Daniel Gómez (ALN).- Con el masivo apagón en Venezuela, posiblemente el más grave de su historia, queda en evidencia una realidad: que la infraestructura energética lleva más de siete años sin mantenimiento. Eso dijo a ALnavío una fuente del sector, que cuenta cómo el régimen no es capaz de gastarse 500 dólares para reponer un filtro de una planta valorada en 100 millones. Así de ineficiente es la gerencia chavista.
Por momentos Venezuela parece sacada de Mad Max. Este jueves un apagón en 22 estados, casi todo el país, dejó sin luz, sin teléfonos y sin energía al pueblo, a los hospitales y a los negocios. Hasta el metro de Caracas, en plena hora punta, se quedó parado. La mayoría del país continúa en estos momentos sin energía.
“Este apagón evidencia la ineficiencia del usurpador. La recuperación del sector eléctrico y del país pasa por el cese de la usurpación”, dijo el presidente encargado, Juan Guaidó, en Twitter.
“Sinvergüenzas, corruptos y bandidos, acabaron con el sector eléctrico del país”, agregó el político y excandidato presidencial Henrique Capriles.
El chavismo, en cambio, habla de sabotaje. “Sabotaje técnico y cibernético”, clamó el jefe de Comunicación chavista, Jorge Rodríguez, quien aprovechó para señalar al senador de Florida, Marco Rubio, como responsable.
“La guerra eléctrica anunciada y dirigida por el imperialismo estadounidense en contra de nuestro pueblo será derrotada. Nada ni nadie podrá vencer al pueblo de Bolívar y Chávez”, advirtió Nicolás Maduro.
Juan Guaidó sobre el apagón: “Tenemos El Guri, Tocoma y Caruachi. Tenemos Planta Centro y Tacoa. Tenemos agua, petróleo y gas. Pero lamentablemente tenemos un usurpador en Miraflores”
“Hemos sido objeto de la guerra eléctrica, nos atacaron en la parte de generación y transmisión en el estado Bolívar, específicamente en El Guri, la columna vertebral de la electricidad”, se excusó el responsable de Energía Eléctrica del régimen, Luis Motta Domínguez.
Como viene siendo habitual, hubo un apagón, y seguidamente un aluvión de justificaciones sin atisbo de autocrítica. Y eso que los déficits de potencia en el país llevan una década siendo habituales.
Una fuente conocedora del sector en Venezuela señala directamente al régimen como responsable de lo ocurrido. “Llevan siete años sin ofrecer mantenimiento a los equipos”, dice a ALnavío.
La fuente trabaja como proveedor de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), el grupo estatal creado por el chavismo en 2009 tras aplicar un duro plan de nacionalización. Al gobierno de Maduro le advirtieron en 2014 que había plantas sin mantenimiento desde hacía cuatro años.
Agrega la fuente que tres cuartas partes de la luz en Venezuela provienen de la central hidroeléctrica El Guri. Se supone que cuando falla, otras centrales del sistema interconectado -por lo general termoeléctricas, que funcionan con gas y fuel- suplen el déficit energético ocasionado.
Como explica la fuente, esto ya no es así porque las centrales alternativas están inoperables o incapaces de responder ante un gran apagón. Se encuentran en tal estado, porque “todas” las plantas incorporadas “desde 2006 en adelante no reciben mantenimiento”. Y las termoeléctricas construidas en el país en la última década no se han sabido utilizar.
Motta Domínguez, quien hizo carrera como general de la Guardia Nacional Bolivariana, ha dicho que el sabotaje ocurrió en el sistema de generación de la represa de El Guri. La fuente pone en duda esta versión, y se inclina más bien por una falla en el sistema de transmisión que impactó a todo el país.
Falta de mantenimiento, ineficiencias y corrupción
Las termoeléctricas funcionan con cualquier combustible fósil, pero los picos de eficiencia los consiguen con el gas. La falta de gas, sin embargo, los ha llevado a usar fuel, más conocido en la industria como fuel oil.
Este combustible es de los más pesados que existen. Si bien es útil para generar asfalto, no lo es tanto para dar una vida larga a una termoeléctrica. El fuel no es lo más eficiente, y encima daña el complejo de las centrales.
La fuente recuerda que en Venezuela nunca se lo han puesto fácil a las empresas del sector. Sin embargo, en 2010 llegaron los problemas de suministro y Chávez tuvo que ablandar el discurso, pidiendo ayuda a las energéticas extranjeras. Incluso compró máquinas a General Electric, apuntando que los equipos “no tienen ideología”, y subastó 40.000 millones de dólares en contratos a proveedores.
Uno de los beneficiados por esos contratos fue la española Duro Felguera. Aunque de beneficio logró poco. La empresa construyó Termocentro, una termoeléctrica que costó 2.000 millones de dólares y que está manchada por la corrupción. La Audiencia Nacional de España investiga un caso en el que la Asamblea Nacional de Venezuela ha aportado pruebas de sobrecostos, ineficiencias y desfalcos en la construcción.
