Daniel Gómez (ALN).- “Tenemos muchos problemas con Estados Unidos con respecto a sus políticas relativas a Venezuela”, dijo este martes el embajador de Rusia en Washington, Anatoly Antonov. ¿Cuáles son esos problemas?
Rusia y Estados Unidos son dos potencias antagónicas, pero se entienden. “Tenemos un diálogo muy constructivo con los enviados especiales de EEUU sobre varios temas”, afirmó este martes el embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, en una reunión con estudiantes del Instituto Middlebury que reseñó la agencia TASS.
– “Tenemos un diálogo constructivo sobre Afganistán”.
– “Sobre la República Popular Democrática de Corea [Corea del Norte]”.
– También se mostró a favor de seguir negociando con EEUU los tratados de reducción de armas START.
– Respecto a Ucrania “está seguro de continuar el diálogo” cuando EEUU encuentre sustituto al exrepresentante en Kiev, Kurt Volker, quien renunció hace dos semanas por los recientes escándalos del presidente Donald Trump.
¿Y qué pasa con Venezuela? “Tenemos muchos problemas con EEUU con respecto a sus políticas relativas a Venezuela”, reconoció el embajador de Rusia. Aunque admitió: “Al mismo tiempo, tengo un diálogo constructivo con Elliott Abrams”. Abrams es el enviado especial de Trump para Venezuela.
¿Cuáles son esos problemas?
– Injerencia externa. “Estamos en contra de la intervención en asuntos políticos de otros países”. Es una frase que siempre repiten los gobernantes rusos cuando analizan la situación de Venezuela. Lo ha dicho el presidente, Vladímir Putin; el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov; así como otros voceros de la Cancillería, como Sergei Ryabkov y el propio Antonov. A Moscú le molesta que en Washington sigan repitiendo que todas las opciones están sobre la mesa, en alusión a la intervención militar.
– Juan Guaidó. Para EEUU es el presidente legítimo del país. El Presidente Encargado. Para Rusia simplemente preside la Asamblea Nacional. Un poder legítimo, como reconoció Putin en Moscú a finales de febrero, cuando le visitó Nicolás Maduro, pero no un mandatario. Putin ya dijo que no puede tomarse en serio a una persona que se juramentó en una plaza. Lo llama el “autoproclamado”, mientras que tacha de “locos” a quienes lo reconocen.
– Sanciones. Rusia rechaza las sanciones porque dice que afectan a la población. Las considera ilegítimas. Por su parte, EEUU defiende que son un instrumento para sacar a Maduro del poder. Sanciones que, como dice Abrams, pueden ser revocadas si Maduro deja el gobierno voluntariamente. Incluso, añade el diplomático, si Maduro abandona, EEUU no lo perseguirá ni lo procesará porque está dispuesto a brindarle una amnistía. Como se sabe, Rusia no considera que Maduro deba dejar el poder pues lo considera presidente legítimo.
– Noruega. Washington consideró los esfuerzos del gobierno noruego como un mecanismo de negociación falso para darle oxígeno a Maduro. Nunca apoyó ese proceso. Todo lo contrario que Rusia, que sigue pidiendo que se retomen esas conversaciones. El último en decirlo fue Lavrov en la Asamblea General de Naciones Unidas.
– La imposición de un modelo político. “El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”, dijo Putin en junio en una entrevista para medios internacionales. Allí criticó que EEUU trate imponer su modelo político en Venezuela. “Consideramos que eso lleva a consecuencias graves, por no decir trágicas, y el caso de países como Libia e Irak es el mayor ejemplo de ello”, explicó.