Rafael Alba (ALN).- Los dos supervivientes de la formación original, Roger Daltrey y Pete Townshend, preparan el primer disco con canciones nuevas del grupo en 13 años. La banda interpretará sus grandes canciones con una orquesta sinfónica en una gira que conmemorará el cincuentenario de Tommy, su celebrada ópera rock.
Buenas noticias para los amantes del gran rock sin concesiones a la galería: The Who, o lo que queda de ellos, es decir, el guitarrista y compositor Pete Townshend y el cantante Roger Daltrey, se disponen a vivir un año espectacular en este 2019 que acaba de echar a andar. Van a ser 365 días adicionales de gloria para una banda que se dispone a recoger en forma de buenos beneficios que aseguren su merecida jubilación, llegue esta cuando llegue, los frutos de una impresionante carrera de muy larga duración que les ha servido para ganarse el cariño de los fans, incondicionales casi siempre, recibir un buen montón de elogios de la crítica especializada e incluso, sobre todo en los últimos años, obtener el respeto de la industria de la música global a la que no siempre han tenido de su parte. Justo lo que se supone que debería tener asegurado un grupo mítico cuya trayectoria, con sus momentos altos y sus correspondientes descensos al infierno, ha superado muchos obstáculos. Más de los que algunos de sus contemporáneos han sido capaces de sortear.
Buenas noticias para los amantes del gran rock sin concesiones a la galería: The Who, o lo que queda de ellos, es decir, el guitarrista y compositor Pete Townshend y el cantante Roger Daltrey, se disponen a vivir un año espectacular en este 2019 que acaba de echar a andar
Para empezar, Daltrey y Townshend son el dúo superviviente de un cuarteto que perdió hace años ya a sus otros dos componentes carismáticos. El primero en caer fue Keith Moon, uno de los grandes bateristas de la historia del rock. Moon pasó a mejor vida en 1978, con sólo 32 años, tras una vida de excesos, a veces compartidos con otro gran percusionista que murió muy joven, John Bonham, el hombre que empuñaba las baquetas en Led Zeppelin. Luego cayó John Entwisle, el bajista, un hombre aparentemente sobrio y serio, en las antípodas de sus compañeros, que era además el único que tenía una verdadera formación musical. El tipo que escribía las partituras. Entwisle se fue para siempre en 2002, a los 57 años, por culpa de un ataque al corazón provocado por el excesivo consumo de cocaína. Le encontró muerto una stripper en un hotel de Las Vegas un día antes del primer concierto de una gira por EEUU que la banda iba a realizar. Pura leyenda negra, como puede verse y, sin embargo, ni siquiera estos lamentables accidentes resultaron letales para The Who.
Quedaban el guitarrista y el cantante, nada menos. De apetitos más moderados o con más suerte, nunca se sabe. Y ahí siguen. Todavía parecen tener la ambición artística que se necesita para correr riesgos, que muchos de sus contemporáneos considerarían innecesarios. A estas alturas, 57 años después de dar sus primeros guitarrazos con el nombre de The Detours en el muy lejano año de 1962, cuando todavía el movimiento mod que lideraron luego, ni siquiera había llegado a consolidarse, no tendrían ya mucho que demostrar. Más aún como poseedores de un repertorio de alta rentabilidad plagado de clásicos imperecederos que todavía resultan más que rentables y con un poder de convocatoria acreditado que les sitúa en la primera división del rock de estadios. Con la particularidad de que, por sus características rebeldes, no han llegado a convertirse en una parodia de sí mismos que explota sus grandes éxitos como si de una vulgar banda de tributo se tratara.
Vuelta al estudio de grabación
Al menos, de momento, no han sucumbido ante la tentación de convertir su leyenda en una película biográfica en la que se cuente la historia convenientemente edulcorada para que pueda ser consumida por el gran público. Aunque tras el éxito alcanzado por Bohemian Rapsody, la versión para las masas de las andanzas de Freddie Mercury, el popular cantante de Queen, nada es descartable. Sobre todo, después de que se haya confirmado su nominación para el Oscar a la mejor película. Tampoco han saturado el mercado de documentales sobre sus periodos de gloria ni se han apuntado del todo al carro de las remasterizaciones periódicas, con lanzamientos con bombos y platillos de sus grandes discos. Al estilo de lo que sí han hecho algunos de sus compinches generacionales como The Beatles y The Rolling Stones. Un par de nombres que junto a The Kinks de Ray Davies, configuran el gran póker de ases del rock británico de los 60.
Todavía parecen tener la ambición artística que se necesita para correr riesgos, que muchos de sus contemporáneos considerarían innecesarios. A estas alturas, 57 años después de dar sus primeros guitarrazos en el muy lejano año de 1962, no tendrían ya mucho que demostrar
Sin embargo, hay muchas posibilidades de que algunas de estas piezas de carácter histórico con buenas expectativas comerciales aparezcan este año en el mercado, porque en 2019, The Who celebrará dos efemérides notables. Los cincuentenarios de la edición de Tommy, su inolvidable ópera rock que fue llevada al cine una década después por el visionario Ken Russell, con un reparto plagado de superestrellas, y de su celebrada actuación en el Festival de Woodstock que sirvió para convertirles en una de las bandas favoritas del público estadounidense. Pero, sobre este particular sólo hay rumores, porque, por ahora, la actualidad de The Who tiene más que ver con un regreso a los escenarios por todo lo alto, que no se limitará a la enésima revisión de las grandes canciones de siempre. Seguro que van a volver a interpretar My Generation, por supuesto, pero junto a este clásico entre los clásicos también interpretarán un montón de temas nuevos.
