Redacción (ALN).- Todos esos viajeros constituyen Flyland, un país ficticio, que contaría con una población equivalente a la de Cuba y sería la vigesimoquinta mayor economía del mundo.
¿Sabían que hay un país llamado Flyland? No se asusten, es pura ficción. Lo que sí es un hecho es que 11,9 millones de personas vuelan a diario en el mundo. Esos casi 12 millones de ciudadanos de todo el planeta son los que forman Flyland, un país con una población equivalente a Cuba y la vigesimoquinta mayor economía del mundo, según un informe de la entidad financiera HSBC, recogido por la agencia EFE.
Los viajeros han construido una economía en alza en el cielo valorada en 400.500 millones de dólares (344.000 millones de euros), con más de 1.260 millones de dólares añadidos cada día (1.081 millones de euros).
Del estudio se desprende que un viajero pasa, de media, el equivalente a 50 horas anuales en el cielo, realizando 6,5 vuelos de promedio.
Según el estudio, un viajero pasa de media el equivalente a 50 horas anuales en el cielo
Los vuelos de larga distancia (de más de 12 horas) representan casi una quinta parte del total (18%). Hay más datos. Por ejemplo, que 26% de los vuelos cuentan con el típico viajero de negocios, que usa el avión 10 veces al año, 54% más que la media de un ciudadano de a pie de Flyland.
Uno de cada siete ciudadanos de Flyland hizo un contacto de negocios a bordo, mientras que más de uno de cada 10 tuvo una idea empresarial en pleno vuelo, según el informe.
Los pasajeros gastan una media de 91,90 dólares por vuelo, importe que incluye el pago de wifi a bordo (3,28 dólares), comida (7,89 dólares), bebidas (3,1 dólares), bebidas alcohólicas (3,43 dólares) y compras libres de impuestos duty free (68,47 dólares), entre otros artículos.
Las ventajas de viajar
La investigación refleja que viajar abre la mente, ya que nueve de cada 10 viajeros creen que ahora entienden mejor el mundo, 74% afirma ser más tolerante y 66% más paciente como resultado de volar frecuentemente. También se reflejan otras ventajas como sentirse más independiente (81%) y más confiado (78%).
Flyland tiene sus propias leyes, costumbres y cultura y, por ejemplo, ser grosero con los tripulantes de cabina (65%) es el tabú más grande, seguido por dejar que los niños den patadas al asiento de alguien (57%), quitarse los zapatos (48%), permitir que los niños corran (47%) y beber demasiado (46%).
Cerca de la mitad (44%) de los ciudadanos de Flyland afirman que un pasajero que inclina su asiento sin consultar con la persona que está detrás es la principal queja.
Ocupar demasiado espacio en cabina (37%) también es molesto, así como acaparar el reposabrazos (32%), quedarse dormido en el hombro de alguien (30%) y roncar (26%).
Los aplausos cuando el avión aterriza son otra situación incómoda para casi una quinta parte de los pasajeros (18%).