María Rodríguez (ALN).- Juan Ruiz, economista jefe para Suramérica de BBVA Research subraya en un informe que el “embrollo fiscal” es la cuestión “más urgente” que deberá resolver el nuevo Gobierno en Brasil. Pero no es la única. También está reducir el déficit de infraestructuras y facilitar un ambiente de negocios que redunde en crecimiento económico, entre otras.
Brasil llega al cierre de 2018 con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) “todavía bajo” y con un “significativo problema fiscal”, que requiere un ajuste del sistema de pensiones. Así valora Juan Ruiz, economista jefe para Suramérica de BBVA Research la situación económica actual de Brasil.
Según un informe elaborado por Ruiz, se espera que el gobierno de Jair Bolsonaro, que se estrenará el primero de enero, proponga medidas para afrontar los problemas económicos del país, principalmente cinco.
Ahora bien, “hay dudas sobre la capacidad del [nuevo] Gobierno de implementar reformas dadas la fragmentación del Congreso y la polarización política”, sostiene el economista. Con todo, “lo más probable es que la economía brasileña crezca alrededor de 2% en los próximos años”, estima.
Para ello el gobierno de Bolsonaro contará con un gabinete de 22 personas (más asesores, secretarios, administradores, gestores) que para lograr el éxito saben que han de alejar la corrupción de las instituciones del país, también de la política.
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Estos son los cinco problemas económicos que identifica Ruiz:
Fiscal
El “embrollo fiscal” es la cuestión “más urgente” que ha de afrontar el gobierno de Bolsonaro, según este economista. Para ello Ruiz habla de un ajuste del sistema de pensiones. Una fórmula que contenga más los gastos y aumente los ingresos que llegan a las arcas del Estado. La deuda pública de Brasil ya alcanza 77% del PIB, muy por encima del nivel de 51% registrado en 2013.
En el informe también se pone en cuestión la operatividad del sistema tributario brasileño y la necesidad de fortalecerlo.
Déficit de infraestructuras
Como en el resto de América Latina, el déficit en infraestructuras es un lastre para la economía brasileña. También lo cita Ruiz. Y aunque la infraestructura pública en la región sigue financiada en gran parte por el sector público, hay mucho espacio para financiación privada. Según un estudio del Banco Mundial, América Latina tiene un déficit de inversión en infraestructuras de unos 180.000 millones de dólares al año.
Apertura comercial
Aunque pueda parecer que Brasil es un actor comercial potente a nivel mundial, las cifras no reflejan tanto optimismo. Según datos recogidos en el informe de BBVA Research que firma Ruiz, las exportaciones brasileñas representaron menos de 15% del PIB del país en 2017. Las españolas ya suman casi 35% del peso de la economía.
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Ambiente de negocios
Y si Bolsonaro tendrá que trabajar en la apertura comercial del país, también deberá eliminar trabas a la hora impulsar el tejido empresarial. Según el índice de facilidad para hacer negocios, Brasil tiene una puntuación de 60 sobre 100 (cuanto más alta, más facilidad para abrir negocios). ¿Y España? En este mismo ranking su puntuación es de casi 80.
Elevada pobreza y desigualdad
A todos los problemas anteriores se une la pobreza. Una cuestión en la que se ha avanzado a marchas forzadas en América Latina pero aún hay un camino que recorrer. En Brasil el 27% de la población son pobres, es decir, viven con menos de 5,5 dólares al día, según recoge el informe de BBVA Research.
Pero Brasil también es un país de fortalezas. Ruiz recuerda que es el octavo país con mayor PIB, que cuenta con una destacada diversificación productiva (70% del sector servicios, 22% industria y 8% agricultura) y comercial (por el destino variado de las exportaciones), con abundancia de recursos naturales, con una producción competitiva de materias primas y un sistema financiero robusto.