Daniel Gómez (ALN).- Barack Obama ha visitado España, Kenia y Sudáfrica este julio. Una gira en la que no han faltado reproches al presidente de EEUU, Donald Trump. Sin mencionarlo, ha condenado su línea proteccionista, su carácter racista y su desinterés por el medio ambiente y la ciencia.
El expresidente de Estados Unidos Barack Obama es crítico con el proteccionismo, con el racismo y con el desinterés de algunos mandatarios tanto por el medio ambiente como por la ciencia. En síntesis, es crítico con Donald Trump.
Aunque no mencione el nombre de Trump, los pronunciamientos de Obama son un evidente ataque a las políticas del presidente de EEUU. Así ocurrió hace dos semanas en Madrid. Así ocurrió el pasado viernes cuando viajó a África Subsahariana. Y así ocurrió este martes en Sudáfrica. Obama no da tregua.
Proteccionismo y racismo
Este 17 de julio se celebró la Conferencia Anual Nelson Mandela en Johannesburgo. Allí estuvo Obama como invitado estrella. Entre aplausos y vítores de 15.000 personas, el expresidente se refirió a Trump de forma indirecta.
Advirtió del surgimiento de una “política del miedo”. De plataformas “que no sólo se basan en proteccionismo, sino también en el nacionalismo racial”. Agregó que este tipo de políticas crecen a “un ritmo inimaginable”. Y que basta con remitirse a los hechos: “Miren alrededor”, alertó.
Trump es un firme defensor del proteccionismo que critica Obama. Su eslogan “América primero” y los aranceles al comercio impuestos por su Administración han iniciado una guerra comercial de la que no se avista fin.
En Donald Trump también se detecta racismo. En la campaña electoral lo demostró con sus continuos desprecios a los mexicanos. “Ladrones y violadores” los llamó. Por si no fuera suficiente, en enero dijo que los países de África y Centroamérica eran unos “agujeros de mierda”. Y la semana pasada en Bruselas, en la cumbre de la OTAN, afirmó que los conflictos africanos “son viciosos y violentos”.
Se da la casualidad de que un día después de las últimas declaraciones de Trump sobre África, Obama compartió en Facebook sus lecturas de verano. Justo en el momento en el que emprendía el viaje a Kenia. En esa publicación el diario estadounidense Vox detectó otro ataque soterrado al presidente de EEUU.
“Me orgullece visitar África subsahariana más veces que cualquier otro presidente en funciones”, escribió Obama. Y agregó: “A menudo me he inspirado en la extraordinaria tradición literaria de África”.
En esa publicación recomendó seis obras que insisten en la tolerancia y la libertad de los pueblos. Estas fueron: Things Fall Apart, de Chinua Achebe; A Grain of Wheat, de Ngugi wa Thiong’o; Long Walk to Freedom, de Nelson Mandela; Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie; The Return, de Hisham Matar; y The World As It Is, de Ben Rhodes.
Ciencia y medioambiente
El racismo y el proteccionismo no son las únicas cuestiones que le preocupan a Obama. El pasado 6 de julio, en la Cumbre de Economía Circular e Innovación Tecnológica que celebró la Advanced Leadereship Foundation en Madrid, al expresidente se le torció la sonrisa cuando habló de los Acuerdos de París. Unos compromisos con el medio ambiente de los que Trump se desvinculó a las primeras de cambio.
Aquí hubo otro ataque soterrado: “La buena noticia es que somos testigos de energías más limpias y sostenibles. Más competitivas respecto a combustibles fósiles. Gracias a los países que lo han respetado vemos que la economía incorpora tecnologías sostenibles”.
Obama: “La política del miedo crece a un ritmo inimaginable”
En Madrid, Obama también se mostró molesto con el desinterés de la Administración Trump por la ciencia. El expresidente es un convencido de que los grandes avances de la humanidad han estado ligados a la innovación. Por eso ahora está enfadado.
“Estamos cometiendo un grave error. Nosotros no sólo acompañamos a los atletas jóvenes, sino también a los científicos. Los invitábamos a la Casa Blanca, y los alentábamos”, comentó.
Después de la cumbre de innovación en España, Obama se marchó de vacaciones. Acompañado de sus dos hijas y su esposa, pasó un fin de semana de descanso por Madrid. Luego marchó a la costa de Málaga y Mallorca. Finalmente emprendió su viaje a África. Eso sí, por el camino no le dio tregua a Trump.