Townshend y Daltrey decidieron tomarse un año sabático en el mes de octubre de 2017, tras finalizar una extensa gira mundial. Entonces no estaba claro ni siquiera que la separación anunciada no fuera la definitiva. Sin embargo, 15 meses después, la noticia es que los músicos, y sus acompañantes habituales de los últimos tiempos como el batería Zak Starkey, el hijo del exbeatle Ringo Starr, o el guitarrista Simon Townshend, el hermano pequeño del compositor de la banda, están ya en el estudio para grabar lo que será el primer disco con canciones nuevas del grupo en los últimos 13 años. Al parecer está fue una condición que se impusieron los dos viejos camaradas que, en caso de volver a salir de gira, tendrían que haber grabado un álbum antes. Así que cuando Michael Rapino, el presidente de Live Nation, la principal empresa mundial de conciertos en directo llamó a su puerta con uno de esos cheques que casi nadie puede rechazar, a Townshend no le quedó más remedio que ponerse a trabajar de inmediato. Hasta conseguir un total de 15 temas que pasaron los controles de calidad.
Una orquesta sinfónica en la nueva gira
Pero hubo dudas y momentos de cierta tensión porque Daltrey tuvo que superar una infección de oído que casi le deja fuera de juego. Y ni siquiera había escuchado las nuevas canciones de su compadre antes de empezar a trabajar con ellas. Tampoco resultó fácil para los dos socios ponerse de acuerdo en el formato que debía tener la gira de retorno. Ambos deseaban hacer algo espectacular y diferente pero tenían muy claro el camino a tomar. Para Daltrey, la mejor opción era incluir una orquesta sinfónica que diera un aire nuevo a las piezas clásicas y aportara una sonoridad inesperada al repertorio nuevo. Pero a Townshend no le convencía del todo. El guitarrista tenía sus dudas porque pensaba que algunos de las piezas tradicionales de los grupos de rock, la batería en especial, no funcionaban bien en un contexto dominado, sobre todo, por la profusión de instrumentos de cuerda. Y que se perdía contundencia rítmica si se silenciaba al hombre de las baquetas más tiempo del estrictamente necesario.
Todo está listo para que este ciclo de conciertos, denominado Moving On! Tour, arranque el próximo mes de mayo, inicialmente en EEUU. Y aunque, el repertorio no ha sido seleccionado todavía, incluirá una versión reducida de Tommy, para rendir la correspondiente pleitesía al cincuentenario
Pero, el cantante le ofreció una solución satisfactoria, que él mismo había empleado en una serie de conciertos realizada en solitario el año pasado. Para conseguir que la masa sonora empaste, Zak Starkey usará en esta gira una batería electrónica con control de volumen. Una fórmula para mantener la pegada e intentar disfrutar de lo mejor de los dos mundos en conflicto, la energía del rock, un componente vital de la música de The Who, y la sutileza de la música sinfónica. De este modo todo está listo para que este ciclo de conciertos, denominado Moving On! Tour, arranque el próximo mes de mayo, inicialmente en EEUU. Y aunque, el repertorio no ha sido seleccionado todavía, incluirá una versión reducida de Tommy, para rendir la correspondiente pleitesía al cincuentenario, otra de Quadrophenia, la otra gran ópera rock de la banda, un puñado de clásicos y unas cuantas canciones nuevas. Las necesarias para demostrar que la máquina creativa sigue en marcha y que, de momento, a The Who no sólo le mueven las consideraciones económicas a la hora de reencontrarse con su público.
Y, ¿cómo serán estas canciones nuevas? ¿Habrán optado estos dos veteranos por mantener su sonido de siempre o se habrán dejado contaminar por las nuevas tendencias? Un poco de todo, según se desprende de la última entrevista concedida por Pete Townshend a la revista Billboard, la publicación de referencia de la industria musical estadounidense. El guitarrista y compositor es consciente de que cuando trabaja para The Who tiene que ceñirse a unas líneas estilísticas que definen la personalidad de la banda. No sólo se trata de no decepcionar a los fans. Hay también un compromiso con una historia musical de casi 60 años de duración que debe ser respetada. Pero en el ADN del grupo también ha estado siempre la innovación y la toma de riesgos. Así que, según parece, en este álbum vamos a encontrar algunas sorpresas: hay, por ejemplo, algunos pasajes hablados en determinados temas. Pero no tienen nada que ver con el rap. También un poco de electrónica y alguna ambientación digital de corte contemporáneo. Y, desde luego, en los textos de los temas, como siempre, hay una evidente preocupación por los asuntos candentes en la sociedad contemporánea. Como los problemas de los refugiados sirios o las duras condiciones de vida con las que tienen que lidiar los perdedores de la última gran crisis económica. Ya saben lo que se dice. Genio y figura…