El caso es que las centrales en Venezuela no funcionan porque el régimen no invierte en ellas. La fuente cuenta una anécdota. Los funcionarios de Corpoelec necesitaban renovar un filtro de 500 dólares para una planta de 100 millones de dólares. Como no había presupuesto, la empresa optó por limpiarlo y usarlo de nuevo.
Lo que dice la fuente también lo dice Víctor Poleo, experto en materia energética, exviceministro del entonces Ministerio de Energía y Minas entre 1999 y 2001, cuando Chávez ya había llegado a la Presidencia.
En una entrevista hecha en marzo de 2018 por el diario Contrapunto, le preguntaron por la calidad del sistema energético venezolano. Por si los reiterados fallos eran consecuencia del sabotaje que denunciaba el Gobierno, o por otro motivo.
“No es el caso ahora de focalizarse en la ingeniería del sistema (…), sino de avizorar un acelerado colapso del sistema nacional, y estando en progreso el de Caracas, ya transcurridos 20 años de falta de genuina inversión y derruida su infraestructura”.
El Niño, la iguana, la extrema derecha…
El chavismo tumbó las centrales, pero continúa con las excusas. Esta política comenzó en 2010, con Chávez vivo. El entonces presidente achacó los fallos al cambio climático, a las sequías generadas por el fenómeno El Niño porque, dijo, el sistema energético era muy dependiente de las centrales hidroeléctricas.
De El Niño pasaron a la iguana. Seguía siendo 2010, pero llovió. Y con abundancia de agua Venezuela se volvió a quedar sin luz. En el estado Anzoátegui hubo zonas que pasaron hasta 20 horas sin electricidad. Como esta vez el responsable pudo ser la falta de agua, fue una iguana que reventó los generadores de El Guri.
Del reptil al roedor. Hubo apagones en Ciudad Guyana. Y entonces, Dalila Liccioni, funcionaria de la estatal Corporación Eléctrica Nacional en el estado Bolívar, culpó a una zarigüeya que royó los cables de la central “provocando un cortocircuito y el posterior incendio de la celda”.
Con Maduro en el Palacio de Miraflores, llegó el sabotaje. Septiembre de 2013. Apenas cinco meses en el cargo. 12 estados del país se quedaron sin luz por una falla eléctrica. Según el mandatario, por “una situación extraña”, por “un golpe eléctrico”. ¿Quién lo provocó? “La extrema derecha”.
Por aquel entonces el ministro de Energía era Jesse Chacón, pero en 2015 lo mandaron a Austria como embajador y pusieron en su lugar a Motta, más conocido por su carrera militar que por su labor política.
Antes de irse, Chacón cursó ante la Fiscalía General sendas denuncias contra Nervis Villalobos y Javier Alvarado por hechos de corrupción en la administración eléctrica. Villalobos y Alvarado ha sido acusados en España por blanqueo de dinero, administración desleal, delitos fiscales y corrupción internacional.
Cabe recordar que con Motta volvieron las excusas de El Niño. Que El Guri no tenía agua, que tocaba racionar la energía, y en consecuencia se producían los apagones. Como la sequía no duró siempre, llegó agosto de 2018. Otro gran apagón en Venezuela que se sintió con fuerza en la frontera. Oportunidad perfecta para que Motta hablara de “una falla inducida” que “vino directamente desde Colombia”.
El oscuro sistema eléctrico venezolano
Ahora la excusa es un ataque cibernético. Liderado por EEUU. Por el senador Marco Rubio. Una amenaza casi tan oscura como el sector eléctrico en Venezuela.
“El régimen altera cifras, confunde proyectos con realidad, dice haber invertido entre 45.000 y 60.000 millones de dólares. Un sector opaco por datos, mentiras y corrupción dado que la complejidad del negocio eléctrico se presta para ello”, explicó el periodista Orlanzo Zamora en Konzapata.
Cifras y hechos del desastre energético en Venezuela
Leer más
Zamora recuerda cómo Venezuela sólo emplea 35% de su capacidad eléctrica instalada. Instalada antes del chavismo, cuando El Guri era uno de los centros energéticos más importantes de América Latina. Lo que vino luego provocó el desastre.
Como el fin de la Termoeléctrica de Tacoa, en el estado Vargas. “Rebautizada Josefa Joaquina Sánchez, hoy es una triste armazón de hierros que no prestan ningún servicio ni a Vargas ni a Caracas. Era la fuente de emergencia de la capital, construida por la iniciativa privada de la pionera La Electricidad de Caracas”.
El desastre eléctrico se suma al desplome del petróleo. No hay energía para Venezuela. Un país que podría ser el centro neurálgico de Latinoamérica y donde en la noche del jueves las bombillas encendidas casi que se contaban con los dedos de una mano.
“Tenemos El Guri, Tocoma y Caruachi. Tenemos Planta Centro y Tacoa. Tenemos agua, petróleo y gas. Pero lamentablemente tenemos un usurpador en Miraflores”. Así lo resume Guaidó.