María Rodríguez (ALN).- El Banco de Desarrollo de América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil tienen claro que su función en Latinoamérica va más allá de conceder créditos. También articulan créditos de terceros y apoyan a los gobiernos para llevar a cabo reformas que generen unas economías más eficientes. Así lo manifestaron directivos de estas entidades en la Conferencia Anual de la CAF, celebrada en Washington.
El papel tradicional de los bancos de desarrollo para fortalecer la economía de América Latina ha cambiado. A la función de otorgar préstamos básicos se suman otras tareas más complejas como articular créditos de terceros y apoyar a los distintos países para llevar a cabo reformas que generen una economía más eficiente.
Así lo ven directivos de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial y del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), que participaron esta semana en la 22ª Conferencia Anual de la CAF, celebrada en Washington (EEUU). En concreto, así lo manifestaron en la conferencia sobre qué debe hacer Latinoamérica para que el retorno del crecimiento sea duradero.
De Oliveira: “De conceder préstamos para la industrialización a integrarnos en los mercados financieros”
Dyogo Henrique De Oliveira, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), enumeró los tres papeles principales de estas entidades:
– El tradicional: “Prestamos porque la gente los necesita”.
– El moderno: “De conceder préstamos para la industrialización de la región a integrarnos en los mercados financieros para completar las fallas de mercado e incentivar el desarrollo mismo del mercado”, explica De Oliveira. ¿Cómo? Participando en fondos de emisión de deuda privada, instrumentos de garantías, préstamos cofinanciados… En definitiva, vehículos más complejos que permiten actuar juntamente con el mercado, según subrayó el directivo.
– El avanzado: “Conocer profundamente la estructura económica de los países y apoyar a los gobiernos a establecer reformas para una economía más eficiente”, detalló De Oliveira.
Por su parte, Pablo Sanguinetti, director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento de la CAF, afirmó que el rol fundamental de la banca de desarrollo es el de otorgar créditos, pero que hay muchas otras tareas. Una de ellas es “catalizar fondos de terceros, que son muy abundantes”, explicó y citó los fondos soberanos de Noruega y China.
Complacido de compartir con Dyogo Henrique de Oliveira de @BNDES, Pablo Sanguinetti de @AgendaCAF, Miguel Castilla de @el_BID y @NoraLustig, interesantes ideas sobre qué debe hacer #AmLat para regresar a la senda del crecimiento sostenido. #DiálogoCAF2018 pic.twitter.com/t498Q7k5sc
— Jorge Familiar (@Familiar_BM) 6 septembre 2018
“Ahí podemos aportar mucho. Nos involucramos en los detalles de los diseños de los proyectos [que necesitan financiación] y aportamos asesoría [a estos fondos] sobre la institucionalidad del país [en cuestión]”. En otras palabras, les proporcionan información que estos fondos no tienen.
Por otro lado, Sanguineti mencionó los fondos verdes, vinculados a proyectos sostenibles. Afirmó que es necesario ser “imaginativos y crear productos para marcar la diferencia”, subrayó.
Familiar: “El papel de la financiación no debe ser la actividad preponderante de este tipo de entidades”
Para Miguel Castilla, gerente general y director de Desarrollo Estratégico del BID, “los bancos multilaterales de desarrollo prestamos muy poquito”. En concreto, la quinta parte de lo necesario para cubrir la Agenda 2030, según datos de Castilla.
Pero también sostiene que hay otras tareas importantes por parte de los bancos de desarrollo, como movilizar recursos del sector privado, una clara evolución de los bancos prestamistas tradicionales. Apuesta por “cambiar el chip y movilizar los recursos de terceros de la manera más efectiva”, precisó.
Por último, Jorge Familiar, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, destacó que el papel de la financiación no debe ser la actividad preponderante de este tipo de entidades. Afirmó que aportan un valor agregado mayor que es contribuir al debate político de más reformas. En este sentido, destacó los análisis, evidencias y experiencias positivas que se estudian desde estas instituciones y que se pueden llevar a la práctica en otros países.