Antonio José Chinchetru (ALN).- Como sucedió en la primera vuelta, no habrá debate entre los dos candidatos que quedan en liza para suceder a Mariano Rajoy al frente del PP. Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría no protagonizarán un cara a cara que sí ha reclamado el primero. La decisión de la organización hurta a los militantes del Partido Popular y a los ciudadanos un debate que resulta necesario y urgente.
El Partido Popular decidió que en la primera vuelta de las primarias no hubiera un debate entre los seis candidatos a liderar la formación. El motivo oficial es que resultaba demasiado complejo entre tantos aspirantes. Una vez superada esa fase, y cuando ya quedan tan sólo Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, la formación tampoco acepta un cara a cara entre ambos.
Aceptando la tesis de Sáenz de Santamaría frente a Casado, que ha reclamado ese debate, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo dijo que “la organización del partido no lo ve necesario”. Sin embargo, resultaría muy positivo tanto para el partido como para los ciudadanos.
Tal como ha dicho a ALnavío Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política en la Universidad de Navarra, “sería bueno para el PP y para la ciudadanía que hubiera un debate político entre los dos candidatos”. Rodríguez Virgili considera que, además, debería ser un cara a cara televisado. Las razones para ello son diversas.
1.- Permitiría conocer mejor a cada uno de los candidatos
Aunque tanto Sáenz de Santamaría como Casado son personas muy conocidas por el gran público, un debate siempre deja en evidencia de forma más clara las personalidades y las capacidades dialécticas de cada uno de los participantes. Si fuera televisado, esta información no sólo llegaría a los compromisarios, que son los que en última instancia tienen que votar en el Congreso Extraordinario del PP, sino también al conjunto de los ciudadanos.
2.- Quedarían claras las propuestas de organización
Como destaca Rodríguez Virgili, “lo que ahora va a elegir el PP es el líder, el futuro presidente, pero en un debate también conoces cuál es la propuesta de organización que tiene cada candidato para el partido”. El mejor modo de que las ideas de cómo se tiene que organizar la formación queden en evidencia y reflejadas de forma más amplia es contrastándolas entre sí. En campañas sin debate, los candidatos pueden limitarse a ofrecer grandes trazos sin concretar cómo lo harían si son preguntados por un rival.
3.- Reflejaría las ideas políticas de cada uno
Aunque el programa del PP no sea lo que está en juego en estas primarias, la realidad es que la elección de uno u otro presidente sí va a influir en las ideas que defienda la formación a partir del Congreso Extraordinario.
Como apunta Rodríguez Virgili, “el debate lógicamente incluiría, dentro de la línea ideológica del partido, en qué hace hincapié cada candidato. La política muchas veces son prioridades, y es positivo ver qué prioridades tiene un candidato frente al otro”.
Desde que comenzó el proceso electoral interno del PP, Pablo Casado ha expresado en numerosas ocasiones sus grandes ideas fuerza para el partido. Dentro de las distintas corrientes existentes dentro de la formación (conservadores, democristianos, liberales y tecnócratas sin una adscripción clara) se ha identificado de forma abierta con los liberales.
Con Soraya Sáenz de Santamaría ocurre lo contrario. “Queda la idea de que se presenta como la garantía de poder ganar unas elecciones más allá de las primarias del PP. Pero queda la duda sobre cuáles son sus ideas fuertes. Lo que ha trascendido es su enfrentamiento con María Dolores de Cospedal y el legado de Rajoy, que es un legado un poco tecnócrata”, apunta el profesor de Comunicación Política. En un debate debería entrar más a fondo en estas cuestiones.
4.- Se confirmaría o desmentiría si son herederos de Rajoy o Aznar
Las figuras de Mariano Rajoy y José María Aznar han sido utilizadas como arma arrojadiza en todo el proceso electoral del PP. Sáenz de Santamaría es percibida como la heredera política del primero, mientras que a Casado se le ha querido identificar con el segundo. Sin embargo, a ninguno les interesa presentarse como el heredero de alguno de los antiguos jefes del Ejecutivo español.
Rodríguez Virgili: “A Sáenz de Santamaría y Casado les conviene presentarse con perfiles propios, y no nacer con un liderazgo tutelado”
“Les conviene presentarse con perfiles propios, y no nacer con un liderazgo tutelado. Ni le interesa a Soraya con Mariano Rajoy, ni le interesa a Pablo Casado con la figura de Aznar, en ambos casos con sus pros y sus contras”, señala Rodríguez Virgili.
El experto añade que “los ciudadanos que fueran a ver el debate sacarían sus conclusiones, sobre qué perfil o línea ideológica mantienen cada uno de ellos dentro del partido”. Esto permitiría que cada persona que viera el cara a cara llegara por sí mismo a una conclusión sobre si son o no herederos de alguno de los expresidentes del PP.
A falta de esta opción, Rodríguez Virgili señala que “por los apoyos recibidos podemos sacar conclusiones”. Sáenz de Santamaría está respaldada por varios ministros de Rajoy, mientras que “Pablo Casado representa más una regeneración por edad y es una línea más de partido. Es una propuesta más liberal. No lo ha escondido y lo ha dicho”.
5.- El PP transmitiría una imagen de democracia interna
Las elecciones internas del PP interesan al conjunto de los ciudadanos, y no sólo a los afiliados o, mucho menos, en exclusiva a los compromisarios que votarán en la segunda vuelta. Los españoles reclaman cada vez más que los partidos políticos tengan democracia interna, y están interesados en seguir de cerca los procesos por los que esta se pone en marcha.
Es cierto que la ausencia de un debate no implica una menor democracia interna. Rodríguez Virgili señala que “no es más que una herramienta electoral como tantas otras”. Pero, sin embargo, sí que debilita la percepción por parte de los ciudadanos de que el PP ha afrontado de verdad una dinámica democrática para elegir a su nuevo líder.
“Un debate televisado para los ciudadanos sí que daría una sensación de mayor contacto con la opinión pública, con los ciudadanos que al final van a tener que votar cuando lleguen unas elecciones” en las que el PP se enfrente a otros partidos, apunta el experto.