Daniel Gómez (ALN).- En América preocupa la situación del personal sanitario. Y no sólo por las muertes y los contagios. La Organización Panamericana de la Salud advierte que médicos y enfermeros en muchos casos están sufriendo agresiones psicológicas por parte de pacientes y familiares.
Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, reconoce estar sorprendida. Sorprendida porque el costo de la pandemia sigue siendo “inaceptablemente alto”. En América mueren por culpa del virus 4.000 personas al día. Y un número importante lo representa el personal sanitario.
“Nuestros datos muestran que casi 570.000 trabajadores en nuestra región se han enfermado y más de 2.500 han sucumbido ante el virus”, declaró este miércoles Etienne.
A Etienne no sólo le sorprenden los números, sino el maltrato psicológico, e incluso físico, que reciben médicos y enfermeros en la región. “Es sorprendente que decenas de trabajadores de la salud han sido agredidos en los últimos meses como resultado del miedo, la desinformación o la frustración del público por esta pandemia”. Es conocido el reportaje de BBC Mundo, que reportó cómo en México el personal de la salud está sufriendo todo tipo de agresiones. La nota advierte de golpes, insultos y descalificaciones allá por donde van, como si fueran unos apestados.
Lo curioso es que México, en conjunto con Estados Unidos, representa el 85% de las muertes totales de trabajadores de la salud en América, según la Organización Panamericana de la Salud. “Tienen algunas de las cifras de casos más altas del mundo”, apuntó la directora.
¿Por qué tantas muertes?
Falta de capacitación. “Muchos trabajadores de la salud fueron redirigidos a la respuesta al brote sin la capacitación suficiente para protegerse mientras trataban a pacientes con covid-19”.
La organización. “Cuando los hospitales se abarrotaban, muchos fueron demasiado lentos para implementar protocolos de clasificación de pacientes. Esto significó que los pacientes estuvieran expuestos a otras personas que podrían haber estado buscando atención por diferentes afecciones, y pronto todos corrieron el riesgo de infección, lo que dejó a los trabajadores de la salud más vulnerables”.
Escasez de material. “Al principio de la pandemia, los trabajadores de la salud se vieron obligados a reutilizar mascarillas y batas, buscar alternativas o renunciar por completo a la protección para cuidar a los necesitados”. Por eso Etienne recuerda que “los países deben garantizar que los trabajadores de la salud puedan hacer su trabajo de manera segura. Esto requerirá mantener suficientes suministros de EPP (equipos de protección personal) y garantizar que todos estén capacitados de manera efectiva en el control de infecciones para evitar poner en riesgo su salud”.