Redacción (ALN).- La buena noticia para América es que poco a poco van llegando las vacunas. La mala es que se está acelerando el número de contagios en prácticamente la mitad de los países de la región, advirtió la Organización Panamericana de la Salud.
1,3 millones de personas se infectaron de coronavirus en las Américas la semana pasada y 31.000 perdieron la vida a consecuencia del virus.
Son los datos que compartió la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, en su última rueda de prensa.
Etienne se mostró especialmente preocupada porque en Uruguay, Ecuador y Venezuela están reportando un incremento “acelerado de casos”.
También porque “en varias zonas de Brasil están experimentando un récord en las infecciones y los hospitales están a punto de alcanzar su máxima capacidad en más de la mitad de los estados”.
Etienne citó algunos casos concretos.
“El sistema de salud de Paraguay emitió una advertencia urgente debido a que los hospitales estaban repletos de pacientes con covid. Ciudades de mayor tamaño, como Lima y Río de Janeiro han implementado cuarentenas y confinamientos para controlar los recientes incrementos”, agregó.
En el Caribe, si bien el número de nuevos casos disminuye, “varias islas presentan repuntes en las muertes relacionadas con covid-19”.
Mientras, en Norteamérica “las nuevas infecciones van en descenso en Estados Unidos y México, mientras que han aumentado en Canadá, particularmente entre adultos jóvenes”.
Avances en las campañas de vacunación
Estas malas noticias ensombrecen los avances de la vacunación en las Américas. La región ha recibido 138 millones de dosis y sólo en Latinoamérica y el Caribe se han administrado 28 millones. Esto es una buena noticia que no debe servir de excusa para relajar las medidas.
“No bajemos la guardia ahora. Mantengamos viva la esperanza”, dijo Etienne.
“Con las campañas de vacunación en marcha en nuestra región, estamos al principio del final de esta pandemia. Si bien hay motivo de esperanza, también debemos recordar que las dosis continúan siendo limitadas y que pasarán varios meses antes de que podamos depender de las vacunas como medio de control para este virus”, explicó.
Agregó que el objetivo de los países “debe ser salvar tantas vidas como sea posible, priorizando las primeras dosis para aquellos con mayor riesgo de contraer la enfermedad: los trabajadores de servicios de salud que atienden a pacientes con coronavirus, los adultos mayores y las personas con padecimientos preexistentes deben ser los primeros”.