David Placer (ALN).- Hace apenas un mes, tres venezolanos que cantaban por su cuenta en las calles de Madrid decidieron unirse. Y el experimento ha dejado momentos estelares en la calle peatonal más transitada de España en pleno centro de Madrid. Españoles y turistas forman una enorme rueda encantados con la música, hacen coros colectivos y les regalan coreografías. Estos tres venezolanos se han convertido en el fenómeno viral de la música callejera en España.
Hace apenas un mes, tres músicos venezolanos que cantaban por su cuenta en la calle, en el metro y en los bares de Madrid decidieron unirse para tocar temas con un resultado final más exitoso. Dos cantantes, Joseph Benhamu y Rammar Rivero, y el percusionista Óscar Araujo (mejor conocido como Oscarcito), acumulaban varios tropiezos con sus anteriores compañeros musicales. A veces estos se presentaban, a veces no. Así es la vida de los grupos callejeros: sin horarios y sin rutinas, se toca cuando se puede o cuando la necesidad apremia.
Pero Rammar, Joseph y Oscarcito no son los músicos callejeros que cantan de forma precaria a capela o con una flauta en una esquina. El trío venezolano aún sin nombre instala sus micrófonos, altavoces, guitarra y batería (además del recipiente para el dinero y la bandera venezolana) en la calle Preciados, a pocos metros de la Puerta del Sol, eje neurálgico de Madrid. Montan toda una infraestructura para ofrecer su espectáculo musical al público. Los peatones y turistas, con sus bolsas de las compras, se detienen ante un concierto de altísima calidad en plena calle.
Los músicos venezolanos que triunfan en pleno centro de Madrid tienen reconocimientos de la talla de un Grammy Latino. Ya han comenzado a trabajar en un álbum-tributo mientras esperan la oportunidad en una gran discográfica
Los muchachos conectan con los venezolanos, españoles, chinos y turistas de todas las procedencias que improvisan bailes y corean las canciones como si estuvieran en un concierto de sus artistas favoritos en vivo. El público entregado aplaude, corea y pide otra. Algunos se sientan en plena calle para disfrutar de todas sus canciones hasta que termina la función. Llevan un mes tocando todas las noches y fines de semana en la calle Preciados y ya se han convertido en un auténtico fenómeno viral en Instagram, donde han comenzado a circular sus vídeos.
El gran éxito de los venezolanos no es fruto de la improvisación ni la suerte. Eligieron la vía más transitada de España, analizaron un repertorio con un importante componente venezolano, pero muy internacional. Canciones recientes que conectan con la juventud y que hacen bailar hasta a los muñecos de la Puerta del Sol como Mickey Mouse que también se acercan como espectadores a disfrutar de la música de los venezolanos.
Allí tocan canciones como Felices los cuatro (del colombiano Maluma), Cómo te atreves (de los españoles Morat), Voce partiu meu coração (de los brasileños Annita y Wesley Safadão) o Andas en mi cabeza, de los venezolanos Chino y Nacho, un tema que tiene casi 1.500 millones de reproducciones en YouYube.
Y los integrantes del grupo recién nacido no tienen una trayectoria convencional. Rammar Rivero, de 29 años, obtuvo el reconocimiento del Grammy Latino en 2017 por haber compuesto una de las canciones con las que el grupo venezolano Guaco ganó el premio de mejor álbum latino del año. Rammar compuso la canción Si me das, del álbum Bidimensional. Se trata tal vez de uno de los reconocimientos con mayor prestigio que atesora un músico callejero en España.
“La respuesta del público ha sido increíble. Los días de semana o los fines de semana. Llenamos la calle. Nunca habíamos visto un grupo con tanta gente en la calle. Es una cantidad enorme de público que nos graba y que nos ha convertido en virales. Tenemos una gran preparación musical y nos lo estamos tomando en serio. Hemos tocado en orquestas en Venezuela desde muy jóvenes. Ahora vamos a hacer un álbum para venderlo en salas y discotecas”, explica Rammar Rivero, cantante del grupo que llegó a España después de probar suerte en Bolivia y que ya supera los 15.000 seguidores en Instagram.
El percusionista Óscar Araujo llegó hace tres meses a España como solicitante de asilo político. Sin permiso de trabajo, tocar en la calle es su único medio de sustento. “En Venezuela tuve 30 años de carrera musical. Toqué con Gran Coquivacoa, Ángel Carrullo y Sixto Rein. Lo único que puedo hacer ahora aquí es tocar en la calle Preciados”, explica Araujo con más de 30.000 seguidores en Instagram.
Y el más joven del grupo, con apenas 19 años, Joseph, también es un experimentado tras presentarse en grupos musicales desde los 12 años en Venezuela, donde ganó diez veces el premio de la mejor voz en los concursos colegiales de música de todo el país.
Por ahora, el dinero que ganan de las donaciones del público les alcanza para pagar las cuentas. Tras el éxito en la calle, ya han sido contratados para cantar en vivo en locales y bares en Madrid y ahora trabajan en un álbum-tributo a los hermanos Servando y Florentino Primera. Quieren comenzar a elaborar sus propios productos musicales mientras esperan la oportunidad en alguna gran discográfica.