Daniel Gómez (ALN).- Economistas del BID, la OCDE, Banco Santander y Banorte reconocen a ALnavío que la elección de Jair Bolsonaro en Brasil y la de Andrés Manuel López Obrador generan “incertidumbre”. Pero les dan un voto de confianza. Piensan que no podrán imponerse sobre las instituciones democráticas, y a pesar de lo controvertido de sus figuras, sus equipos económicos parecen “razonables”.
“Lo que pase en América Latina depende en buena parte de lo que ocurra en Brasil y México”. Lo dice José Juan Ruiz, jefe del equipo de investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y uno de los economistas que mejor conocen América Latina. Así lo presentaron en el Foro Latibex que se celebró el jueves y viernes en Madrid.
¿Y qué está pasando en Brasil y México? Ahora mismo “reina la incertidumbre”. Así lo admite Ruiz a ALnavío. Esto se debe a que el resultado de las elecciones presidenciales dejó como ganadores a dos figuras controvertidas.
En Brasil, Jair Bolsonaro se declara nostálgico de la dictadura militar, y su historial de comentarios lo define como machista, homófobo y racista. En México, Andrés Manuel López Obrador, percibido como un populista de izquierda, no ha llegado a la Presidencia y ya canceló la obra más importante del país, el Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, valorado en 13.000 millones de dólares.
En Latinoamérica “la sociedad es mucho más fuerte que lo que emana de la figura de los salvadores”
“Que la situación política es complicada. Que hay una amenaza a la democracia liberal, a la transparencia, a la convivencia, eso ya lo sabemos. Y no es un patrimonio exclusivo de América Latina, sino que se da en todo el mundo. Probablemente hay grandes riesgos. Pero, aunque las instituciones no sean de gran calidad, el juego de contrapesos está ahí”, dice el economista a este diario.
Ruiz trabajó 10 años en el Ministerio de Economía y Hacienda de España y llegó a ser secretario general de Economía Internacional y Competencia. Más tarde fue economista jefe de Analistas Financieros Internacionales y de Argentaria, entidad que luego se fusionó con BBV para crear BBVA.
En 1996, Ruiz comenzó a trabajar en Banco Santander. Los tres primeros años los pasó en el área de estrategia, hasta que se convirtió en el economista jefe para Latinoamérica. Estuvo en el cargo hasta 2012, ya que después arribó a Washington, donde lideró y lidera, también como economista jefe, el equipo de investigación del BID.
Tras dos décadas siguiendo de cerca la realidad latinoamericana, conociendo de primera mano la región y la fragilidad de sus sistemas financieros, políticos y económicos, pide paciencia. No quiere hacer un diagnóstico prematuro. “Yo digo: espere y déjeme que vea”.
Una sociedad más fuerte que los “salvadores”
Además, Ruiz está convencido de que “la sociedad es mucho más fuerte que lo que emana de la figura de los salvadores”. De Bolsonaro y López Obrador. A quienes, de paso, les da un voto de confianza. “Mientras los temas de derechos humanos y de cultura sean capaces de ser preservados, hay que intentar cosas distintas. Hay muchos países haciendo lo mismo durante mucho tiempo. Equivocándose mucho en lo de siempre”.
En línea con Ruiz están otros tres prestigiosos economistas latinoamericanos. Uno de ellos es Juan Vázquez, economista líder para América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). “En estos dos países se pondrán a prueba las instituciones que hay. Desde la OCDE hemos visto mejoras en la calidad de sus sistemas. Tenemos que ver cómo responden a cualquier medida que no vaya a favor del país”, apunta a ALnavío.
Vázquez, quien también trabajó para el BID y Santander, defiende el juego de contrapesos que en este caso hay en Brasil. Porque si bien es cierto que Bolsonaro ganó la Presidencia, su partido, a diferencia del de López Obrador, no logró mayoría en el Congreso. Y eso le obliga a dialogar como dialogó el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2002.
Por aquel entonces, Vázquez recuerda un “clima de gran incertidumbre en torno a la figura de Lula”. Los mercados eran “escépticos” con su gobierno, populista y de izquierda, y salió “bien librado” de todo aquello. “Tengamos algo de calma y demos la oportunidad para que salgan algunas reformas que son importantes en Brasil y México”.
Confianza en los equipos económicos
Antonio Cortina, director adjunto del centro de estudios de Santander, también pide calma. Hay que recordar que este banco es el tercero más importante de Brasil -siendo este mercado el principal responsable de sus ganancias- y el segundo más grande de México.
Respecto a Brasil, Cortina admite que las finanzas públicas son algo que les venía preocupando, pero que, por ahora, los planes de Bolsonaro apuntan a resolver esta situación. “Sus propuestas están enfocadas en este problema”, dice a ALnavío.
Sobre México detalla que “los primeros pasos antes de la toma de posesión de López Obrador han sido construir un equipo económico ortodoxo, académico, que ha asumido el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, que apuesta por la estabilidad macroeconómica y que habla de disciplina fiscal. Lo que no se puede esperar es que un gobierno cambie de signo y no haya cambios en la estrategia económica. La incertidumbre que hay es normal, pero no hay que ser pesimistas”.
Sobre México también opina Delia Paredes, directora ejecutiva de análisis y estrategia del Grupo Financiero Banorte, el banco de raíces mexicanas más importante y la tercera entidad más grande del país, sólo superada por los grupos españoles BBVA y Banco Santander.
“En campaña el exmandatario Felipe Calderón se vendió como el presidente del empleo y terminó siendo el presidente de la inseguridad. Entonces en una entrevista posterior dijo que ‘eso de gobernar era como el dominó, uno en campaña juega con unas fichas, y a la hora de la verdad uno encuentra las fichas que realmente son y el juego cambia totalmente’. Por eso hay que esperar hasta que López Obrador tome posesión y vea las fichas que realmente tiene”, dice Paredes a ALnavío.
A la espera del próximo 1 de diciembre, la directiva de Banorte, al igual que hizo el responsable de Banco Santander, da un voto de confianza al gabinete económico de López Obrador. “Es un equipo bastante razonable y el mismo presidente electo está consciente de que tiene que salvaguardar la estabilidad fiscal”.
López Obrador nombró mano derecha en lo económico a Alfonso Romo, un magnate de 68 años con alta consideración entre los empresarios, y defensor de la liberalización de los hidrocarburos que emprendió el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto.
Bolsonaro empleó una fórmula similar a la de López Obrador al entregar al banquero Paulo Guedes toda el área económica. Su figura también despierta confianza entre los economistas pues es un reputado académico de la escuela de Chicago, la cual es famosa por su ortodoxia en lo liberal.