Daniel Gómez (ALN).- Son como Elon Musk pero a pequeña escala. Después de siete años y 10 millones de euros, PLD Space, una empresa fundada en una fontanería de Elche por dos veinteañeros, Raúl Verdú y Raúl Torres, lanzará su primer cohete al espacio en 2019. Entonces probarán una tecnología insólita en Europa. Un sistema de recuperación de cohetes parecido al de Space X, la empresa que fundó Musk.
Los comparan con Elon Musk y a su empresa con Space X. Uno de ellos dice que “no es justo” y se ríe. Pero en sus carcajadas silban notas de orgullo. Porque están cambiando las cosas al igual que hizo el visionario sudafricano. Porque sólo tienen 30 años. Y porque su revolución, aunque sea a pequeña escala, cambiará las normas de la industria en Europa.
“Ya nos gustaría ser una décima parte de lo que es Elon Musk. Ha cambiado el paradigma. Nos hace ilusión que nos comparen con él y a la vez esa comparación es ilusionante para la gente. Eso sí, guardando las distancias, también hemos revolucionado la industria en Europa”, declaró al diario ALnavío Raúl Verdú, cofundador de PLD Space.
PLD Space es una compañía española de cohetes de bajo costo. Fundada en Elche (una ciudad de unos 228.000 habitantes en la provincia de Alicante) en 2011 por dos veinteañeros y con 3.000 euros -la mayoría de ese dinero puesto por sus padres- tiene toda una historia de pasión detrás.
Raúl Verdú, ingeniero industrial, y su socio Raúl Torres, ingeniero aeronáutico, los dos licenciados por la Universidad Politécnica de Valencia, se encerraban en la fontanería del padre de Torres para montar maquetas de cohetes siempre que tenían un rato libre. “La ilusión era tener algún día nuestra propia compañía”.
Poco a poco la envergadura de los proyectos fue aumentando, así que necesitaban dinero. Para conseguirlo insistían a los comercios de su ciudad, los cuales les entregaban donaciones de apenas 10 o 15 euros. “Como mucho 100”, recordó Verdú.
Las grandes aventuras de capital llegaron después, una vez que PLD Space se consolidó. Ya con un proyecto serio sobre la mesa y las ideas claras, sedujeron el interés de la Comisión Europea, las agencias espaciales, bancos y fondos de inversión. Siete años de lucha en los que han logrado recaudar 10 millones de euros, la mayoría provenientes del sector privado.
Con ese dinero y otro poco más que buscarán en una próxima ronda, PLD Space hará su primer lanzamiento al espacio. Para cumplir el objetivo hay 39 empleados trabajando a destajo. “El reto ahora es conseguir el primer prototipo de cohete y lanzarlo al espacio en 2019”, dijo el directivo. Una hazaña que necesitará el apoyo de otros 20 trabajadores más, quienes se incorporarán a la empresa este 2018, agregó.
“En estos siete años hemos hecho mucho. La tecnología de propulsión está probada, la parte de motores cohete funciona, el lanzador está diseñado a nivel de estructura, la parte de aviónica avanzada, tenemos el software de vuelo. Y claro, el proyecto financiado”.
Como matizó Verdú, no todo ha sido un camino de rosas. “Más bien pedregoso”. Una de las situaciones más estresantes la vivieron en 2014. Necesitaban una base de pruebas para realizar los ensayos y no la encontraban. Sin ella no podían continuar. Además, era una tarea complicada. Un motor cohete no es como uno de coche que se puede probar en un cuarto. Hace falta un espacio alejado de las ciudades y muchos permisos legales.
Después de que los rechazaran en tres lugares, PLD Space encontró su base en Teruel gracias a otro apasionado del espacio,Alejandro Ibrahim. “Ibrahim, que era director del aeropuerto y también ingeniero aeronáutico, tuvo la misma visión que nosotros. La de afianzar la industria en España. Él, el consorcio del aeropuerto y el ayuntamiento nos han ayudado mucho”, contó Verdú.
