Redacción (ALN).- Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador tienen planes para mejorar 12.000 kilómetros de vías en la selva amazónica para facilitar el transporte de mercancías. Una medida aparentemente positiva para los negocios, pero nociva para el medio ambiente, advierten investigadores de la New York Declaration onForests.
En 2014 la Cumbre del Clima de Naciones Unidas creó la New York Declaration on Forests con un objetivo ambicioso: reducir la deforestación a la mitad de cara a 2020 y eliminarla por completo en 2030. Ya el propio organismo afirma que el primer objetivo no se cumplirá y que para lograr el segundo requerirá “un esfuerzo sin precedentes”.
En un reciente informe, la New York Declaration on Forests pone el foco en una serie de megaproyectos pensados para Suramérica, África subsahariana, el Borneo indonesio y Papúa, así como el Mekong. Obras que “nunca recibirían luz verde, si se tuviera en cuenta el verdadero valor de los bosques: su función para reducir el cambio climático, proteger los hábitats de los animales y reducir la propagación de enfermedades zoonóticas, mantener limpias las fuentes de agua, brindar oportunidades económicas y una larga lista de otros beneficios sin precio”, dijo Erin D. Matson, una de las autoras del informe y consultora senior de Climate Focus.
“Los bosques se encuentran en un punto de inflexión peligroso, y estos nuevos proyectos de infraestructura a gran escala y desarrollos extractivos podrían llevarnos al límite y socavar los esfuerzos globales para detener la deforestación. Hay una ventana de oportunidad muy pequeña, y cada vez más cercana, para repensar y reorientar estos proyectos en una dirección más sostenible. Los gobiernos, las empresas y los inversores deben dar un paso adelante, comprometerse con una mayor transparencia y actuar rápidamente para evitar más daños a las personas, la vida silvestre y la naturaleza”, agregó.
El Amazonas amenazado
El caso más llamativo del informe es el de Suramérica. En cinco países amazónicos –Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador– los gobiernos están invirtiendo un total de 27.000 millones de dólares para que en cinco años estén construidos 12.000 kilómetros de carreteras.
Una apuesta para mejorar las comunicaciones que podría provocar “la deforestación de aproximadamente 2,4 millones de hectáreas del Amazonas durante los próximos 20 años”.
En una entrevista con la agencia Reuters, Franziska Haupt, directora ejecutiva de la oficina de Climate Focus en Berlín y coautora del informe, explicó que “la construcción de carreteras en áreas de importancia ecológica no sólo implica la tala de árboles, sino que también genera otras actividades que dañan el medio ambiente”, en referencia a la minería y otras actividades extractivas.
“El solo hecho de tener el plan (de construcción de carreteras) genera cierta especulación, porque la gente espera que las concesiones en estas áreas sean accesibles y más viables”, agregó Haupt.
En un comunicado, Anthony Bebbington, otro de los firmantes del informe de la New York Declaration on Forests, criticó que “estas no son carreteras diseñadas para priorizar la vinculación de las comunidades con la atención médica, otros servicios esenciales u oportunidades económicas, sino que su propósito es facilitar el movimiento de mercancías”.