Zenaida Amador (ALN).- La falla que alcanzó a casi 90% del territorio nacional desde el jueves 8 de marzo persiste a pesar de la recuperación parcial del servicio y del esquema de reparto de cargas eléctricas que se ha aplicado en las últimas horas, con el cual algunas zonas disponen de electricidad mientras otras quedan desasistidas, principalmente en el interior del país. Todavía no hay certezas sobre el origen del apagón ni sobre los daños reales en el sistema eléctrico.
Diez años atrás los expertos del área alertaron al país sobre el inminente colapso del sistema eléctrico venezolano debido a la desinversión, la falta de mantenimiento y las políticas erróneas del Gobierno. Hugo Chávez decretó la emergencia eléctrica en 2009 y con ello acentuó la politización y la corrupción en el manejo del sector, que ha terminado por quedar sumergido en la ruina. Ahora, Nicolás Maduro argumenta que el servicio eléctrico venezolano ha sido víctima de ataques de alta sofisticación tecnológica, cibernética y electromagnética, endosando la responsabilidad de los hechos a fuerzas externas y a la oposición.
De allí que, para tratar de tener una visión aproximada a lo que ocurre en la actualidad, es preciso tomar en cuenta tres puntos clave sobre la realidad del sistema eléctrico venezolano.
1-El Estado controla el sector eléctrico
Aunque en Venezuela el desarrollo del sector eléctrico contó con el impulso de la iniciativa privada, el gobierno de Hugo Chávez decidió centralizar su manejo en manos del Estado. En 2007, cuando Chávez arreció en su tendencia de izquierda, juró que entregaría su vida “en la construcción del socialismo venezolano, en la construcción de un nuevo sistema político, social y económico” y que nacionalizaría las telecomunicaciones y las compañías eléctricas para garantizarle al Estado “la propiedad sobre los medios estratégicos de producción”.
Desde 2009 comenzaron las gestiones para el desarrollo de nuevas obras y para la compra de plantas que ayudaran en la generación de electricidad, lo que lucía atinado dada la magnitud de la emergencia. Pero la crisis eléctrica sólo sirvió de excusa para sobreprecios por el orden de los 800 millones de dólares en los contratos suscritos entonces
Fue entonces cuando el Gobierno se hizo con más de 80% de La Electricidad de Caracas (EDC) y 88% de la empresa Eléctrica Seneca. Luego, Chávez decidió crear un ente que controlara a todo el sector y dio paso a la Corporación Eléctrica (Corpoelec), un monstruo burocrático donde concentró lo que antes hacían 14 empresas.
Pero mientras avanzaba en la toma de control dejó de lado la realidad del sector, que venía con un importante rezago de inversiones públicas en sus áreas de competencia. De hecho, en 2008 se encendían las alarmas por las obvias limitaciones del sistema de transmisión, con origen en la Central Hidroeléctrica de Guri, entre otros puntos críticos.
De allí que en 2009 estallara una crisis eléctrica sin precedentes en el país, de la cual Venezuela nunca logró recuperarse. Chávez decretó la emergencia eléctrica y responsabilizó al consumo excesivo de los constantes cortes en el suministro.
2-Los militares se pusieron al frente
En 2009 el recién ascendido general Hipólito Izquierdo García fue designado para presidir Corpoelec y timonear la crisis eléctrica, presagio de lo que años más tarde sería una constante del sector. Aunque Chávez alternó a figuras civiles con militares en el manejo del sistema, cuando Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 comenzó a poner el énfasis en los líderes castrenses. De hecho, creó la Misión Eléctrica Venezuela con la que, a partir de la unión cívico-militar, se avanzaría en “el desarrollo del modelo de gestión socialista” del sector.
Uno de los ejes centrales de esa unión con la Fuerza Armada era el establecimiento de la Unidad de Seguridad e Inteligencia Eléctrica, que incluía seguridad, vigilancia, protección y defensa del sistema eléctrico nacional contra cualquier ataque o sabotaje que, según las autoridades, eran causantes de las fallas.
Finalmente, Maduro designó al mayor general Luis Motta Domínguez como presidente de Corpoelec y ministro de Energía Eléctrica “con el sumo compromiso y voluntad de lograr mayor eficiencia política y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo”. Motta es ampliamente conocido por los venezolanos por ofrecer explicaciones de difícil verificación sobre los múltiples apagones y racionamientos que se viven en el país. Sin embargo, su gestión ha sido reconocida siempre por Maduro, quien ha dejado de lado las críticas al manejo del sector y ha subestimado la magnitud de las deficiencias.
3-La inversión necesaria se perdió en corrupción
Quizá lo más grave de la situación ha sido la inyección de recursos para la recuperación del sector eléctrico que terminó en el saco roto de la corrupción del chavismo tras dos décadas en el poder.
