Redacción (ALN).- 10.000 muertes al año en América Latina por culpa del mal de Chagas, una enfermedad que generalmente propagan las chinches y que se ha convertido en un problema de salud de primer nivel en la región. Sobre todo, porque la mayoría de los casos no se dan en entornos rurales, sino en la ciudad.
La enfermedad de Chagas, también conocida como mal de Chagas, es provocada por el parásito Tripanosoma cruzi. Esta se propaga normalmente por la picadura de los insectos como las chinches. Y lejos de lo que pudiera parecer, es uno de lo problemas de salud más grandes de Latinoamérica. Más incluso que la malaria. Con el fin de visibilizar el problema, Naciones Unidas ha compartido una serie de datos sobre esta enfermedad que vale la pena tener en cuenta:
– El mal de Chagas es responsable de 10.000 muertes cada año en América Latina, siendo la enfermedad parasitaria más letal de la región.
– Se calcula que, entre seis y siete millones de personas en todo el mundo, sobre todo en América Latina, están infectadas por este parásito.
– La principal vía de transmisión al ser humano se ha producido en América Latina a través del insecto llamado chinche triatomina.
– Otras vías de transmisión son: la transmisión oral (a través de los alimentos), la transfusión de sangre o productos sanguíneos, la transmisión congénita de madre a hijo y el trasplante de órganos y los accidentes de laboratorio
– Antes era una enfermedad predominante en el entorno rural. Pero ahora la mayoría de las personas infectadas viven en entornos urbanos.
– Es curable si se inicia el tratamiento poco después de la infección.
– Al menos dos millones de mujeres están infectadas de forma crónica por esta enfermedad.
– Entre el 5% y el 10% de las mujeres embarazadas transmiten la infección a sus recién nacidos.
– En América Latina nacen entre 8.000 y 15.000 bebés infectados al año.
– La detección y el tratamiento de las niñas y mujeres en edad fértil con infección son esenciales, junto con el examen de los recién nacidos y los hermanos de madres infectadas sin tratamiento antiparasitario previo.
– En los pacientes crónicos, el tratamiento antiparasitario puede prevenir o frenar la progresión de la enfermedad y evitar la transmisión, por ejemplo, de la infección de madre a hijo.
– Hasta un 30% de los infectados crónicos desarrollan alteraciones cardíacas y hasta un 10% desarrollan alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas que pueden requerir un tratamiento específico
– El control de vectores y otras estrategias destinadas a reducir la transmisión por vectores son los métodos más útiles para prevenir la enfermedad de Chagas en América Latina.
– El examen de la sangre es vital para prevenir la infección a través de transfusiones y trasplantes de órganos en todo el mundo.
– La enfermedad de Chagas tiene fuertes determinantes socioeconómicos y ambientales, y sus diferentes dimensiones vinculadas en un mecanismo de engranaje justifican la necesidad de enfoques multisectoriales.
– Los pacientes de la enfermedad de Chagas corren el riesgo de padecer manifestaciones graves de covid-19 y deberían considerarse como un grupo prioritario de vacunación.