Daniel Gómez (ALN).- La lucha contra el cambio climático es cosa de todos. Por eso Gonzalo Escribano, director del programa energético del Real Instituto Elcano, pide involucrar al sector empresarial en estos esfuerzos. También insiste en potenciar la inversión en tecnología y así acelerar la transición energética. “Es fundamental”, advirtió este lunes en un foro en la Casa de América de Madrid.
“Hay que sensibilizar al ciudadano, crear un discurso que convenza”, apuntó el director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, en un foro sobre transición energética celebrado en la Casa de América de Madrid este lunes.
En lo que a cambio climático se refiere, ya está todo dicho. Urge transformar el modelo porque si las cosas continúan como hasta ahora, la temperatura del globo aumentará tres grados de media. Con lo que eso significa: derretimiento de los polos, nuevos fenómenos atmosféricos y el agotamiento de los recursos energéticos.
Lo que pasa es que en estos tratados faltan soluciones concretas. Por eso Escribano extrajo del evento un decálogo de conclusiones que se puede reducir a cinco desafíos que involucran a gobiernos, ciudadanos y empresas.
Aprender de los demás. “En Europa tenemos que aprender de lo que se hace en América Latina, y no siempre a la inversa”, advirtió Escribano. Este consejo de colaboración, de intercambio de experiencias, se está aplicando en España, según contó la investigadora principal del London School of Economics, Alina Averchenkova.
La científica advirtió que México fue un país pionero, reconocido en todo el mundo por su lucha contra el cambio climático iniciada en 2012. Tan bien lo hizo que España, que todavía no cuenta con una ley de transición energética y anda inmersa en el proceso de redacción, está recibiendo asesoría de las autoridades mexicanas, apuntó Averchenkova.
Involucrar a las empresas. Según el director del programa energético de Elcano, “la participación de las empresas en estos retos es fundamental”. Ahí están los ejemplos de Acciona e Iberdrola, dos empresas de energías renovables que confiaron antes que nadie en la economía verde, y que ahora son líderes en el sector.
En este sentido, Carlos Sallé, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de Iberdrola, insistió que las empresas cada vez tienen más presión para cambiar su modelo energético. “Las estrategias que no descarbonizan serán castigadas. Vemos cómo incluso Blackrock recomienda este enfoque, ya que la inversión en activos limpios está dando buenos resultados”.
Inversión en tecnología. “Es fundamental”, sostuvo Escribano. Fue tan rotundo porque los avances tecnológicos son los que permiten soñar con un futuro menos contaminante. Hoy los costos de extraer energía eólica y solar son mucho menores a los que había hace unos años por los esfuerzos en innovación.
Gracias a este abaratamiento, surgen también productos menos contaminantes, como son los coches eléctricos. Proyectos que ya son viables pero que aún tienen por delante el reto de la competitividad.
Liderazgo. Escribano quiere que la lucha contra el cambio climático se convierta en una prioridad. “Que prime sobre todas las cosas”, apuntó. Al respecto, a él le molesta que en las cumbres iberoamericanas los líderes internacionales aborden las cuestiones climáticas, que ahí sean insistentes con el programa, con los compromisos, pero que luego no haya iniciativas cuando les toca ocuparse del gobierno.
Por suerte en Latinoamérica, países como México, Costa Rica, Uruguay, Honduras, Perú y Chile han adquirido compromisos claros, con objetivos realistas, para rebajar las emisiones de carbono a la atmósfera e incrementar el uso de energías limpias en su país.
Integración. “Que haya un marco unido. Que se disponga de todos los recursos en un mismo plano”. Eso es lo primero a lo que aludió el académico de Elcano. Lo segundo tiene que ver con las imposiciones. Que no haya cargas tributarias a los recursos naturales, y que esto sea una tónica general para que haya una mayor “eficacia y eficiencia”.