Como parte de esta trama el Departamento de Justicia de EEUU acusó a varios exfuncionarios venezolanos por delitos de organización criminal y blanqueo de capitales, incluidos sobornos para adjudicar contratos. Se trata de César David Rincón Godoy, Nervis Gerardo Villalobos (viceministro de Energía de Chávez), Luis Carlos de León, Rafael Ernesto Reiter y Alejandro Istúriz Chiesa
Desde 2009 comenzaron las gestiones para el desarrollo de nuevas obras y para la compra de plantas que ayudaran en la generación de electricidad, lo que lucía atinado dada la magnitud de la emergencia. Pero la crisis eléctrica sólo sirvió de excusa para sobreprecios por el orden de los 800 millones de dólares en los contratos suscritos entonces.
Julio Montoya, diputado de la Asamblea Nacional, calcula que se malversaron 30 millardos de dólares en todas las operaciones y compras que se hicieron para atender la crisis eléctrica.
Como parte de esta trama el Departamento de Justicia de EEUU acusó a varios exfuncionarios venezolanos por delitos de organización criminal y blanqueo de capitales, incluidos sobornos para adjudicar contratos. Se trata de César David Rincón Godoy, Nervis Gerardo Villalobos (viceministro de Energía de Chávez), Luis Carlos de León, Rafael Ernesto Reiter y Alejandro Istúriz Chiesa.
El diagnóstico del sector
Un informe preparado en enero de 2018 por expertos eléctricos reunidos en el Grupo Ricardo Zuloaga indicaba lo siguiente: “Al no cumplirse oportunamente con los requerimientos de ampliación, modernización y construcción de subestaciones, centros de trasformación, circuitos, dotación de medidores y, lo más importante, la formación de personal calificado y la adecuación de los canales de atención a clientes y usuarios, sumado a la carencia del mantenimiento necesario para que la infraestructura de distribución y servicios al cliente tenga un desempeño acorde con los estándares mínimos requeridos, la distribución de electricidad en Venezuela se colocó en una situación de abandono cuyo desplome está terminando por implosionar el servicio eléctrico en el país”.
A su juicio, la manera de gestionar el sector eléctrico, que ha derivado en el peor estado de funcionamiento histórico, es inherente a la ideología política actualmente en el poder. Bajo tal ideología “se seguirá acrecentando el deterioro del servicio eléctrico y la calidad de vida de la sociedad venezolana se verá aún más disminuida”.
7 años de falta de mantenimiento provocan un superapagón en Venezuela
Ante el reciente megapagón que todavía vive Venezuela, varios de estos expertos estiman que hubo una afectación en las líneas de transmisión que parten de Guri, lo que comprometió el suministro desde la sala de turbinas de la hidroeléctrica. La falla dejó en evidencia que el sistema de respaldo no se activó y que las plantas de generación termoeléctrica no fueron capaces de atender los requerimientos mínimos del país, a pesar de su supuesta capacidad de generación.
Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, aseguró que convocó a un equipo de técnicos y expertos para seguir la escalada de la situación y tratar de esclarecer lo ocurrido. A partir de tales consultas informó que hubo un incendio de vegetación que afectó las tres líneas de 765 kilovoltios entre Guri y las subestaciones Malena y San Gerónimo B. “Más del 80% de la energía que va al centro del país pasa por esas líneas” y el incendio las recalentó, generando un rechazo de carga en las turbinas.
“Arrancar estas turbinas, tomando en cuenta que cuatro estaban fuera de servicio desde 2018, es un proceso que necesita corriente. Es decir: no pueden arrancar solas. Y aunque podía evitarse la tragedia, los usurpadores no hicieron lo necesario para evitar esta crisis homicida”.
Aseguró que ha sostenido conversaciones con Alemania y Japón, países que “están dispuestos a acompañarnos en la solución de la crisis”.
La historia de Maduro
Para el régimen de Nicolás Maduro la historia es otra. “Descubrimos que estaban realizando ataques de alta generación científica, de alta tecnología, ataques electromagnéticos contra las líneas de transmisión”, aseguró el propio Maduro al tratar de explicar los hechos.
A juicio de Jorge Rodríguez, ministro de Información, los responsables de tales ataques son el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el senador estadounidense Marco Rubio, ya que así se desprende de los señalamientos que han hecho a través de Twitter contra Maduro como parte de su estrategia de apoyo a Juan Guaidó.
Pero lo que más destaca es la postura del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quien -como si los militares fueran ajenos al sector- aseguró este domingo que las Fuerzas Armadas “hemos ocupado todas las estaciones y subestaciones (eléctricas) para la protección física de instalaciones”. Tras hacer este anuncio aseguró: “Vamos a recuperar el sistema eléctrico nacional”.