Daniel Gómez (ALN).- 2.700 millones de personas utilizan Facebook, Instagram o WhatsApp, que son las aplicaciones que hoy controla el grupo de Mark Zuckerberg. La mayoría, usuarios normales, que simplemente comparten fotos, reparten ‘me gusta’ y chatean. Pero hay un pequeño grupo de personas que usa estas aplicaciones para el mal. Y eso requiere vigilancia.
“Tenemos 30.000 personas que nos ayudan en la vigilancia del contenido, además de la inteligencia artificial”, admitió el vicepresidente de asuntos globales y comunicación del grupo Facebook, Nick Clegg, en entrevista con El País semanal.
Entre Facebook, Instagram y WhatsApp, el conglomerado de Marck Zuckerberg reúne unos 2.700 millones de usuarios. Esto es una cantidad mayor de personas que las que viven en América y África juntas. Aunque no todos esos usuarios son seres de carne y hueso.
Algunos son trolls, famosos en los últimos tiempos por generar contenido para desestabilizar, por ejemplo, procesos electorales.
Hay otros usuarios que sí son de carne y hueso, pero que tienen malas intenciones: divulgar pornografía infantil, vender armas, fomentar el terrorismo…
Luego están los pillos. Ingenieros y científicos como los de Cambridge Analytica, que supieron colarse en las rendijas del grupo Facebook para robar información personal y venderla.
No son la mayoría, pero son suficientes como para suponer una amenaza. De ahí las decenas de miles de vigilantes que tiene Facebook para controlar la actividad de los usuarios. Y los robots. Sistemas de inteligencia artificial que Zuckerberg ha venido implementando en el último año.
Eso sí. Facebook guarda distancia. Como dijo Nick Clegg en la entrevista, ellos no son el policía de nadie. “No podemos ser una policía de internet diciendo qué cosas son aceptables o las que son absolutamente verdad. La libertad de decir tonterías es la libertad en una sociedad abierta. Sí podemos alertar sobre un contenido. Decir: ‘¡Cuidado, este contenido puede ser falso!’, y otra organización, independiente de Facebook, es la que identifica que hay un problema y señala las alternativas que puede explorar el usuario para tener una perspectiva más objetiva”.