Cohetes de bajo costo
En ese primer lanzamiento PLD Space recuperará el cohete lanzado. Al menos esa es la intención. No es una idea nueva puesto que Space X, de Musk, y Blue Origin, la compañía espacial del fundador de Amazon, Jeff Bezos, ya implementan sistemas de recogida.
El mérito reside en que PLD Space, con un presupuesto ínfimo en comparación con las otras dos, gigantes empresariales que además cuentan con el colchón multimillonario de sus directivos, puede convertirse en la primera empresa de España y Europa que aplique un mecanismo así.
Aparte de lo anecdótico, lo de recuperar y reutilizar un cohete es una ventaja competitiva enorme. “Imaginemos volar a Londres en avión, y que luego ese avión haya que tirarlo a la basura. Esto, que es un sinsentido en el mundo de la aviación, es lo que ocurre en el negocio aeroespacial”.
Verdú advierte que, aunque lo parezca, recuperar un cohete no es tan complejo. “Cuando se inventaron los aviones había que desmontarlos tras un vuelo largo, ver que estaba todo bien, y volver a volarlo. Es un tema de inversión. La tecnología avanza a medida que existe más demanda. Y el sector espacial empieza a ser más demandado”.
La eficiencia que se puede conseguir recuperando el cohete casa muy bien con el objetivo comercial de PLD Space: transportar pequeños satélites al espacio a bajo costo. Este es un negocio en auge. Se trata de un mercado de 10 millones de euros que multiplicará por 100 su crecimiento de aquí a 2030. Habrá incluso constelaciones de estos microequipos.
“Un teléfono de hace 20 años era un ladrillo con un maletín asociado con la capacidad de llamar y no desde todos los sitios. Hoy tenemos móviles que son auténticos ordenadores, con una potencia enorme. Esa miniaturización de la electrónica también ha llegado a los satélites”, explicó Verdú.
Si hace dos décadas los satélites necesitaban cinco toneladas de material para funcionar, hoy todo eso se puede comprimir en apenas unos kilos de material. Hasta el gran Meteosat puede ser sustituido por 50 nanosatélites.
Cambian los satélites, pero no los cohetes, y esa es la oportunidad que esta empresa de Elche quiere explotar. “La tecnología se ha hecho pequeña a la vez, pero los cohetes no. Es como si enviáramos un paquete de reparto de 10 kilos en un trailer. En PLD Space estamos introduciendo un cohete pequeño para que los satélites no dependan de los grandes cohetes que están actualmente en servicio”, apuntó.
La moda del espacio
Existe un interés renovado por el espacio. Hay grandes proyectos y un aniversario. Musk pretende colonizar Marte, y China quiere instalarse en la cara oculta de la Luna. Además, este julio se cumplen 50 años de la exitosa misión Apolo XI.
El espacio también está de moda porque se ha convertido en un vertedero. Hay restos de cohetes y satélites orbitando sin control. Pareciera que lo de lanzar miles de microsatélites al espacio no resulta lo más conveniente. Pero no es tan problemático como parece.
Raúl Verdú: “Nuestro objetivo es democratizar el espacio”
Explicó Verdú que, a diferencia de los grandes satélites, los cuales sí se ubican en órbitas lejanas a la Tierra, los pequeños no. “Deben estar cerca del planeta”, apuntó. Por tanto, cuando estos dejen de funcionar, en vez de ponerse a orbitar como chatarra, caerán hacia la Tierra para convertirse en polvo.
En el espacio también hay intereses comerciales. Los satélites están muy presentes en el día a día. Y es que desde allí arriba se obtiene mucha información: meteorológica, para los medios de comunicación, las telecos, con objetivos militares, para las propias agencias espaciales…
Hasta ahora, todos esos datos han estado reservados para grandes firmas y gobiernos. No obstante, ahora, gracias a los nanosatélites y a los cohetes de empresas de bajo costo, todo esto puede cambiar. “Nuestro objetivo es democratizar el espacio”, sentenció Verdú.