los rusos se han involucrado en la negociación. En la vía negociada. Con lo cual están anunciando que la solución venezolana pasa por ellos de manera irrefutable. Quieren un día contar que significaron el factor que evitó la intervención militar, una guerra interna y llevaron el país a unas elecciones. Quieren aparecer ante América Latina, el Vaticano, China, Europa y el resto del mundo, cómo los grandes componedores y los más sensatos en el conflicto.
Para Abrams, “la otra razón importante es Rosneft [la empresa petrolera del Gobierno ruso]”. Declara en ABC que Venezuela le debe mucho dinero, tanto como que el año pasado la deuda era de 8.000 millones de dólares. “Cuando sancionamos a PDVSA [la petrolera pública venezolana] lo primero que hizo Venezuela fue acudir a Rosneft para que les ayudara a vender el petróleo que antes comprábamos aquí en EEUU. Y Rosneft lo ha hecho, y está claro que lo hace porque Putin se lo ordena. Así que creo que Rusia ha sido muy importante en ayudar al régimen de Maduro a aguantar las sanciones de EEUU”. Maduro también acaba de firmar nuevos contratos para Rosneft en materia de petróleo y gas. Rosneft está ayudando a sostener la producción petrolera de PDVSA. La producción cayó de 3.000.000 de barriles diarios a 750.000. Igor Sechin, presidente de Rosneft, amigo de Putin, es un factor económico y político para el régimen de Maduro. Y lo será más si EEUU decide no extender las licencias a las petroleras –como Chevron– para que sigan operando en Venezuela. Esto tiene que decidirlo Donald Trump en los próximos días. Entonces, ¿qué hará Maduro con los activos de Chevron? ¿Se los entregará a Rosneft?
El apoyo financiero de Rusia también va más allá. Refinanciándole la deuda a Maduro, que es de 3.500 millones de dólares. O con Putin declarando en Moscú que Maduro es buen pagador, cuando no ha sido así. “Son unos 3.500 millones los compromisos crediticios de Venezuela ante Rusia pero no hay pagos atrasados, Venezuela efectúa pagos por completo en plazos establecidos, cumple con sus compromisos crediticios”. Lo dijo Putin a principios de junio en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF). Putin fue enfático en este sentido. Y se entendía como una forma de darle un espaldarazo firme a Maduro en un tema sensible como los asuntos financieros. Es más, entonces se informó que los compromisos de Maduro con Rosneft, que sumarían 6.500 millones de dólares, tienen 2020 como fecha de vencimiento. El respaldo de Putin puede conectarse con una expresión suya de que Rusia no abandona a sus aliados, y por tanto no abandonará a Maduro, y así quedó demostrado este fin de semana en Caracas con la presencia del vicecanciller Serguéi Ryabkov en la reunión del Movimiento de Países no Alineados.
Qué tienen en común los ‘caballos’ de Trump y Putin para Venezuela
Putin también ha defendido los acuerdos militares con Caracas. Primero con Hugo Chávez y luego con Maduro. Ha dicho que Rusia le vendió armas a Venezuela y ahora no le vende. Que seguirán los programas de asistencia militar porque los mismos forman parte de los contratos firmados. Eso sí, Rusia descarta la instalación de bases militares en Venezuela, con lo cual coloca una barrera de distancia respecto a lo que es la posición injerencista de los EEUU. “No creamos bases militares ni enviamos tropas, jamás lo hicimos, siempre sólo cumplimos con nuestros compromisos en el ámbito técnico-militar”, dijo Putin entonces. La conexión militar existe. Caracas estudia la posibilidad ahora de adquirir más armamento ruso. Hay conexión directa entre los ministros de Defensa de Rusia y Venezuela, Serguéi Soigu y Vladimir Padrino López. A este se le señala como el factor ruso en el régimen de Maduro. Por su parte, John Bolton, asesor de seguridad de Trump, lanzó la versión de que fue Rusia la que evitó que Maduro dejara el poder en la megaconspiración del 30 de abril. Otras fuentes dijeron más tarde –lo supo el diario ALnavío– que fue Padrino López el encargado de transmitirle el respaldo de Moscú a Maduro. De darle garantías. Y por ello, entre otros factores, la megaconspiración fracasó. Aquí, el respaldo fue político, fue de contrainteligencia y si se quiere de sintonía militar.
Lo otro es cómo el mismo Vladímir Putin ha manipulado la historia con el fin de justificar su respaldo a Maduro. Esto lo explicó en la comentada entrevista que concedió al Financial Times. Allí señala cómo en el Medio Oriente las potencias occidentales intentaron imponer regímenes democráticos en países donde no hay tradición democrática sino monarquías, por ejemplo. De allí la escalada de los conflictos. Putin señaló que es “imposible imponer los estándares democráticos franceses o suizos actuales y viables a los residentes del norte de África que nunca han vivido en condiciones de las instituciones democráticas francesas o suizas”. Agregó que “trataron de imponerles algo así. O intentaron imponer algo que nunca habían sabido o escuchado. Todo esto llevó al conflicto y la discordia intertribal. De hecho, la guerra continúa en Libia”. Todo lo anterior lo dice Putin para señalar que con Venezuela está ocurriendo algo igual. Que se trata de imponer una forma de gobierno. “Entonces, ¿por qué deberíamos hacer lo mismo en Venezuela? ¿Queremos volver a la diplomacia de cañoneras? ¿Para qué la necesitamos? ¿Es necesario humillar tanto a las naciones latinoamericanas en el mundo moderno e imponer formas de gobierno o líderes desde el exterior?”. Lo que no aclara Putin es que la democracia no es inédita en Venezuela. Lo inédito es el modelo chavista. Lo inédito es la dictadura madurista. Lo inédito son las formas cubanas de control que se aplican en Venezuela. E inédito, inclusive, lo que Maduro del esquema ruso y del estilo Putin quiera imitar.
Putin no sólo reconoce a Maduro sino que se burla de la forma como Juan Guaidó se juramentó como Presidente Encargado. En esa misma entrevista con el Financial Times ironiza de esta manera: ¿Qué pasa “cuando una persona entra en una plaza, levanta la vista al cielo y se proclama presidente?”. Imagina lo siguiente: “Dejemos que ocurra lo mismo en Japón, Estados Unidos o Alemania”. Y él mismo se pregunta, “¿Qué sucedería?” para responderse: “¿Entiende que esto causaría el caos en todo el mundo?”. Entonces puntualiza que “es imposible no estar en desacuerdo con esto”, porque “habría puro caos”. Y a pesar de ello, explica, los países, comenzaron a apoyar a Guaidó. “Empezaron a apoyar a esa persona desde el principio”. “¿Es suficiente entrar en una plaza y proclamarse presidente?”.
Abrams lleva razón. Allí está Rusia con toda su artillería política, militar, financiera, petrolera, apoyando a Maduro. Y allí está también este respaldo sicológico que le sube la moral a Maduro y le brinda aliento y confianza para resistir.