Antonio José Chinchetru (ALN).- El debate sobre Andrés Manuel López Obrador y si pone en peligro la democracia en México ha cruzado el Atlántico. Enrique Krauze y Jorge Volpi, dos de los principales escritores mexicanos vivos, publicaron sendos artículos en El País de España sobre qué significaría un gobierno de AMLO. Krauze alerta que sería una vuelta al autoritarismo de tiempos pasados, mientras que Volpi ve en él un mal menor, aunque le reprocha que no contemple la legalización de las drogas.
Jorge Volpi y Enrique Krauze son dos grandes de la literatura mexicana actual. Hasta ahí llegan los parecidos. A la hora de analizar la política de México discrepan profundamente. Eso se vio reflejado en el periódico El País de España. El periódico publicó, con días de diferencia, un artículo de cada uno de ellos analizando la situación que vive México y qué puede significar una victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Volpi ve en él, aunque no puede evitar ciertos resquemores, un atisbo de esperanza. Krauze, que es uno de los grandes intelectuales liberales del mundo de habla española, percibe al candidato populista como un riesgo para la democracia.
Jorge Volpi denuncia “una corrupción que cimbra todos los niveles de nuestra vida pública”
En Votar en el infierno, Volpi define como “renqueante” la democracia mexicana, y recuerda que la llamada guerra contra las drogas ha causado más de 200.000 muertos y al menos 70.000 desaparecidos. Denuncia “una corrupción que cimbra todos los niveles de nuestra vida pública”, “una desigualdad obscena y un sistema de justicia en bancarrota, en donde sólo el 3% de los delitos se denuncia y, de esta cifra, apenas el 10% culmina en una sentencia firme (por lo general, condenatoria)”. No se detiene a analizar cuál era la situación hasta 2000, cuando el PRI fue apartado del poder por primera vez en 71 años. Sí lo hace Krauze en Los jóvenes mexicanos ante la elección.
Krauze recuerda que bautizó a aquel periodo como la “presidencia imperial”, 71 años en los que “el presidente tenía el monopolio de la violencia legítima y de la violencia impune. Además de los inmensos poderes (políticos, económicos, militares, diplomáticos) que detentaba constitucionalmente, el presidente imperaba como un sol sobre los planetas que giraban en torno suyo”.
Dice que desde hace 20 años “México ha cambiado porque adoptó los valores y principios de la democracia liberal. La presidencia imperial ha desaparecido, como lo prueba el hecho palmario que estamos a punto de atestiguar: al Gobierno que no cumple se le castiga con el voto”. Destaca que existe la separación de poderes, que es el Instituto Nacional Electoral y no el Gobierno el que organiza las elecciones y que “en el ámbito federal existe una razonable libertad de expresión y crítica”.
Tras cuestionar tanto al PRI como al PAN, entre los que no percibe diferencias, Volpi sostiene que “ahora no queda otra alternativa excepto probar la opción que México no ha experimentado hasta ahora o dejar el país en manos de los mismos responsables de la catástrofe. Con esta estrategia en mente, el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena: un guiño más a un país tan clasista como racista), ha sabido leer como nadie el tiempo mexicano de nuestra época”. Añade que “La elección se ha transformado, así, en un plebiscito entre la continuidad del régimen o un salto hacia algo que aún no se conoce muy bien, pero que representa la negación de estos 18 años de infortunio”.
Tres candidatos “conservadores”, según Volpi
A Volpi, sin embargo, no le falta cierto sentido crítico hacia el candidato populista. Dice que “AMLO ha tenido en esta ocasión la sagacidad de ocultar sus vertientes más radicales” y “la paciencia para construir una alianza en la que caben desde militantes radicales hasta evangélicos ultraconservadores, y donde han encontrado techo panistas y priistas desencantados, defensores de (Nicolás) Maduro o de Kim Jong-un”. Reconoce que a veces resurge “el líder dogmático y autoritario”, pero que “por ahora prefiere mostrarse tolerante, abierto y, en casos extremos, dotado de un extravagante sentido del humor”.
Para Volpi, López Obrador es un candidato conservador, al igual que los aspirantes del PAN, Ricardo Anaya, y del PRI, José Antonio Meade. Reprocha a los tres, además, que no hayan “afrontado el mayor problema” de México “negándose a considerar la legalización de las drogas y olvidando por completo la necesaria construcción de un sistema de justicia confiable, eficaz e independiente: la única receta posible para salir de la catástrofe humanitaria en que nos hallamos sumidos”.
Enrique Krauze dice que una victoria de AMLO significaría “el poder sin contrapesos en manos de un caudillo populista”
El texto de Krauze se centra en otro punto, el riesgo que significaría AMLO en el poder. Sostiene que “significaría la reaparición puntual del viejo sistema de supeditación política con un nuevo partido hegemónico (Morena) y un agravante mayúsculo: el poder sin contrapesos en manos de un caudillo populista que se ve a sí mismo -y alienta que el pueblo lo vea- como el redentor de México. Podría ser el fin del ensayo democrático mexicano”. Concluye con un aviso: “Si López Obrador triunfa en las urnas el 1 de julio y restaura una presidencia imperial que, como la antigua, busque eternizarse, estos mismos jóvenes que acaso votarán por él serán los primeros en ponerle diques. Comprenderán que la libertad, como el aire, sólo se aprecia cuando se pierde”.